Durante la próxima cumbre de la OTAN en Varsovia se producirá previsiblemente la certificación del concepto de Fuerzas de Muy Alta Disponibilidad (VJTF). Se trata de uno de los puntos esenciales sobre los que la Alianza basa su capacidad de respuesta inmediata, que fue acordado en la anterior cumbre de Gales.
España ha jugado un papel protagonista liderando dicha fuerza. La Brigada Galicia VII del Ejército español, tras su certificación en el ejercicio Spearhead 2015, ha encuadrado el contingente VJTF multinacional. La participación del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD) con base en Valencia, certificado como componente terrestre de la estructura NRF 2016, tras el ejercicio Trident Juncture celebrado en otoño, ha actuado como mando operacional en el proceso de certificación de la VJTF.
Desde diversas fuentes de la Alianza se ha destacado el esfuerzo “logístico” realizado por España en estas actividades, que son prioritarias para validar la capacidad de respuesta de la OTAN. Sin duda se trata de un esfuerzo importante, fruto de la experiencia obtenida de nuestra participación en operaciones en el último cuarto de siglo. En el caso de Trident Juncture, el JLSG (Joint Logistic Support Group) liderado por la Brigada Logística del ET gestionó el apoyo de más de 26.000 efectivos y alrededor de 3.000 vehículos pertenecientes a unidades de los países participantes.
Una eficacia en apoyo logístico, que se debe en buena medida a la experiencia de nuestros militares y su capacidad de mando y control, pero en la que también tienen mucho que ver diversas empresas que desarrollan su actividad en apoyo directo a las operaciones, o proporcionando el equipamiento necesario.
Destacar el esfuerzo y capacidad de proporcionar apoyo logístico no debe servir, sin embargo, como cortina de humo para olvidar que las capacidades españolas pueden ir más allá. En este sentido es importante resaltar el esfuerzo en mando y control de las operaciones.
La creación hace ya casi dos décadas del CGTAD supuso un importante esfuerzo para el Ejército de Tierra. Una decisión, adoptada con visión estratégica, que ha permitido que España disponga de un elemento capaz de planear y conducir operaciones conjuntas y combinadas de relevancia para el conjunto de la Alianza, como se acaba de demostrar en tierras polacas.
Junto a esta capacidad operativa, la industria española ha desarrollado productos competitivos que permiten proporcionar las herramientas necesarias para que esa capacidad de mando y control sea eficaz. Esto alcanza a diversas industrias que actúan en todo el espectro: desde herramientas específicas de planeamiento, sistemas ISR, comunicaciones y la integración de tales sistemas en un esquema global C2 coherente. Estos desarrollos con frecuencia se han abordado partiendo de proyectos financiados desde el Ministerio de Defensa, en colaboración con los usuarios y las propias industrias. La NCIA es testigo de que los productos desarrollados en España resultan competitivos y esenciales para las actividades que dicha agencia desarrolla.
El protagonismo español en la validación y certificación de los conceptos NRF y VJTF se ha producido en un marco financiero muy restrictivo. La experiencia militar e industrial demuestra que España tiene capacidades para jugar un papel más activo en el ámbito de la Alianza, especialmente en cuanto a capacidad de liderazgo de operaciones (mando y control) y soporte a una fuerza internacional de entidad importante (apoyo logístico).
Todo depende de voluntad política y de recursos. Como ha dicho el ex Ministro Borrell en una intervención reciente: “Europa no puede seguir viviendo bajo el paraguas protector americano y que el gasto en defensa lo paguen los demás”. España tampoco.