Infodefensa.com dialogó con el general de brigada Jorge Fabián Berredo, jefe del Comando General Electoral (CGE) que tiene a su cargo la coordinación y ejecución referentes a las medidas de seguridad que establece el Código Electoral Nacional para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), las elecciones generales y una eventual segunda vuelta electoral.
¿Cuál es la tarea del Comando General Electoral?
La tarea del CGE se puede englobar en un título que es la custodia y seguridad del acto electoral. El acto electoral tiene varios momentos. Hay un trabajo previo que se caracteriza por ser una tarea interdisciplinaria muy estrecha, que es un desafío, porque conlleva entendernos en distintas culturas organizacionales, entre la Cámara Nacional Electoral, la Dirección Nacional Electoral, el Correo Argentino, que realiza gran parte de la logística y la transmisión de datos; y nosotros, a partir de un mandato del Poder Ejecutivo que ponen a disposición las Fuerzas Armadas, las Fuerzas Federales de Seguridad y las Fuerzas Provinciales para este momento. Después comienzan las tareas de campo: La custodia y seguridad de todo lo que es el acopio del material en los distintos predios de manera coordinada con el Correo; el despliegue de ese material a los establecimientos para llegar a lo que la gente ve que es la operación del sábado y del domingo.
¿En qué consisten los trabajos de estos días?
Se trata de una operación simultánea, donde 85.000 hombres son desplegados en alrededor de 17.000 establecimientos a lo largo y ancho del país; y absolutamente descentralizada. Estas características le dan un marco de complejidad. Hay que depositar los criterios, los parámetros y las conductas por las cuales estos hombres se tienen que mover en una forma bastante autónoma. Un punto sensible es el movimiento del traslado de las urnas, donde cada vehículo es trackeado hasta que llegan a los lugares de escrutinio definitivo. Allí nos encargamos de la seguridad de ese proceso de conteo que realiza la justicia federal en los 24 distritos. Cada distrito tiene su comandante electoral y su contraparte, un juez federal que establece las normas en función de lo que dicta la acordada con la Cámara, sumadas a las autoridades del Correo con las que se trabaja. La tarea termina cuando finaliza el escrutinio definitivo.
¿Cuándo surgió este rol para la Fuerzas Armadas?
Podemos decir que ya venimos cumpliéndolo a lo largo de 115 años. En la previa a la sanción de la Ley Sáenz Peña, Ley de sufragio universal, en 1912 se ve la necesidad de encontrar un elemento que obre de garantía de imparcialidad. Es entonces que aquello que en esa época estaba en manos de las intendencias, que era el empadronamiento, pasó a ser realizado por las Fuerzas Armadas; y la resolución de diferencias que estaba en manos de los Juzgados de Paz pasan a los Juzgados Federales. Esa es la génesis del espíritu de esta imparcialidad, a la que se les fueron sumando distintas tareas, connotaciones, elementos para abordar la custodia, la seguridad y la transparencia; como es hoy la georreferenciación o los spots satelitales. Una de las razones de ser de los hombres de armas es la custodia de la soberanía de la Nación. Las elecciones son el mayor acto de soberanía que ejerce el pueblo, por lo que permitir el ejercicio de un acto soberano es preservar un mandato constitucional, y nosotros somos garantes de la Constitución Nacional
¿Cómo se preparan para esta operación?
Como diríamos en términos de nuestra profesión militar, la importancia está en crear las condiciones de la batalla. Esa creación de condiciones comienza mucho tiempo antes, a fines del segundo semestre del año pasado. En ese momento se comenzó con todo el diseño que va desde el armado de los equipos, el entendimiento interdisciplinario. A partir de principio de año, con los titulares de cada organización que van a encarar este desafío, comienza a diagramarse todo teniendo en cuenta el presupuesto, lecciones aprendidas, el entramado logístico para que hoy las cosas fluyan y esté en manos de menores niveles. Llegar con una claridad meridiana y con todas las previsiones tomadas. No obstante, siempre está ese factor de imprevisibilidad que va de la mano del criterio que tiene el integrante de las Fuerzas Armadas para ir resolviendo ese imprevisto.
¿Cuál es la principal dificultad de este proceso?
Cada elección tiene su particularidad. Si bien tenemos una rutina con una periodicidad de 2 años, cada una de ellas hay que mirarla con el prisma del aquí y del ahora. Hay que tener en cuenta que de los 35.000.000 de electores el 44% (15.000.000) está circunscrito en la zona del AMBA, donde la gran oferta electoral a la hora del cierre y del procesamiento puede generar una dificultad. Tambien hay que prestar atención a lo que es la característica inédita de una elección simultánea y concurrente en la Ciudad de Buenos Aires, eso duplica los tiempos, entonces la mirada está puesta en tratar de colaborar para dinamizar el proceso de la mejor forma posible. Desde el punto de vista de la custodia y la seguridad conlleva que los comandantes de distrito, juntamente con los jueces federales, tengan conversado muy bien los criterios de cierre de los establecimientos para actuar de forma estándar y después de lo que determine la Justicia Federal.
GB Jorge Fabián Berredo, jefe del Comando General Electoral Foto: Gonzalo Mary
¿Con que medios cuentan para esta operación?
Para este tipo de operativo las Fuerzas Armadas emplea toda la capacidad que tiene de uso dual. Nosotros desde nuestro rol de Comando General Electoral somos el Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, que conduce todas las operaciones en desarrollo, desde la vigilancia y control de los espacios, de disuasión por presencia y de comprobar planes; a situaciones de emergencia como ocurrió a la pandemia, por lo que ya hay una gimnasia, una estructura organizativa de medios que se vuelcan para esto. En lo táctico por ejemplo en la alta montaña o en la Puna se utiliza ganado mular, en la Patagonia se utilizan los 4x4 o la oruga. Hay mecanismos naturales que sirven para dar solución y poder contribuir con la logística y con la necesidad de dar transparencia con la justicia. Además de los 85.000 hombres hay empeñados unos 3000 vehículos, tropas montadas, hay en disponibilidad algunos helicópteros y aviones para atender a algún imprevisto, y tambien están trabajando algunas embarcaciones en la zona del litoral.
¿Cómo se hace la distribución de las fuerzas?
Se trata de evitar desplazamientos extrajudiciales porque son onerosos. Tratamos de hacer un óptimo aprovechamiento de los recursos para una utilización eficiente de los presupuestario. Se intenta que con todas las fuerzas locales que normalmente están distribuidas a lo largo y ancho del país se satisfaga la necesidad de cada uno de los distritos. A partir de ahí hay un balance de sumas y restas, hay efectivos que sobran de un lado y faltan en otro, ahí se produce una serie de vasos comunicantes y de esquemas de refuerzos que tratan de aprovecharse en las cercanías. El corazón de la operación está a cargo de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad: Gendarmería Nacional Argentina, Prefectura Naval Argentina, Policía Aeroportuaria y Policía Federal Argentina. Todo lo que es orden público, afuera, el ordenamiento en la cola, facilitar el tránsito cuando llegan las urnas a los lugares de acopio se encargan las policías provinciales. Hay un concepto que hace nuestra expertise militar que es el comando y control de la operación. Hoy hay un concepto de inmediatez, de conciencia situacional inmediata. Si bien la operación es descentralizada hoy podemos desde aquí monitorear el movimiento de una urna o la georeferenciación de un establecimiento y ante un inconveniente actuar de manera inmediata. Es un comando de control que trata de estar a la altura de esas circunstancias con tableros donde hay una conciencia situacional en tiempo real.
¿Qué función cumplen las personas desplegadas en los centros de votación? ¿Qué potestad tienen en caso de ocurrir algún incidente?
Volvemos al concepto de trabajo en equipo, cada uno tiene una función. La función primaria del militar es la custodia y seguridad del acto electoral, adentro de los establecimientos, y de las urnas, especialmente cuando están en movimiento. Trabaja en consonancia con la policía que esta en el exterior, que tiene el poder de asegurar el orden público fuera del establecimiento y con el delegado electoral, representante de la Justicia Federal. Ante una diferencia entre fiscales y presidente de mesa que se le plante a la autoridad militar, este debe buscar al delegado electoral que es quien dirime según lo que determina la justicia
¿Cómo ejerce su derecho a votar el personal desplegado?
La Cámara Nacional Electoral lo resolvió mediante la acordada 32 del 2019 que fija como vota el militar, y el personal de las Fuerzas de Seguridad que participan del operativo. Pueden surgir dos alternativas: El militar que tiene el domicilio en el distrito electoral donde está prestando servicio es agregado al padrón de la escuela donde presta servicio, en un trabajo mancomunado con el juzgado, para que no sea necesario moverse y votar sin ningún tipo de restricción. Mientras que el militar que cumple su función como un refuerzo extra jurisdiccional también es agregado en el padrón con la única diferencia que tiene la posibilidad de votar por las autoridades nacionales no así por las provinciales.
¿Algo que quisiera agregar?
Me gustaría reforzar que bregamos para el cumplimiento de un mandato constitucional, así nos conectamos con ese espíritu con que nació nuestro rol, garantes de esa imparcialidad. Juramos defender la Constitución y estamos colaborando para que se cumple un mandato constitucional. Al proteger el acto electoral, que es ejercer soberanía a través del voto, en definitiva, estamos, de forma indirecta, también defendiendo la soberanía.
La pandemia nos dio una gran oportunidad para presentarnos a la sociedad desde lo genuino. Esa visualización nos permitió hoy ser valorados por la sociedad. La gran responsabilidad, además del acto electoral, es mantener en alto esa conexión con la sociedad y esa valoración de la sociedad de lo que realmente somos.