Agustín Rosety, portavoz de Defensa de Vox, defiende en la segunda parte de la entrevista a Infodefensa.com que hay que aumentar el presupuesto de Defensa y sacar adelante una ley de financiación de las Fuerzas Armadas que además esté acompañada de una revisión de la estrategia nacional.
¿España tiene que invertir más en defensa?
¿Hay alguna duda de que hay que invertir más? Una potencia de la talla estratégica de España, entre las principales naciones de la Unión Europea, no puede tener un esfuerzo en defensa que es el penúltimo de la OTAN.
¿Hay que llegar a ese famoso compromiso del 2% de la cumbre de Gales?
Lo cierto es que los gobiernos del PP y PSOE no han cumplido con ese compromiso, estamos en la mitad. Por poner un ejemplo, Italia es un país semejante a España en peso estratégico y el gasto es el doble. El problema es que cuando el presupuesto es muy bajo hay partidas que son rígidas, que no pueden reducirse. Al personal hay que pagarle, aunque sea mal, como sucede ahora. Esas partidas no se pueden reducir. Un presupuesto en el que el gasto supera a la inversión no puede apostar por el futuro. El personal mal pagado absorbe gran parte del presupuesto, y no puede reducirse, porque ya tenemos unos efectivos que no pueden bajar más, y luego tenemos comprometido un 20% en inversiones, lo que queda para sostenimiento es nada. La consecuencia de esa política financiera es el maltrato al personal y la ineficacia de la fuerza. Hay créditos extensibles, pero son parches. Así no es posible una previsión.
¿Es necesaria una ley de financiación en Defensa de la que tanto se ha hablado?
La solución es elevar el presupuesto de defensa. Para ello, hay que hacer un escenario económico en el que nos vamos a mover y establecer una previsión. Un escenario financiero a partir de un plan nacional con objetivos. Y con arreglo a esto, hacer una ley de financiación de las Fuerzas Armadas que establezca el gradiente de crecimiento. Esto es una prioridad. Este es el primer pilar, el compromiso financiero con la Defensa.
¿Cuál sería el segundo pilar?
No sirve de mucho tener recurso financiero si no tenemos claro en qué invertir. Periódicamente, hay que hacer una revisión estratégica y ver cuáles son nuestros intereses y objetivos y en consecuencia cuál tiene que ser la política de defensa en cada uno de los campos: personal, material y financiero. Tenemos que invertir en tecnologías que vamos a necesitar y tener muy claro el para qué, es muy importante. Para eso hay que tener un concepto estratégico nacional. Hay que definir qué tipo de potencia es España, ¿dónde están nuestros intereses?, ¿somos una potencia regional?, ¿podemos tener intereses globales?… Son preguntas que hay que hacerse.
El Gobierno ha aprobado en los últimos años varios programas de adquisiciones, ¿esto es suficiente?
Es aventurado hablar de necesidades sin una estrategia, pero hay cosas que saltan a la vista. Argelia, de donde viene nuestro gas, está enfrentada con Marruecos. En este contexto, sería muy importante que España tuviera una superioridad militar y ser una referencia importante en la región para nuestros aliados. Tenemos seis submarinos argelinos navegando en este momento. Hemos perdido la capacidad de patrulla marítima... ¿Dónde están esos submarinos? Hay un vacío, denunciado hace quince años y no hemos sido capaces de resolverlo. Es un ejemplo, pero lo mismo se puede decir de nuestro programa de submarinos. Otro ejemplo. Marruecos está potenciando su capacidad antiaérea, España tenía una baza importante en este campo, que se está empezando a erosionar. A la indefinición de qué es lo urgente o necesario, se une que no sabemos cuál es el desarrollo del programa. Sabemos cuando empieza, pero no cuando termina, porque hay reprogramaciones. Hemos tenido hasta nueve reprogramaciones de recursos financieros. En el plan de inversiones aparecen las cuatro primeras anualidades y sabemos el coste estimado de un programa... después llegan los retrasos. Llevamos 20 años esperando un vehículo de combate. Hay falta de certezas al mirar al futuro, con lo cual ni las Fuerzas Armadas pueden manifestar una ambición determinada ni la industria de defensa puede realizar un planeamiento estratégico adecuado.
Habla de la industria de defensa, ¿cómo se puede potenciar el sector?
La industria de defensa es un subsector pequeño, pero que no adolece de los defectos de la industria española, es decir, tiene un mayor dinamismo e inversión en I+D con empresas más grandes en proporción. Luego está la facturación, con una parte nacional muy importante, pero reducida, y la exportación, donde está la mayor parte de los ingresos. Es necesaria una mayor demanda de las Fuerzas Armadas -el cliente principal, lo que al final depende del presupuesto de Defensa. Esto es importante, porque no se puede exportar lo que no se ha podido mostrar. En India, por ejemplo, ¿cómo vamos a vender un submarino que todavía no ha hecho inmersión y no tiene el sistema AIP? Tiene muy buena pinta, sí, y sobre el papel será un buque magnífico, pero lo cierto es que no está operativo y es difícil vender. Necesitamos que las Fuerzas Armadas demanden, pero para eso se necesita presupuesto. Y, además, necesitamos que esa demanda sea regular para que la industria pueda invertir.
¿Puede hacer algo más el Gobierno en las exportaciones?
Las exportaciones tienen que estar apoyadas por el Gobierno. Es de antología las meteduras de pata del Gobierno con las exportaciones, por ejemplo, de Navantia, empresa 100% SEPI con una deuda creciente y gestión desastrosa. Hay que cuidar los contratos y los clientes. Si mandamos una fragata F-100 a un grupo de un portaaviones estadounidense y cuando hay un riesgo lo sacamos de la formación. ¿Qué queremos que nos compren después? Al final, ganó Fincantieri con un producto peor.
La UE ha comprometido más de 8.000 millones para capacidades militares, ¿el futuro del sector está en Europa?
Sí, por descontando. Tenemos que estar naturalmente en la Pesco y tratar de unir esfuerzos y encontrar partenariados en los que esté la industria española. En el ranking Sipri, la única empresa española es Navantia en el puesto 80. Necesitamos partenariados.