Estados Unidos se ha propuesto un ambicioso plan para reemplazar en el futuro al grueso de su actual flota de helicópteros militares, entre los que se incluyen modelos tan conocidos como el UH60 Black Hawk, el AH-64E Apache, el CH-47 Chinook y el OH-58 Kiowa. Y Reino Unido se acaba de comprometer a colaborar con su esfuerzo en la propuesta. Ambos países han unido fuerzas para que las soluciones a las que lleguen puedan interoperar en el futuro.
El acuerdo, suscrito el lunes pasado en Londres, incluye el compromiso de explorar juntos nuevos conceptos para el denominado dominio aéreo de nivel inferior, que es en el que suelen operar las aeronaves del ejército, que en gran medida son helicópteros.
El denominado programa FVL (siglas en inglés de elevación vertical futura –Future Vertical Lift–), está dividido en Estados Unidos a su vez en una serie de iniciativas centradas en distintas capacidades. Así, por ejemplo, ya existen opciones para la denominada Futura Aeronave de Asalto de Largo Alcance (FLRAA, por sus siglas en inglés), que este año se espera que decida entre los modelos V-280 Valor, de Bell, y el SB-1 Defiant, de Sikorsky y Boeing, para sustituir a los actuales Black Hawk. Otro programa contenido dentro del FVL es el de Futura Aeronave de Reconocimiento de Ataque (FARA), para reemplazar a los Apache, y al que también optan Bell, Boeing y Sikorsky (en este caso estos dos últimos por separado) con aparatos aún no tan desarrollados como los del FARA. Boeing presentó hace casi un año su propuesta, Bell por su parte reveló unos meses antes su 360 Invictus, con el que compite, y Sikorsky ya viene trabajando desde tiempo antes en su S-97 Raider.
La alianza acordada ahora se añade a la colaboración que ya existía previamente entre el Reino Unido y el Ejército y la Armada de Estados Unidos para incrementar la compatibilidad de las arquitecturas de sistemas abiertos, de modo que se facilite el aprovechamiento de los avances tecnológicos de las partes.