Colombia aumentará su presupuesto para Defensa en 2016 en casi un 6% respecto a 2015, pero reduce el capítulo de inversiones hasta casi la mitad respecto a los ejercicios anteriores.
Con atenciones enfocadas en la próxima terminación del conflicto armado y la firma de un acuerdo de paz, el Gobierno de Colombia ha presentado el presupuesto asignado al sector de la Defensa y Policía de esa nación para 2016, que actualmente encuadra a 482.154 hombres y mujeres en sus Fuerzas Armadas (291.711 en las Fuerzas Militares y 190.443 en la Policía), más 23.993 civiles.
Según el Ministerio de la Defensa colombiano, con las sumas establecidas se busca fortalecer la política integral de seguridad, aumentando el control territorial, así como manteniendo los niveles de alistamiento de los equipos y sistemas en las diferentes fuerzas, para lo que se ha planteado la adquisición y el mantenimiento de una aeronave de ala fija, dos buques de desembarco anfibio y 95 aeronaves, construyendo además cinco comandos y siete estaciones de Policía y reforzando las instalaciones de dos comandos y tres estaciones policivas.
El Ministerio de Defensa, es según estas cifras, el segundo con mayores asignaciones dentro del presupuesto de este país para el 2016 (cerca del 14% del mismo), habiéndose incrementando sus recursos en 1,7 billones de pesos, pues pasó de 28,3 billones de pesos en 2015 a 30 billones para el 2016 (aproximadamente 10.350 millones de dólares a TRM de octubre 22 de 2015, casi un 6% más que el año anterior).
Sin embargo de esos 30 billones, 28,9, es decir, el 96.3%, estarán destinados a gastos de funcionamiento, representados en gastos de personal (13,5 billones), bienes y servicios (4,7 billones), operaciones comerciales (1,7 billones), pensiones (5,9 billones), sanidad (dos billones), sentencias (1,1 billones) y solo un 3,6%, traducidos en 1,1 billones, serán empleados en inversión para, por un lado, fortalecer la seguridad y, por otro, las capacidades estratégicas de las fuerzas militares.
Evidentemente las cifras, por sí solas, reflejan una realidad muy distinta, pues con cerca de solo 379 millones de dólares para inversión, son muy pocos los sistemas de defensa que pueden incorporarse y que esta nación requiere con urgencia, no solo para darle cumplimiento a uno de los postulados de la “política integral de seguridad y defensa para la prosperidad”, sino para compensar un balance estratégico regional desfavorable en estos momentos y en un escenario geopolítico fronterizo cada vez más complicado.
Las anteriores sumas pueden compararse con las de 2015, cuando las cifras ascendían a 1,4 billones (650 millonesde dólares correspondientes al 5% del presupuesto) y con las de 2014, cuando con un presupuesto ligeramente menor, la cifras destinadas a inversión correspondían a casi 2,2 billones de pesos, lo que en la práctica significa una disminución cercana al 63% en estos dos años, hecho que reiteramos, evidencia la falta de coherencia entre los postulados y justificaciones con la realidad, y a los que se le ha sumado una fuerte depreciación de la moneda local –peso- respecto del dólar estadounidense.
La inversión en defensa colombiana disminuye entonces en términos de dinero en valores cercanos a los 271 millones de dólares, aún a pesar –y como se ha venido reiterando- de urgentes necesidades en materia de adquisición y/o renovación de equipos, pero justificado en la necesidad de la actual administración nacional de financiar (a como dé lugar), la etapa de postconflicto que se avecina y que sin lugar a dudas incidirá (no tan positivamente) en las actuales percepciones y situaciones de seguridad urbana, que han seguido degradándose desafortunadamente.
Imagen: Ministerio de Hacienda