Los ministros de Defensa de Reino Unido, Japón e Italia, pondrán el mes que viene en común sus planes para el programa GCAP, que contempla el desarrollo conjunto de un avión de combate de próxima generación. Está previsto que Ben Wallece, titular del departamento británico; Yasukazu Hamada (Japón) y Guido Crosetto (Italia), se vean este marzo en Tokio para avanzar sobre este proyecto que pretende disponer del nuevo aparato en torno al año 2035. El programa implica principalmente a la compañía británica BAE Systems, a la japonesa Mitsubishi Heavy Industries y a la italiana Leonardo, que también está previsto que participen en la cita.
Fuentes próximas a este encuentro, recogidas por el medio local The Japan Times sin concretar su identidad, añaden que el encuentro puede servir también para explorar la posibilidad de vender el futuro avión a otros países. Para que esto sea posible Japón debe cambiar su Constitución, que actualmente dificulta las exportaciones de armamento por mor de la conciencia pacifista arraigada en el país tras la Segunda Guerra Mundial.
El Gobierno nipón ya ha incluido en su Estrategia de Seguridad Nacional, actualizada a finales del año pasado, la posible revisión de la política de exportaciones militares del país, para la que el primer ministro, Fumio Kishida, se ha mostrado dispuesto a modificar la Constitución en algún momento a partir del próximo abril, de acuerdo con la cabecera local.
El futuro avión de combate del programa GCAP sustituirá a mediados de la próxima década a una flota de unos 330 cazas en servicio. Se trata en concreto de alrededor de 90 aparatos F-2 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón, que es una variante local del modelo F-16 estadounidenses; y 240 Eurofighter británicos e italianos.
Primer aparato no estadounidense
La implicación de Japón en este proyecto supone un hito para el país, que lleva utilizando exclusivamente aviones de combate de origen estadounidense desde que acabó la Segunda Guerra Mundial. De ahí que el acercamiento inicial japonés al proyecto liderado por Reino Unido Tempest no gozase de la simpatía de Estados Unidos.
Tokio lleva tiempo trabajando en un concepto propio de avión de combate de próxima generación dentro del llamado programa F-X, que dará lugar al avión de combate F-3 y que se propuso diseñar sin ayuda exterior. De este modo la posibilidad de que Lockheed Martin prestara soporte técnico, que se estuvo planteando durante un tiempo, quedó descartada en buena parte por que la implicación de la compañía estadounidense dificultaría los planes japoneses de exportación del nuevo avión.
GCAP versus FCAS
El anuncio de la alianza de Japón, Reino Unido e Italia en torno a un avión de combate de próxima generación, que tuvo lugar el pasado noviembre, coincidió con el desbloqueo que España, Francia y Alemania sellaron entonces de su propio proyecto de futuro sistema de combate aéreo (NGWS/FCAS), tras meses de tensas negociaciones entre Airbus y Dassault, principales socios industriales de Alemania e Italia.
La existencia de dos grande programas sobre futuros aviones de combate con implicación europea (FCAS y GCAP) teóricamente se podría generar una sana competición por lograr el mejor sistema entre ambos programas, pero muchas voces expertas llevan tiempo advirtiendo de que el viejo contienente no podrá competir en el futuro mercado de aviones de combates de sexta generación si no es capaz de unir sus diferentes proyectos en uno solo.