Ejército del Perú: del amago por tanques chinos a un futuro en el que los drones tendrán preponderancia

El proyecto del Ejército del Perú para la adquisición de tanques para reemplazar a sus 266 T-55 lleva aproximadamente 15 años pendiente. Con menos de 100 mm de blindaje en el glacis y 203 mm en la sección frontal de la torreta, los T-55 son completamente obsoletos para un teatro de operaciones moderno en el que los cañones de 120 mm tienen capacidad para penetrar más del doble de espesor. Los misiles antitanque modernos pueden penetrar 800 mm de blindaje.

Así, el T-55 es actualmente —como tanque propiamente dicho— un objetivo blando para el armamento moderno. Más aún si la doctrina de armas combinadas no es bien implementada, situación harto difícil para ejércitos latinoamericanos sin experiencia real de batalla en los últimos 20 años. No obstante, es necesario reconocer que el veterano T-55 ha sido efectivo como arma disuasiva para el Perú durante décadas.

Si al escenario descrito se le agrega el uso de drones de ataque, sean merodeadores (kamikaze) o plataformas portadoras de misiles, la expectativa de supervivencia de la tripulación de un T-55 sin la compañía de otras armas — inhibidores de drones, rejas antidrones, ametralladoras antiaéreas, misiles antiaéreos, misiles antitanque en unidades de infantería embarcada y desembarcada, sombrilla aérea, etc.— es cuestión de horas.

De acuerdo a información extraoficial, el Ejército del Perú ha podido ubicar repuestos suficientes para tener operativos prácticamente la totalidad de sus tanques T-55. En el sur del país se tiene cuatro Batallones de Tanques (BTQ) con 35 T-55 cada uno, más seis T-55 como unidades de su Estado Mayor. En el norte, existen tres BTQ con 35 tanques cada uno. Dentro de las unidades del norte se tiene a 35 tanques T-55 modernizados al estándar León-2 con computadora balística, telémetro láser, visores nocturnos de tercera generación y equipos de radio Harris VHF/HF. En total, el Ejército tiene 256 tanques T-55 operativos y 10 unidades en mantenimiento. El proyecto León-2 fue una iniciativa de la empresa Diseños Casanave International S.A.C.

En cuanto al también veterano AMX-13, un cazatanques de procesos de mantenimiento muy complicados por la estrechez de espacios, fue adquirido por primera vez en manos de Perú a finales de la década de los ’50. Por aquel entonces se hace de un lote de 110 AMX-13 equipados con el cañón original de 75 mm (torreta FL-10) y posteriormente procura un segundo lote de 70 AMX-13 con cañón principal de 105 mm (torreta FL-12). En los años ‘80, la escasa potencia del cañón de 75 mm motiva al Ejército a actualizar hasta 40 unidades del lote original a la variante con cañón de 105 mm.

De los 100 a 105 AMX-13 equipados con cañón de 105 mm que se tenían en inventario, 24 unidades fueron entregadas para el proyecto de modificación Alacrán, y actualmente esos 24 tanques están inoperativos y almacenados en el Centro de Mantenimiento de Blindados (Cemablin) del Ejército. El proyecto Alacrán tenía el objetivo de desarrollar variantes antitanque a partir del AMX-13 y para tal finalidad se les extrajo el cañón principal, anulando la pieza de 105 mm que aún puede dar cuenta de blindados poco protegidos. En las torretas se instalaron diversos parantes portamisiles antitanque, ninguno de los cuales superaron los disparos de prueba efectuados por el Ejército, bajo riesgo de perder la garantía original del fabricante de los misiles antitanque Kornet.

Por otro lado, la empresa Diseños Casanave lideró un proyecto denominado Escorpión, que finalmente logró modificar 20 AMX-13 a la variante AMX-13 Escorpión-2 que hoy hacen parte del Regimiento de Caballería Blindado 101. El Escorpión 2 conserva el cañón principal original de 105 mm, que puede utilizar munición perforante con alcance de 2.000 metros; dos rampas laterales con misil antitanque Barrier-2; cámara CCTV con capacidad para operar día y noche; nuevo sistema de control de tiro; dos monitores para presentación de datos; seguimiento automático del objetivo; telémetro láser; y afustes para dos ametralladoras antiaéreas, entre otros.

Según información no oficial, actualmente el Ejército tiene operativos 61 AMX-13-105 en versión estándar y 20 AMX-13 Escorpión-2, para un total de 81 unidades. Los 24 AMX-13 modificados por el proyecto Alacrán se encuentran inoperativos e incompletos.

Caza tanques AMX-13 del Ejército del Perú. Firma: Ejército del Perú

Evaluación y ofertas de tanques

En 2009, el Ministerio de Defensa aceptó una oferta del fabricante chino Norinco para la incorporación de 140 unidades de una versión mejorada del tanque VT-1A (variante china original de la cual se derivó el MBT-2000), una adquisición que fue interrumpida por el propio ministerio para darle prioridad a la compra de un número reducido de helicópteros Mi-17 (seis unidades) y Mi-35P (dos unidades). La cancelación de la compra tuvo ribetes de escándalo porque Norinco había trasladado cinco tanques de una variante sin modernizar para que sean presentados en la Parada Militar del 2009. Esos cinco tanques estuvieron almacenados en Perú durante años hasta que Norinco cubrió los gastos para su regreso a China.

Desde entonces, y principalmente a través de la feria Sitdef, el Ejército del Perú ha recibido diversas ofertas de fabricantes y gobiernos que han incluido a tanques PT-91 Twardy (un ejemplar llevado a Sitdef), Leopard 2A4 (53 unidades ofrecidas por el Ministerio de Defensa de España), Leopard 2A6 (28 unidades ofrecidas por el Ministerio de Defensa de Países Bajos), T-90S (ofrecidos por Rosoboronexport, llevando un ejemplar a Sitdef que luego fue sometido a pruebas de campo en un centro de ensayos al sur de Lima), modernización del T-55 (ofrecidas por Diseños Casanave International y Rosoboronexport), K2 Black Panther (de Hyundai Rotem, en esa entonces a través de intermediarios, con ensamblaje local). También fue considerado el T-84 Oplot de la ucraniana Kharkiv Morozov Machine Building.

Asimismo, en la conferencia International Armoured Vehicles 2015 que se celebró en el Hotel Sheraton de la ciudad de Lima se divulgó la evaluación de los especialistas del Ejército del Perú. Allí se especificaba que el tanque de mayor puntaje era el K2 Black Panther, seguido por el Merkava IV y Leopard 2A6, tanques que siguen siendo excelentes opciones para el Perú.

Sin embargo, la efectividad demostrada por los drones de ataque en los conflictos entre Azerbaiyán y Armenia, y la invasión rusa a Ucrania —en la que los drones kamikaze han diezmado columnas blindadas— colocan en cuestión la necesidad de invertir grandes sumas de recursos fiscales en vehículos blindados que pueden ser rápidamente destruidos por estos pequeños aparatos (mucho menos costosos). Siendo tal afirmación válida, hasta el momento el Ejército del Perú tampoco ha invertido en drones de ataque, que son eminentemente un arma de defensa a diferencia del tanque que es un arma de penetración y recuperación de territorio (contraataque). 

Los tanques son vulnerables cuando no se los usa adecuadamente, mediante despliegue de armas combinadas, un ejemplo claro de mal uso lo ha experimentado el Ejército de Rusia, que en los primeros meses de la invasión a Ucrania ha perdido una enorme cantidad de tanques en situaciones de torpeza táctica insospechada en los militares rusos, tal como el ingreso a pueblos ucranianos con columnas blindadas que han sido rápidamente diezmadas por otros tanques y unidades portadoras de misiles antitanque. Los drones han hecho el resto.

En los últimos meses, el gobierno peruano ha habilitado una partida presupuestal para la adquisición de 30 vehículos blindados 8x8 para el Ejército del Perú pero el mecanismo ‘Gobierno a Gobierno’ y los parámetros de evaluación empleados están siendo cuestionados por varios postores internacionales. Dentro de los parámetros a evaluar no se ha incorporado, extraoficialmente, la experiencia de combate real acumulada por los productos presentados.

Vista posterior de un T-55 en la feria Sitdef 2023. Firma: Peter Watson