La Armada de Chile recibió un estudio de factibilidad técnica y económica de la Universidad Católica de Chile (UC) que propone la construcción de fragatas de 5.200 toneladas y 132 metros de eslora como la mejor alternativa para reemplazar los buques de la Escuadra Nacional en el mediano plazo.
Según una nota publicada en el diario El Mercurio de Santiago, la institución encargó un estudio de factibilidad a la casa de estudios para poder implementar y desarrollar un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval que permita reemplazar sus principales unidades de superficie una vez que cumplan su vida operativa.
El decano de la Facultad de Ingeniería de la UC, Juan Carlos de la Llera, había presentado algunas de las conclusiones de este estudio en el acto inaugural del Mes del Mar 2019 entre los que destaca que la construcción de ocho fragatas costaría un 88 por ciento del valor que demandaría su compra en el extranjero.
El análisis, que evaluó las distintas alternativas que ofrece el mercado internacional incluida la compra de buques de segunda mano, determinó que la construcción local es la mejor opción ya que permite dejar en el país un 30 por ciento de toda la inversión y generar importantes beneficios en investigación, desarrollo e innovación tecnológica.
El estudio plantea la construcción de una fragata de 5.200 toneladas de desplazamiento y 132 metros de eslora. El buque alcanzaría una velocidad máxima de 28 nudos y una vida útil de 35 años. La construcción de cada unidad, a cargo de la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), requeriría 3,5 millones de horas hombre y un plazo de cinco años.
Cabe señalar que la Armada de Chile presentó en 2018 al Ministerio de Defensa un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval con el propósito de sustituir en un plazo de 30 años las principales unidades de superficie.
El comandante en jefe de la Armada de Chile, almirante Julio Leiva, ha manifestado que el país está en condiciones de desarrollar este plan y ha destacado la experiencia obtenida por Asmar en la construcción de cuatro patrulleros oceánicos y en el buque de investigación científica Cabo de Hornos como también el inicio del proyecto Antártica I que dotará al país de un rompehielos de más de 10.000 toneladas en el año 2023.
La materialización de este programa permitiría a Chile dejar de depender de la oferta de buques usados. Esto adquiere gran relevancia ya que esa opción no entrega la certeza de poder incorporar los buques que la institución necesita y la inversión genera pocos réditos en el país.
Otras de los problemas de una unidad usada es que tiene una vida útil más corta por los años de servicio que prestó en el país vendedor lo que provoca gastos mayores en mantenimiento y genera la necesidad de reemplazar el buque en un horizonte más corto a diferencia de un buque de nueva construcción.
Este tema adquiere relevancia ya que la institución deberá renovar en la próxima década la fragata antisubmarina Type 22 FF-19 Almirante Williams y las fragatas antiaéreas clase L FFG-11 Capitán Prat y FFG-14 Almirante Latorre, adquiridas de segunda mano en 2003 y 2004, respectivamente.
Las tres fragatas cumplirán su vida útil por obsolescencia logística, particularmente por su sistema de propulsión basado en turbinas de vapor Rolls-Royce Olympus y Tyne, y la Escuadra Nacional requiere mantener una fuerza operativa de ocho buques de superficie para garantizar la seguridad y la protección de los intereses nacionales.
La compra de buques usados es la alternativa que ha tomado mayor fuerza con el paso de los meses ya que la construcción de nuevas unidades en el país requiere una gran inversión y la grada de Asmar Talcahuano estará ocupada por el proyecto del rompehielos Antártica I hasta el 2022 lo que no permitiría tener los buques antes del 2030.
La Armada de Chile recibió en 2018 la autorización del Ministerio de Defensa para realizar los estudios de adquisición de tres nuevos buques. Una de las propuestas que evalúa es la compra de dos fragatas clase Adelaide de la Real Armada de Australia (RAN). La oferta contempla la transferencia de la HMAS Melbourne (FFG-05) y HMAS Newcastle (FFG-06) que serán retiradas del servicio en el segundo semestre de 2019, además de un completo paquete logístico.
Las otras opciones son las fragatas clase M HNMLS Van Amstel (F831) y HNMLS Van Speijk (F828) de la Real Armada de Países Bajos (Koninklijke Marine), existiendo una carta de intenciones para negociar su compra una vez que sean reemplazadas por nuevas unidades a mediados de la próxima década. La institución ha analizado también la compra de fragatas Type 23 de la Royal Navy y fragatas clase Halifax de Real Armada de Canadá, sin embargo el mayor problema es que estos buques no serán retirados antes del 2025.