La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) inauguró ayer el centro de análisis forense más moderno de Sudamérica, valorado en cerca de 34 millones de dólares.
La ceremonia estuvo encabezada por el presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a los ministros del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Delgado; de Defensa, Baldo Prokurica; de Obras Públicas, Alfredo Moreno, y al director general de la PDI, Sergio Muñoz, quienes presenciaron el inicio de las operaciones del nuevo Laboratorio de Criminalística Central en Santiago.
En la actividad también participaron el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva, el fiscal nacional del Ministerio Público, Jorge Abbott, y los subsecretarios de Interior, Juan Francisco Galli, y de Prevención del Delito, María José Gómez.
Según la PDI, el nuevo centro de anális representa uno de los grandes avances en la historia de la institución ya que por primera vez cuenta con un edificio diseñado y construido exclusivamente para la investigación forense. Ello permitirá no solo mejorar la calidad de la labor policial sino que, también, situar a la PDI, y al país, como un referente regional en estas materias.
Tras destacar los altos estándares en infraestructura y equipamiento, el presidente Piñera señaló que la inauguración del Laboratorio de Criminalística Central "constituye un paso más del compromiso de nuestro gobierno de modernizar y fortalecer a nuestras policías, además de entregarles todos los instrumentos y herramientas necesarias para poder enfrentar con mayor eficacia el crimen organizado, el narcotráfico, el terrorismo y la violencia".
En tanto el director general, Sergio Muñoz, indicó que “para alcanzar la tan anhelada verdad que requieren nuestro sistema de enjuiciamiento criminal y compatriotas, hoy, emplazado en la comuna de Pudahuel, la PDI y Chile cuentan con el centro forense más moderno del continente, tanto en infraestructura como en equipamiento, para complementar la investigación no solo nacional, sino que también internacional, cuando policías extranjeras soliciten nuestra opinión experta en materia científico criminal”.
En 7.890 metros cuadrados de terreno y 14.564 construidos, se levantan tres edificios que albergarán a la Jefatura Nacional de Criminalística y el Laboratorio de Criminalística Central. El primero de ellos, de siete pisos, está destinado a oficinas. El segundo, de tres plantas, permitirá la operación de la mayoría de los laboratorios. Y el tercero, de la misma altura que el anterior, alberga a la sección Mecánica. En un cuarto sector, subterráneo, se ubica un salón auditorio y un polígono de tiro.
La inversión, cercana a los 34 millones de dólares, consideró un sistema de aislamiento antisísmico, sistemas de detección y extinción de fuego, además de equipos para el suministro continuo de energía eléctrica; todo lo cual se orienta a garantizar el funcionamiento del laboratorio, incluso, en situaciones de emergencia o catástrofe nacional.
Otra de sus características relevantes es que en el diseño de sus dependencias se consideraron las condiciones para instalar equipamiento especializado. Ello implica, por ejemplo, poder avanzar en la certificación de servicios policiales bajo las normas ISO 9001, ISO 17025 y NCh 3249.
Su tecnología de punta incluye instrumentos destinados a pericias de alta complejidad, entre estos, los que permiten la identificación de personas mediante huellas genéticas y dactilares; esclarecimiento de hechos criminales mediante la identificación de evidencia balística; de tipo nuclear, para el análisis de evidencias trazas; otros para la investigación de delitos informáticos, medioambientales, documentales y para hechos de interés criminalístico asociados al uso de sustancias químicas.
Todo lo anterior hace que esta edificación, única en Chile, permita optimizar la labor de los más de 300 integrantes de la PDI que nutren las 17 secciones que ofrecen 192 servicios periciales, y poder incluir a nuevas especialidades, conforme a la evolución de la criminalidad y a los más exigentes requerimientos de los investigadores policiales y del sistema de administración de justicia que ha puesto en el centro del proceso de persecución policial a la prueba científica.