La compañía estadounidense Lockheed Martin, la mayor empresa de defensa del mundo, ha entregado el avión de combate de quinta generación número 500. El aparato, de la variante convencional (F-35A), ha sido suministrado a la Fuerza Aérea de Estados Unidos. El Joint Strike Fighter (como se bautizó el programa de estos aviones en origen) es una iniciativa liderada por EEUU a la que también se sumaron Gran Bretaña, Italia, Holanda, Australia, Dinamarca, Noruega, Canadá y Turquía, aunque Estados Unidos sacó el año pasado a este último país por su desencuentro en torno a la compra de misiles S-400 rusos por parte de Ankara.
Las tres variantes desarrolladas de este avión están diferenciadas por las letras A, B y C. El F-35A, que es el aparato más ligero y ágil de los tres, está preparado para el despegue y el aterrizaje convencional (CTOL) en pistas habituales. De estos ya se han entregado 354 unidades.
La versión F-35B es la preparada para realizar despegues cortos y aterrizajes verticales (STOVL). En caso de necesidad también es capaz de despegar verticalmente (VTO). Esta variante sustituye a los cazas Harrier, como los que en una versión más antigua que los actuales empleó Gran Bretaña desde portaaeronaves en la Guerra de las Malvinas y que actualmente utiliza España desplegados desde su buque LHD Juan Carlos I. De este tipo ya se han suministrado 108 aparatos.
En cuanto a la tercera versión, la denominada F-35C, se trata del diseño naval, porque está preparado para operar en grandes portaaviones, desde donde despega con ayuda de catapultas y aterriza en un corto espacio gracias a su resistente tren de aterrizaje y al gancho trasero con el que atrapa un cable de frenado anclado al buque (Catobar). De estos se han suministrado de momento 38 aviones.
Entre todos ellos ya suman más de 250.000 de vuelo, alcanzadas en los nueve años que el F-35 acumula desde que se entregó el primer ejemplar de serie, lo que ocurrió en mayor de 2011.
Los últimos cien aparatos han sido entregados en los últimos nueve meses, lo que evidencia el mayor ritmo de suministro que ha alcanzado el programa.
Los aparatos han sido fabricados principalmente en las instalaciones que Lockheed Martin tiene en Fort Worth, en el estado norteamericano de Texas, y también en las plantas de ensamblaje habilitadas en Italia y Japón.
El F-35, cuyo primer vuelo tuvo lugar en 2006, compone el programa militar más caro de la historia. Se le calculan más de 400.000 millones de dólares para los más de 2.500 aviones del modelo que está previsto suministrar.
En la actualidad, el F-35 opera desde 23 bases en distintos puntos del mundo por cerca de un millar de pilotos capacitados para ello, que a su vez están apoyados por cerca de 9.000 profesionales responsables de las tareas de mantenimiento. De momento, el F-35 ya ha sido probado en combate por Israel, Reino Unido y Estados Unidos.