La compañía estonia Milrem Robotics y la belga John Cockerill Defense han presentado el vehículo robótico de combate (RCV, por sus siglas en inglés) Type-X dotado con la torreta Cockerill Protected Weapon Station (CPWS). De acuerdo con el comunicado conjunto sobre la presentación que ambas compañías han realizado “a un grupo selecto de fuerzas militares del mundo entero”, el chasis del vehículo Type-X “tiene un diseño revolucionario para un vehículo modular móvil multimisión que ofrece una plataforma para toda una familia de vehículos armados no tripulados”. Sus desarrolladores lo definen como el “primer vehículo de combate diseñado específicamente para operar sin tripulación como parte integral de unidades mecanizadas”.
El nuevo ingenio “ha sido diseñado con un peso inferior a las 12 toneladas para un despliegue rápido en el escenario de combate, ya sea mediante un paracaídas o con un helicóptero de transporte pesado”.
El Type-X, que combina Inteligencia Artificial (IA) aumentada con un operador de sistema remoto, es un vehículo sobre cadenas con protección blindada que puede apoyar formaciones de tropas u operar independientemente en formaciones no tripuladas. El director general de Milrem Robotics, Kuldar Väärsi, destaca que la plataforma “puede dotarse de torretas más grandes, pero los diseños de torreta actuales están siendo optimizados para operaciones bajo armadura”.
Por su parte, Simon Haye, que es el director de marketing de John Cockerill Defense, explica que la torreta CPWS supone “un paso en la buena dirección, dado que desde el principio se ha diseñado en una configuración de control remoto (no tripulada) y ofrece un fácil acceso desde el exterior de la torreta para recargar y realizar el mantenimiento”.
Simon Haye cree que una de las “primeras funciones realistas para vehículos de combate no tripulados será proteger convoyes y perímetros o bases”. En una operación del primer tipo, el nuevo vehículo, “con su torreta CPWS, puede posicionarse en la parte delantera o trasera de un convoy dotándolo de vigilancia y potencia de fuego adicionales”. Sobre este punto añade que raramente un convoy dispone de potencia de fuego de 25 mm. Al tratarse de un sistema no tripulado, apunta, le será posible atacar a las posiciones enemigas durante la emboscada.
En este tipo de operaciones, su uso facilitará que no se pongan soldados en peligro, como también ocurrirá cuando se emplee para proteger bases de operaciones. “Estos sistemas de guardia pueden realizar una observación constante y son capaces de maniobrar y dispersar un ataque en vez de simplemente absorberlo”, explica el ejecutivo de la compañía belga.
La CPWS es una torreta de perfil bajo y peso ligero “equipada de una revolucionaria apertura de escotilla”, que permite una recarga rápida del vehículo desde el exterior, de acuerdo con el fabricante. Puede dotarse de un cañón Bushmaster M242 (25 mm x 137 mm) o 230LF (30 mm x 113 mm). Este sistema operado a distancia está diseñado para vehículos 4X4 y 6X6.
La torreta puede dotarse de misiles antitanque Alcotán, MMP, Javelin o SPIK, entre otros. Para Väärsi, “la combinación de vehículos logísticos autónomos sin tripulación con el Type-X permite reducir el personal necesario para un convoy a tan solo unos cuantos operadores, incrementando a la vez las capacidades para defender el convoy”. No se trata, añade, de un “mero paso adelante en la protección de la fuerza, sino de un multiplicador de fuerzas”.