Las dificultades para que los socios de los proyectos de futuros aviones de combate europeos mantengan los calendarios previstos se suceden. Ahora es el presidente y consejero delegado de la firma sueca Saab, Micael Johansson, el que ha revelado que la participación de su país en el programa que contempla el desarrollo del caza Tempest, liderado por Reino Unido, se encuentra en “un periodo de hibernación”.
Las declaraciones de Johansson coinciden con el periodo de desencuentro que Alemania y Francia están evidenciando en el otro proyecto de caza de próxima generación que se desarrolla en el viejo continente, dentro del llamado FCAS, y que está protagonizado por las compañías Airbus, por parte de Alemania, y Dassault Aviation, representando a Francia.
Si hace unos meses abundaban las declaraciones en torno a la necesidad de que confluyan en uno solo ambos proyectos (el liderado por Reino Unido, y con Italia, Suecia, y probablemente Japón, como socios, por una parte, y el del FCAS con Francia, Alemania y España, por otro), ahora arrecian los desencuentros entre los propios partícipes de cada uno.
En el caso de Saab, su CEO ha lamentado que la empresa, y con ella Suecia, se han quedado relegadas a un segundo nivel en el programa de futuro sistema aéreo de defensa que incluye el desarrollo del Tempest (también conocido como FCAS, aunque no hay que confundir con el proyecto franco-germano-español). “Nuestra participación no está siendo tan intensa como pensamos al principio”, en relación a la del resto de socios, ha apuntado, informa Jane´s.
“No estamos fuera del programa”, ha advertido Johansson, “pero se ha producido un periodo de hibernación para Suecia mientras vemos como Reino Unido, Italia y, potencialmente, Japón arman el programa”, por lo que, ha concluido, “no estoy seguro de cómo se desarrollará esto”.
Desencuentro entre los socios alemán y francés
Suecia se sumó a los esfuerzos del programa FCAS que entonces ya formaban Reino Unido e Italia hace tres años, si bien aún no se ha comprometido a unirse al proyecto del caza Tempest, que es la estrella de estos planes, y de momento sigue centrada en emplear las tecnologías que adquiera en esta iniciativa para mejorar su flota de aviones Gripen, desarrollados y fabricados por Saab en el país.
En todo caso, las dificultades por las que atraviesa el otro programa FCAS, encabezado por Airbus (Alemania), Dassault (Francia) e Indra (España), parecen más serias. En este es principalmente el CEO de Dassault Aviation, Eric Trappier, quien lleva varios meses encadenando declaraciones que ponen en duda la viabilidad de los planes. Trappier ha advertido de la posibilidad de que el actual parón en el proyecto, a cuenta del liderazgo en el desarrollo del prototipo de futuro avión de combate de sexta generación, acabe por echar por tierra el programa.