Si una persona consulta el índice mundial del Global Fire Power podrá ver que México no cuenta con tanques de batalla principal (tipo oruga) con la protección suficiente para sus tripulantes y capacidad de fuego y maniobra para imponerse en el campo.
El Ejército mexicano no opera un carro de combate principal a orugas desde la década del '80. Los tanques como tal dejaron de emplearse en México y fueron sustituidos por vehículos blindados, con capacidades de fuego más reducidas, pero con un mayor margen de maniobra, más baratos y fáciles de operar. Esta decisión se corresponde con la aparición del nuevo fenómeno denominado como guerra híbrida —corrientes de pensamiento que avalan o no el empleo del tanque en la guerra— primeramente descrito en una publicación del teniente general JN Mattis y FG Hoffman (2006).
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Este nuevo tipo de guerra es resultado de la evolución de los conflictos asimétricos, que combinan elementos y procedimientos convencionales y no convencionales, con participación del crimen organizado, el terrorismo local y global, organizaciones de narcoguerrillas y fuerzas irregulares con armamento sofisticado convencional o de fabricación artesanal.
Evolución
Luego de operar tanques como los M3A1 Stuart, la década de los ‘80 marca el precedente para la consolidación de una ensambladora militar y construcción de blindaje en México. Este momento bisagra se produce con la adquisición de vehículos blindados DN-4 Búfalo y DN-5 Toro a la empresa mexicana DINA por parte del Ejército.
En 1988 se creó el Centro de Mantenimiento Blindado para dar cuidado a los vehículos acorazados con los que contaba el Ejército. Para ese entonces, el Ejército mexicano ya contaba con una gran variedad de vehículos blindados y —sumado al avance tecnológico de la época— decidió que las unidades blindadas ya no dependieran de la Dirección General de Caballería sino de la flamante Dirección del Arma Blindada (1990).
Un par de décadas después, para 2011, el cambio se consolida con la incorporación de los vehículos blindados a ruedas como los Sandcat (el Ejército mexicano opera más de 300) y los consecuentes desarrollos de blindados en la industria del blindaje nacional.
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Aun así, el Ejército mexicano opera 392 vehículos blindados AMX 13, denominados DNC-1. Aunque propiamente no es un tanque, si permite realizar algunas misiones más complejas con una protección adecuada para el personal en su interior.
En 1994, la incursión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en las selvas de Chiapas evidenció las fallas en la movilidad del Ejército mexicano. Esta situación se apaciguó con la incorporación de una variante del tanque ligero AMX-13 francés denominada VCI (Véhicule de Combat D’Infanterie). Este vehículo, operado por un conductor, puede transportar 12 elementos de tropa totalmente equipados en la parte trasera.
Su blindaje protege a los ocupantes con un rango de 8 a 30 mm de grosor. En un principio eran impulsados por un motor a gasolina Sofam 8 Gxb de 8 cilindros y 250 hp. Pero en 2004, la Dirección General de Industria Militar (DGIM) instaló el motor Detroit Diesel 6V53T de seis cilindros con 300 hp en algunas unidades. Esto le brinda una autonomía de 300 a 350 km y sustituye al anterior de gasolina.
Modelos y versiones
El Ejército mexicano opera tres versiones del AMX-13. La versión DNC-1 T-20-13 lleva instalado un cañón automático de origen francés GIAT GI-2 de 20 mm, y se emplea principalmente para el transporte del personal de infantería. Su armamento le permite contrarrestar vehículos y tropas enemigas.
La segunda versión es también un DNC-1 T-20-13, pero equipado con una torreta blindada Tourelleau CAFL 38, que porta una ametralladora FN MAG calibre 7.62 mm que se dispara desde el interior del vehículo. La tercera versión incorpora un mortero de calibre 81 mm.
El Ejército mexicano todavía opera algunas unidades del blindado a orugas para transporte de personal, el Henschel HWK-11, que son conocidas localmente como CBTP (Carro Blindado de Transporte de Personal), y que operan en el 6º Regimiento Mecanizado (RM) en Irapuato, Guanajuato.
Actualmente, el arma blindada mexicana se integra por la Dirección General del Arma Blindada, nueve Regimientos Blindados de Reconocimiento, ocho Regimientos Mecanizados y una Escuela Militar de Blindaje que se encuentra en la Ciudad de Puebla. Los regimientos mecanizados se componen de más de 600 elementos entre jefes, oficiales y tropa, que se encuentran organizados, equipados y adiestrados para llevar a cabo operaciones de alta movilidad con otras unidades blindadas mediante el apoyo y protección de vehículos blindados, distribuidos en tres secciones: de Fusileros Blindados, una Sección de Cañones y una Sección de Morteros.
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