La compañía Navantia Australia, filial local de la española Navantia, ha doblado su apuesta por dotar al país de nuevos buques de combate. A los tres destructores adicionales de la clase Hobart (AWD) que propuso el año pasado para que la Real Marina Australiana (RAN) pueda cubrir el hueco de capacidades que está previsto que se le abra en el futuro inmediato, la empresa ha añadido otros seis barcos más. En este caso se trata de media docena de corbetas del modelo Avante 3000, similares por tanto a las que ahora está suministrando a Arabia Saudí, por un valor estimado de 4.800 millones de dólares australianos, lo que equivale a poco más de 3.100 millones de euros al cambio actual.
Por su parte, a los tres destructores Hobart adicionales (el país ya cuenta con otros tres), que hace unos meses ya presentó al país, se les estimó inicialmente un coste de 6.000 millones de dólares australianos (casi 3.900 millones de euros). De este modo, la oferta de Navantia Australia incluye nueve buques de guerra por unos 7.000 millones de euros (10.800 millones de dólares australianos).
Navantia ha confirmado a Infodefensa.com esta nueva oferta no solicitada a su principal cliente internacional, y que tiene en el punto de mira la próxima Revisión Estratégica de Defensa del país, donde se incluye la hoja de ruta de necesidades de la RAN para los próximos años.
Navantia ya acumula en los últimos ocho años más de 110.000 toneladas en grandes buques militares entregados a la RAN. Se trata en concreto de dos buques de asalto anfibio (el HMAS Adelaide y el HMAS Canberra, de 231 metros de eslora y 27.000 toneladas cada uno), tres destructores AWD de la clase Hobart (el HMAS Hobart, el HMAS Brisbane y el HMAS Sydney, de 147 metros de eslora y 6.250 toneladas cada uno) y dos buques de suministro (el HMAS Stalwart y el HMAS Supply, de 174 metros de eslora y 19.500 toneladas de desplazamiento cada uno). Además ha entregado 12 embarcaciones de desembarco LLC, basadas en el modelo español LCM-1E, de 23 metros de eslora y 110 toneladas a plena carga cada una.
Oferta complementaria a la clase Hunter
Navantia, sin embargo, no ganó en 2018 el programa australiano SEA 5000 para dotarse de nuevas fragatas, en el que finalmente la opción elegida fue un modelo, la clase Hunter, basado en el buque británico Tipo 26 de BAE Systems, aún en desarrollo. Sobre este programa, al que se le estima un coste de 44.000 millones de dólares (más de 28.000 millones de euros al cambio actual), un equipo de ingenieros implicados en él elaboró un informe en 2021 planteando importantes dudas sobre la buena marcha de los trabajos. El analista Marcys Hellyer, del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), recogió hace un año que el documento, fechado en noviembre de 2021, “indica que el diseño [del buque británico] está lejos de ser coherente”. El experto lo considera un diseño inmaduro que plantea dificultades como la necesidad de incrementar su tamaño, de las 8.000 toneladas a las 10.000, lo que supone una importante reducción de su rendimiento, entre otras dificultades. La búsqueda de una solución podría dilatar la recepción de los barcos notablemente.
A la vista de estas circunstancias se pergeñó la oferta de Navantia de tres destructores Hobart, con los que ocupar el hueco de capacidades que se abre en la RAN mientras llegan los futuros buques del programa SEA 5000. La ventaja del diseño español es que se trata de un modelo de un barco ya en activo, por lo que los plazos y los costes pueden ser notablemente más reducidos que en un nuevo desarrollo.
Navantia lanzó la opción adicional de los Hobart insistiendo en que se trata de una oferta complementaria, en ningún caso sustitutiva, al programa de las fragatas Hunter. El objetivo de las seis corbetas adicionales ofrecidas ahora, en el marco de un acto confidencial relacionado con la señalada Revisión Estratégica de Defensa, también es el de ocupar un hueco de capacidades que se percibe más ancho ante el aumento de las tensiones frente a China.
Construcción en España por 600 millones o en Australia por 800
De acuerdo con la información recogida por la prensa local, y corroborada por Navantia, la empresa ha ofrecido dos fórmulas para el suministro de las seis corbetas Avante 3000 que propone. Una pasa por la construcción en España de los barcos, que serían similares a las que ahora fabrica el astillero de San Fernando (Cádiz) para Arabia Saudí, y que se entregarían en 2029 por un coste estimado de 600 millones de euros cada uno (el resultado global de 3.600 millones son unos 500 millones más de lo publicado por la prensa australiana). La segunda opción se centra en la construcción de los buques en Australia, lo que elevaría el coste hasta los 800 millones por barco y dilataría las entregas hasta 2032.
Algunos medios señalan ahora que el coste de cada nuevo destructor Hobart alcanzaría los 2.000 millones de euros, lo que elevaría el valor del conjunto de la flota por encima de los 9.000 millones de euros.
Ofertas de BAE y Luerssen
El director de Tecnología de Navantia, Donato Martínez, ha afirmado a la prensa australiana que, si bien “los destructores de la clase Hobart se centran en tareas bélicas de alto nivel, las corbetas proporcionan a la armada australiana una presencia marítima persistente y actúan como un disuasión independiente debido a su capacidad de guerra ofensiva”, según recoge La Voz de Galicia en una pieza en la que apunta marzo como un momento clave para conocer si la oferta de Navantia podrá competir oficialmente.
Al igual que Navantia, las compañías BAE Systems, de Reino Unido, y Luerssen, de Alemania, también ha presentado distintas opciones no solicitadas para que la RAN las tenga en cuenta en el diseño inmediato de su nueva flota de buques de combate.