Navantia acaba de dar el pistoletazo de salida de las fragatas F-110. En apenas cinco meses, en marzo de 2021, el astillero de la ría de Ferrol iniciará la construcción de la primera de las cinco fragatas encargadas por España. Este nuevo buque es el mayor desafío tecnológico del constructor naval, con permiso del submarino S-80, y está llamado a marcar un antes y un después en la Armada española. Las cifras reflejan a la perfección el alcance del proyecto. Es el mayor encargo hasta la fecha del Ministerio de Defensa a los astilleros públicos españoles, con un presupuesto de 4.325 millones de euros, y su construcción generará a lo largo de la próxima década 7.000 empleos, entre directos e indirectos, lo que se traduce en unos 20 millones de horas de trabajo.
La Armada recibirá cinco fragatas que lucirán el nombre de marinos ilustres de la historia de España: Ramón de Bonifaz (F-111), Roger de Lauria (F-112), Menéndez de Avilés (F-113), Luis de Córdova (F-114) y Antonio Barceló (F-115). El calendario previsto establece que la primera entrará en servicio en torno a 2026 y la última, en 2030. Los nuevos buques vienen a sustituir a las seis veteranas fragatas de la serie F-80 (Santa María, Victoria, Numancia, Reina Sofía, Navarra y Canarias), al final ya de su vida, después de tres décadas surcando los mares de medio mundo.
Si algo diferenciará las F-110 de otros buques en servicio en la Armada española y en otras marinas es, sin duda, el componente tecnológico. Cada fragata llevará en el interior del casco en torno a 2.000 sistemas. Quizás el mejor ejemplo de esta flamante tecnología sea el denominado gemelo digital. De hecho, la F-110 es el primer buque contratado en el mundo que incorpora esta solución.