China ha respondido al envío por parte de Estados Unidos de aeronaves remotamente pilotadas (ARP) espías al Mar del Sur de China–donde Pekín ha decidido construir islas artificiales– tratando de interferir electrónicamente las comunicaciones de estos aparatos.
El portal conservador Washington Free Beacon ha publicado que al menos un dron de largo alcance Global Hawk fue objeto de un intento de bloqueo electrónico por parte de China en las cercanías de las islas Spratly, donde los militares chinos estás construyendo unas instalaciones sobre el arrecife Fiery Cross. Además, la semana pasada un avión de vigilancia P-8 de la Marina de Estados Unidos fue conminado hasta en ocho ocasiones por fuerzas militares chinas para que abandonase esa misma área. Un reportero de la cadena norteamericana CNN que se encontraba en la aeronave informó de que una llamada de radio en inglés desde Fiery Cross pedía a la aeronave marcharse del lugar “por favor, para evitar malentendidos”, después de anunciar de que se trataba de la Marina china. La Armada norteamericana confirmó este episodio al día siguiente y divulgó un video en el que se oyen mensajes de advertencia a la tripulación del P-8.
Se trata además de las primeras operaciones que la Marina da a conocer de su nuevo avión de vigilancia P-8, modelo armado con torpedos que se ha desarrollado sobre la plataforma del Boeing 737 comercial. Un oficial norteamericano apunta en la filmación que la pista de aterrizaje que se construye en el citado arrecife mide “cientos de metros” y que se ha estado trabajando en ella durante los últimos meses.
El portavoz del Pentágono Steve Warren ha explicado que Estados Unidos no reconoce la soberanía reclamada por China de las islas en disputa, y ha añadido que ni sus aviones P-8 ni sus buques se han acercado a menos de doce millas de las mismas, aunque a continuación ha insinuado que en el futuro sí podrían dar ese paso.
En cuanto al incidente sobre el Global Hawk, se trata de un asunto clasificado del que ni el Mando del Pacífico ni la Fuerza Aérea del Pacífico quieren comentar nada, informa el medio norteamericano.
Para el experto militar chino Peng Guangqian, citado por la agencia rusa Sputnik, Washington está provocando intencionadamente a Pekín, por lo que China “se ve obligada” a responder y neutralizar con interferencias electrónicas los drones Global Hawk que vuelan cerca de las “islas Nansha”, como también se conoce a las Spratly.
"Si Washington insiste en que Pekín renuncie a la construcción de islas artificiales en el mar de China Meridional, la guerra será inminente y por su intensidad superará lo que la gente llama roces", recoge la agencia del Global Times, al que define como voz del Comité Central del Partido Comunista Chino.
El periódico ruso Nezavisimaya Gazeta llega a considerar, a partir de estas informaciones, que EE UU y China están al borde de un “conflicto armado”.