La construcción de una veintena de nuevas fragatas para la Armada de Estados Unidos correrá a cargo de uno de estos cuatro astilleros locales: Austal USA, Marinette Marine, Bath Iron Works o Huntington Ingalls. Se trata de los cuatro que ya se contemplaban hasta la semana pasada, pero con una importante novedad: Lockheed Martin, que es la mayor compañía de defensa del mundo, ya no estará detrás de la posible construcción de las fragatas en Marinette Marine, y el diseño elegido no será el de sus LCS. La empresa ha retirado sus opciones de diseño y construcción para el programa, denominado FFG(X), aunque mantiene su apuesta por dotar al ganador de sistemas de gestión de combate y otros equipos adicionales, como los lanzadores verticales Mk-41.
La compañía aduce dificultades para adaptar a tiempo el diseño de sus buques LCS de la clase Freedom a los requisitos de este programa. La Armada estadounidense tiene previsto anunciar la compañía ganadora este mismo año (en un principio se contempló hacerlo a mediados del ejercicio) y cerrar la adjudicación en 2020.
El ganador del FFG(X) se disputa ahora entre cuatro modelos posibles, todos ellos basados en naves ya existentes. Se trata de la astilleros Austal USA, que presenta un desarrollo de la misma empresa derivado en su buque de combate litoral (LCS) de la clase Independence; de Huntington Ingalls, con un diseño a partir de los guardacostas de la clase Legend; de Marinette Marine, que opta con el diseño franco-italiano Fremm, y con la italiana Fincantieri como contratista principal, y de Bath Iron Works, propiedad de General Dynamics, que compite con el diseño del buque español F-100, desarrollado por Navantia.
El abandono de Lockheed Martin también merma, de acuerdo con Diario de Ferrol, las posibilidades de Fincantieri, que opta a construir sus Fremm para Estados Unidos en el mismo astillero de Marinette Marine, donde Lockheed planeaba fabricar sus LCS en caso de ganar el concurso. Este astillero es el que ya ha empleado Lockheed Martin para construir dos fragatas de la clase Freedom adjudicadas por la Armada de Estados Unidos en 2004. Las instalaciones de Marinette Marine fueron adquiridas en 2009 por Fincantieri, lo que ha generado ciertas tensiones entre ambas empresas, ya que la compañía italiana planteó su modernización al mismo tiempo que la clase Freedom aún estaba en construcción, según recoge el medio informativo del Instituto Naval de Estados Unidos, USNI News.
Fragatas ya existentes y en servicio
Los candidatos, incluido la ahora retirada Lockheed Martin, firmaron en el primer trimestre de 2018 un primer contrato de 15 millones de euros para el estudio y el desarrollo del diseño de la plataforma naval y la presentación de sus ofertas. Posteriormente, el pasado verano, la US Navy (Armada de Estados Unidos), inyectó a cada una una nueva cantidad (entre 6,3 y 7,9 millones) para que pudiesen mejorar sus propuestas y aproximarlas a las especificaciones técnicas del programa, como informó entonces Infodefensa.com.
El programa FFG(X) persigue dotar a la fuerza naval norteamericana de un nuevo modelo de fragata con capacidad para operar ante cualquier escenario en apoyo a las unidades de ataque y en operaciones asociadas de la flota. Para asegurar que el proyecto cumple con el plazo y el presupuesto establecido, la Marina de Estados Unidos solo ha admitido diseños ya existentes y en servicio.
La estimación de la US Navy pasa por realizar un desembolso de 1.300 millones de dólares por el primer buque y 800 millones por cada uno de los demás.