Alemania y la meta del 2% propuesta por la OTAN
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Alemania y la meta del 2% propuesta por la OTAN

Helicóptero Sea Lion alemán. Foto: Ministerio de Defensa de Alemania
Helicóptero NH90 Sea Lion alemán. Foto: Ministerio de Defensa alemán
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A la luz de las noticias generadas por medios especializados, Alemania parece ser entre los países miembros de la OTAN, uno de los incumplidores más destacados, en no alcanzar la meta del 2% en el gasto militar respecto al PIB del país propuesto por la organización. Cabría hacerse las siguientes preguntas: ¿por qué no alcanza esa meta? ¿Y por qué las miradas están dirigidas a Alemania y no están pendientes de otros miembros como España, Italia, y Bélgica que no alcanzan ese logro? O incluso ¿por qué Reino Unido y Francia lo han conseguido?

La realidad que hay detrás de este índice es que subyace un conflicto de intereses en el seno de la Alianza Atlántica que desnuda la poca responsabilidad de Europa en su propia defensa. La trama o nudo de este conflicto es precisamente la seguridad europea, pero mientras la política intenta construir confianza para resolver futuros conflictos, los políticos no logran ponerse de acuerdo en cuanto a los medios necesarios y por ende los esfuerzos no son parejos.

En esta ocasión, la política ha recurrido a la ciencia para ser más preciso a la econometría, pero obviando que ciertas ciencias son exactas como sostienen los matemáticos o intentan serlo como expresan los físicos, mientras los políticos para llegar a un resultado en las relaciones de interés siempre apelan al consenso.

En mi opinión, el argumento del 2% no es el mejor anclaje para traccionar en el marco militar de la unión atlántica por la preservación del continente europeo.

Cuan realista es el coeficiente del 2 %

Respecto a mi punto de vista, el cual he abordado en artículos anteriores[1] parece apropiado explicitarlo nuevamente y demostrarlo en forma inversa desde el absurdo. La idea es suministrar la información y proponer la consiguiente lógica con el fin de no cementar razonamientos como lo que plantean ciertos medios[2]. El primer paso de esta explicación es demostrar el comportamiento que han tenido las variables PIB (producto interno bruto) y GADEF (gasto en defensa) a lo largo de una serie histórica desde la incorporación de Alemania en el seno de la unión hasta 2020.

Grafico 1

Gráfico Nº1: Recta de regresión entre PIB [3] y GADEF[4] de Alemania[5],  período 1953 -2020 en millones de dólares americanos corrientes.

El presente diagrama bidimensional prueba que existe una alta correlación positiva en la recta de regresión que ajusta los valores encontrados para la serie histórica y medida a través del Coef. de Pearson entre, PIB (variable independiente) y GADEF (variable dependiente) arroja una correlación de R= 0,9370, siendo el Coef. de Determinación R2= 0,878. Esto nos dice que hay una muy alta correlación entre las dos variables (valor máximo igual a 1), que la misma no es aleatoria[6] y que el 87,8% de la variación en el gasto de defensa se debe a la variación en el PIB y tan solo un 12,2% se explica por otras variables no analizadas en el presente estudio.

Si desarrollamos el gráfico de dispersión de puntos entre PIB como variable independiente y la tasa GADEF/PIB como variable dependiente, el análisis de regresión muestra lo siguiente. El momento R de Pearson entre ambas variables es R=-0,89440, lo cual ratifica la alta correlación entre variables y que no es aleatoria. Avanzando en el análisis de regresión, el Coef de Determinación R2= 0,80. Esto explica que el 80% de la disminución de la ratio GADEF/PIB se explica por aumento del GADEF el cual tiene una relación altamente positiva con el crecimiento económico de Alemania medido a través del PIB. Por ende, un menor ratio GADEF/PIB se explica por el mayor crecimiento del PIB.

Global Data advierte sobre el bajo nivel de crecimiento anual compuesto [Compound annual growth rate, (CAGR)] que va a tener el gasto de Defensa alemán, el cual se desacelerará en el período 2020-26 llegando a ser de -0,04 % en 2026. Si bien este factor otorga información confiable para comparar la dinámica del GADEF en una serie de años, al introducir el gasto de defensa mediante el porcentaje GADEF/PIB e inferir una conclusión, no transforma la premisa en un supuesto sino en una conjetura fácilmente desechable.

Si se razonara por la vía inversa y el absurdo esto nos llevaría a pensar que Alemania, si mantiene el nivel de gasto militar proyectado por GD para el período 2020-2026, a moneda constante como pronostica el medio y detuviera su crecimiento económico o incluso disminuyera su PIB, estaría más cerca de la propuesta de alcanzar el ratio del 2% al mantener el numerador y disminuir denominador del ratio GADEF/PIB.

Cabe señalar que los pronósticos económicos sobre el PIB-PPP (paridad del poder adquisitivo) para el 2024 respecto al 2008, en un ranking internacional auguran para Alemania mantener el quinto lugar. A modo de contraste, Francia retrocedería al 9º lugar desde el 8º y el Reino Unido del 9º al 10º. Como consecuencia de esto, la ralentización de las economías inglesa y gala podrían causar más alegría en el interior de la coalición que la de Alemania, ya que es probable que estén más cerca o mantengan una posición más cercana al propósito de los Estados Unidos el cual es, que los miembros lleguen al 2% de la relación expresada anteriormente.

Grafico 2

GRÁFICO Nº 2: Recta de Regresión entre GADEF e indicador GADEF/PIB (%)[7]de Alemania, serie 1953 – 2020 en millones de dólares americanos corrientes.


Recordando la historia y reflexionando sobre la actualidad

La firma del tratado del Atlántico Norte en 1949, fue el fruto del afán de los Estados Unidos para fomentar la integración política de Europa y evitar que surgieran nuevos nacionalismos militares. La amenaza que significaba Stalin con sus 200 divisiones y cerca de cinco millones de soldados requería ante este hecho apuntalar la cohesión de la organización con una fuerte presencia militar norteamericana en el continente.

Para los países participantes la inclusión del artículo cinco otorgó al acuerdo la fortaleza de un pacto militar que permitía generar confianza entre los firmantes, dando a la misma el carácter de una alianza político-militar y la certidumbre que ante una maniobra militar de la Unión Soviética (URSS), la respuesta sería al menos de la misma magnitud e intensidad producto del apoyo de los norteamericanos.

Sin embargo, desde aquellos años y hasta el desplome de la URSS y la disolución del pacto de Varsovia los blindados rusos estaban a 300 km del Cuartel General del Grupo de Ejércitos Central en Heidelberg, Alemania. Para empeorar las cosas, el nivel de acopios de la OTAN en ese período era en promedio de 30 días, pero aún menor en muchos de los países europeos miembros de la alianza. La baja inter-operatividad de sus equipos, la falta de normalización de los acopios, de coordinación y de sistemas comunes hacían que los aliados no pudieran apoyarse mutuamente. Por lo tanto, la única capacidad que los soviéticos temían era la de las armas nucleares tácticas y estratégicas, sobre todo del arsenal americano. De no haber sido así, probablemente Europa hubiera sido invadida.

En 1990 con la desaparición del bloque comunista surgió un nuevo contexto internacional que obligó a la Alianza a redefinir su rol, pues ya la amenaza latente de una invasión a Europa Occidental por parte de la URSS y sus aliados había desaparecido, por ende no hacía falta ni disuadirlos ni estar preparados para defender a Europa central en caso de un ataque.

En principio la OTAN buscó nuevas misiones para el instrumento militar y se volcó a asegurar la estabilidad en los países vecinos de Europa. Así es como se produce la primera intervención en los Balcanes, durante la Guerra de Bosnia bajo mandato de la Naciones Unidas, asegurando las zonas de exclusión aérea y luego con la Operación Fuerza Deliberada, el bombardeo intenso de posiciones de los serbobosnios para obligarlos a firmar la paz. En 1999 pero ya no bajo la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia se oponía), se llevan a cabo los bombardeos en Kosovo para detener los crímenes de los serbios contra la población albano-kosovar.

Aparte de esto, los Estados Unidos luego de los atentados del 11-S del 2001, involucran a la organización en su respuesta al terrorismo internacional, al invocar el artículo quinto del tratado de Washington para responder a la agresión contra un país miembro, y como consecuencia de esta decisión sale los aliados salen de su esfera europea. Comienzan las operaciones de combate en Afganistán contra los talibanes y Al Qaeda que se extendieron hasta el 2014 mediante el mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), luego surgieron las misiones destinadas a entrenar y dar apoyo a las fuerzas afganas como Apoyo Decidido (Resolute Support) que terminó recientemente, así como el entrenamiento y sostén en Iraq a las fuerzas iraquíes que aparentemente termina en 2021. Otras operaciones importantes fuera del continente han sido el despliegue en el Océano Índico contra la piratería somalí en la Operación Escudo Oceánico (Ocean Shield) y, los bombardeos en Libia en 2011, Operación Protector Unificado (Unified Protector).

La pregunta que cabría hacerse es sí, este nuevo rol de combatir el terrorismo internacional en todas sus formas para mejorar la seguridad de Europa, contribuye a la salvaguardia europea contra una potencia regional del calibre militar de Rusia, la cual está muy preocupada y recelosa de cualquier movimiento de la OTAN que implique una reducción de su perímetro de protección. La federación rusa decodifica esas acciones como un avance hacia su zona de influencia, dando por resultado respuestas como fueron los conflictos en Georgia, Chechenia, la anexión de Crimea en 2014 y el apoyo a los separatistas rusos en la región de Donbass. Esta maniobra dejó muy preocupada a la organización y en la cumbre de Gales de 2014, el objetivo del 2% planteado por primera vez por los Estados Unidos en la cumbre de Riga durante el año 2006, tomo más fuerza. Se buscaba cohesionar a los miembros detrás del índice de gasto militar en relación al PIB como una forma de explicitar el interés en la defensa de Europa.

La cuestión real es quién encabeza la arquitectura defensiva de Europa

Los Estados Unidos a partir de los 90’ y con la caída del imperio soviético, han visto crecer a China, la cual ha llegado a ser la posible superpotencia mundial decididamente encaminada a disputarle el liderazgo mundial, no solo en lo económico sino en el plano militar, alterando la geopolítica del Indo-Pacífico y el Mar de la China.

Para este posible conflicto múltiple el Reino Unido, debido a su relación de identificación con los Estados Unidos estará a su lado como así también otros actores con intereses comunes como Australia, Japón y Corea del Sur. Esto implica que es necesario traspasar la responsabilidad de la OTAN a los actores europeos que por peso propio pueden sobrellevar esa carga. Descontando la importancia de Francia como pieza fundamental en la defensa de Europa, la alianza necesita tener a una economía como Alemania al frente de esta misión.

En el fondo subyace la idea que el motor económico de Europa, tome el toro por las astas y se convierta en la potencia militar que garantice la defensa de Europa, algo que la sociedad alemana rehúye desde hace tiempo y los políticos germanos lo saben.

Si se compara el gasto de 1990 y de 2020 a dólares constantes de 2019, los catorce miembros europeos históricos, han gastado casi la misma cifra 265.000 millones contra 269.350 millones actualmente, pero con un descenso importante del gasto alemán. Los restantes nuevos catorce miembros aportan casi 32.200 millones.

Alemania ha descendido de 61.4000 a 52.760 millones de dólares de 2019, lo cual representa 8.640 millones menos. Pero su economía pasó de un PIB a dólares constantes de 2019 de 2,4 billones a 3,77 billones es decir creció a valores constantes en estos 30 años un 55% más. En el caso de Francia y también a dólares constantes su gasto en defensa pasó de 51.400 millones a 52.750 millones y su economía creció un 39% en el mismo período, pero representa el 67,5% de la alemana. En pocas palabras los gastos similares de Alemania y Francia, significan en el caso alemán el 1,4 % del ratio GADEF/PIB y en el caso francés el 2,1%.

Sin embargo, si el gasto militar solamente se traduce en gastos de equipamiento, implicará un esfuerzo a nivel orgánico pero no operacional, dando lugar a una coacción genérica. Es decir, representa la posibilidad de oponer medios militares a los fines del oponente.

Por otro lado, los únicos aliados de envergadura al probable tándem conformado por Francia y Alemania serían Italia y España, dos aliados que se resisten a alcanzar el objetivo del 2% y los dos presentan limitaciones para cumplir las misiones que la estrategia noratlántica podría asignar a ambos.

Queda saber si existe el llamado “fighting power” de la Bundeswerh para oponerse a una operación de envergadura de fuerzas hostiles en los límites de la OTAN. Yendo un paso más adelante cabría preguntarse si las fuerzas armadas alemanas tienen actualmente los mandos y el espíritu de combate de otrora, para tomar el lugar que Estados Unidos pretende que ocupe. Martin van Creveld escribió una vez, un ejército que no puede mirar su historia con orgullo, en realidad, no es un ejército en absoluto.

Notas aclaratorias


[1] ¿Está equivocado el presidente Trump en sus exigencias a la OTAN?  (I) y (II)

https://www.infodefensa.com/mundo/2020/02/25/opinion-equivocado-presidente-trump-exigencias.php

https://www.infodefensa.com/es/2020/03/04/opinion-equivocado-presidente-trump-exigencias.php

[2] Global Data en un artículo firmado por Madeleine Wild 

https://www.globaldata.com/german-defense-budget-growth-0-04-2026-despite-pressure-nato-allies-says-globaldata/

y amplificado por National Interest bajo la firma de Peter Suciu.

https://nationalinterest.org/blog/buzz/despite-nato-pressure-german-defense-budget-has-failed-increase%C2%A0-191897

[3] PIB en https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.MKTP.CD y https://www.sipri.org/databases/milex

[4] Gasto militar y gasto en Defensa (GADEF) a los fines del presente ensayo son términos similares.

[5] https://www.sipri.org/databases/milex

[6] Se realiza el análisis estadístico con la prueba “t” de Student

[7] Idem



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