Para el doctor Stephen O´Regan, que es uno de los directores científicos de la Oficina de Investigación Naval (ONR) de Estados Unidos, la clave para devolver a su país la fortaleza que atesoró hace dos décadas en tecnología láser de alta intensidad pasa por Europa. “Si Estados Unidos quiere competir y recuperar ventaja debemos comprometernos y asociarnos con los europeos, colaborar y compartir fondos y experiencia”, advierte.
En un documento divulgado por la US Navy (Armada de Estados Unidos), O´Regan afirma contundente: “Los europeos son ahora los mejores del mundo en láseres de alta intensidad”. El texto cita un informe encargado por cuatro agencias gubernamentales norteamericanas, entre las que se incluye la ONR, en el que el exitoso desarrollo de poderosos láseres en Estados Unidos inspiró a los gobiernos europeos a emprender sus propios programas de investigación científica. El resultado es que ahora son los europeos los que lideran la tecnología.
La US Navy recuerda que en la década de los noventa su país era el principal innovador y usuario de la tecnología láser de alta intensidad, de acuerdo con un informe de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina publicado en 2017. “Desafortunadamente”, continúa el texto, “Estados Unidos no mantuvo el ritmo de inversión de otros países en las últimas dos décadas y ahora la mayoría de las instalaciones de láser de alta intensidad del mundo están en el extranjero”.
El desarrollo de láseres de alta energía eficaces y de armas de energía dirigida es un asunto considerado de alto interés para la investigación naval, porque podría mejorar las capacidades de supervivencia y autodefensa de las plataformas navales. Además, explica la fuente, esta tecnología también puede generar avances en materiales, física, medicina y ciencia cuántica y computación.
En este contexto, el Departamento de Estado de Estados Unidos acaba de organizar una conferencia en Praga (República Checa) con el ilustrativo título de: ‘Diálogo de Estados Unidos y Europa sobre Infraestructura de Luz Extrema (ELI)’. La ONR es una de las instituciones de investigación que ayudó para organizar este evento. De su cuenta corrió el viaje del orador principal, el físico francés Gerard Mourou, ganador en 2018 del Premio Nobel en su disciplina por sus “significativas invenciones en el campo de la física del láser”. Mourou es fundador del programa ELI, un proyecto multinacional dotado de mil millones de dólares para construir instalaciones de investigación en láser de alta intensidad a lo ancho de Europa. De momento ya se han habilitado tres estos centros, en la República Checa, Rumanía y Hungría, que ya son capaces de producir los pulsos láser más potentes que se han generado en la historia.
Durante su ponencia en Praga, Mourou también incidió en la necesidad de más cooperación científica en este campo entre Estados Unidos y Europa.