A pesar del parón de la Covid algunas iniciativas de carácter estratégico han seguido avanzando a buen ritmo. Ese es el caso del proyecto franco alemán MGCS (Main Ground Combat System). A mediados de mayo la organización de adquisiciones alemana, líder del proyecto, ha lanzado oficialmente la fase de definición para realizar el estudio de arquitectura del sistema. Se ha anunciado un primer contrato por 30 millones de euros que se ha adjudicado a un consorcio industrial formado por la francesa Nexter y las alemanas KMW y Rheinmetall.
Las conversaciones entre ambos países para la renovación de sus flotas de carros de combate se iniciaron en 2012. Tras la identificación de un buen número de requisitos operativos y técnicos, en 2015 el Instituto de San Luis e iABG presentaron un estudio preliminar que sirvió de base para establecer en 2016 una visión operativa inicial común. Desde entonces, un grupo de trabajo bilateral ha elaborado un concepto operativo que sirve de base para el estudio de arquitectura técnica. El calendario inicialmente establecido contempla un demostrador en 2024 e iniciar la fase de producción en 2035 para que las flotas estén plenamente operativas en 2045. En el periodo intermedio Francia contempla un programa de mejora de Leclerc que se iniciará a partir de 2021 y Alemania una modernización de su flota Leopard 2 que deberá estar finalizada en 2027. En ambos casos se probarán nuevas tecnologías de tal manera que puedan servir de base a desarrollos para el futuro MGCS.
Desde el punto de vista de desarrollo de tecnologías y cooperación industrial el proyecto MGCS tiene muchas incógnitas pendientes de resolver. Entre otras citaremos la electrónica o la propulsión donde hay diferentes soluciones entre industrias francesas o alemanas, así como el futuro cañón donde también hay diferentes visiones, y donde no se descartan soluciones electromagnéticas. En este sentido es significativo mencionar el proyecto Pilum para el desarrollo de estas tecnologías liderado por el Instituto von Karman belga y recientemente adjudicado en el marco PADR a un consorcio formado por empresas alemanas y francesas junto con entidades polacas e italianas.
Esta línea de cooperación tecnológica coincide con declaraciones de intenciones de autoridades francesas y alemanas indicando su interés en abrir el proyecto MGCS a Italia y Polonia, sin descartarse otros países. A nivel más general la asignación del liderazgo en futuras plataformas terrestres a la industria alemana estaría relacionada con el reparto de responsabilidades acordado entre Francia y Alemania en el NGWS.
Desde un punto de vista operativo, la lógica alemana responde a una preocupación por los nuevos sistemas desplegados por Rusia que han llevado a una potenciación de las unidades acorazadas germanas. Por parte francesa, la renovación de Leclerc se enmarca en un programa más ambicioso como es el programa Titán para potenciar capacidades convencionales. Este proyecto que persigue el desarrollo equilibrado de diferentes sistemas para asegurar la superioridad en capacidades terrestres, incluye la renovación de carros y también la mejora y evolución de helicópteros de ataque, vehículos de combate, o artillería tanto cañón como cohete. De esta manera el programa Titán tiene un cierto paralelismo con el programa Scorpion pero esta vez más dirigido a necesidades para enfrentar amenazas de corte clásico.
En España, cuando estamos a la espera de la firma del contrato para la producción del 8x8 y tras las actividades de experimentación desarrolladas por el Ejército de Tierra en el marco de la Fuerza 2035, puede haber llegado el momento de abordar procesos de modernización integrales con la mirada puesta en garantizar nuestra capacidad de disuasión y de superioridad en el enfrentamiento convencional en caso de ser necesario. Una línea de actuación que puede ser apoyada por la industria española de forma solvente y en la que caben muchas opciones de cooperación a nivel europeo.