El jefe del Centro de Fuerza Futura 2035 del Ejército de Tierra, coronel José Miguel García, destacó este jueves en un seminario online sobre el futuro de los vehículos blindados, organizado por IDS Connect, que resulta necesario “romper con el concepto de vehículo empezar a considerarlos sistemas terrestres”.
“Ya en el presente los vehículos integran complejos sistemas de obtención de información, guiado de armas, mando y control y telecomunicaciones”, comentó general durante el encuentro, patrocinado por GDELS-SBS, en el que también participaron representantes de esta compañía y de la DGAM.
Los futuros vehículos blindados, explicó, deberán operar tanto de forma dispersa como concentrar rápidamente su fuerza de combate. “La velocidad en la ejecución será posible gracias al empleo de plataformas de gran movilidad como el VCR 8x8 Dragón, que se unirá a las ya existentes como los carros de combate Leopardo o Pizarro que serán debidamente modernizados”, apuntó.
También, añadió, resultará clave el empleo de medios CIS seguros; municiones de mayor alcance, velocidad y precisión; sistemas aéreos no tripulados; y capacidades cibernéticas y de guerra electrónica. “Los blindados deberán tener una potencia suficiente, una autonomía adecuada al combate futuro y de fiabilidad para incrementar la movilidad, protección y potencia de fuego, estando en condiciones de combatir en un campo de batalla cada vez más disputado, sin perder de vista la necesidad de reducir al máximo la huella térmica”, especificó el coronel.
García también destacó que los vehículos blindados deberán estar preparados para incorporar municiones guiadas y de energía dirigida; incrementar los alcances y detección y localización de objetivos; e integrarse en una red de sensores y capacitadores como los medios de guerra electrónica y obtención de inteligencia y la defensa antiaérea. El aumento de la potencia de fuego y la precisión, hizo hincapié, obligará a la mejora de los blindajes y empleo de sistemas de defensa activa en las plataformas.
Los vehículos además tendrán que interactuar con RPAS y enjambres de drones y las nuevas tecnologías permitirán el empleo de versiones autónomas y semiautónomas que sustituirán a los combatientes en misiones de apoyo, reconocimiento y sensorización.
El coronel asimismo manifestó que el apartado logístico “es deseable una plataforma única modular capaz de integrar diferentes variantes, con una gran sencillez en el mantenimiento y que, por su configuración, permita acometer fácilmente una modernización de media vida”.
El representante del Ejército remarcó que conflictos actuales con los de Ucrania o Armenia muestran cómo el adversario tiene sensores cada vez más avanzados, incluidos RPAS, a lo que hay que sumar las tradicionales amenazas como las minas anticarro o la munición merodeadora. Otras amenazas, continuó, son los medios de guerra electrónica y ciber, junto con las nuevas municiones.
En cuanto a los escenarios, los análisis del Ejército concluyen que los escenarios de actuación en el futuro serán cuatro: combate en zonas urbanizadas, ante adversarios con una potencia de fuego similar, en un campo de batalla no lineal y en operaciones de apoyo a autoridades civiles.