El 30 de junio inició operaciones la Guardia Nacional mexicana, cuerpo que promovió el presidente, Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña electoral y que pasó por la controversia de ser o no un cuerpo militarizado. Finalmente se creó una guardia mixta que tiene como objetivo llegar a 80.000 elementos.
La Guardia Nacional en 2019 tuvo una inversión de 20.000 millones de pesos (1.000 millones de euros) y con su creación de eliminará de forma paulatina la Policía Federal acusada de corrupción y ligada a Genaro García Luna, extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, arrestado desde el 10 de diciembre pasado en Texas por recibir sobornos del narcotráfico.
Entre el armamento de los 85 batallones distribuidos en todo el país se encuentran fusiles FX-05 (que produce la propia Secretaría de la Defensa Nacional), pistolas calibre 9 milímetros, así como fusiles Barret calibre .50, lanzagranadas para proyectil de 40 milímetros y diversas armas discapacitantes y no letales, además equipo de transporte de la Sedena fue trasferido.
Otro de los temas que marcó la agenda en materia de seguridad fue la exigencia que realizó el gobierno federal al gobierno de Estados Unidos para evitar el trasiego de armas.
La exigencia no es nueva, pues desde hace al menos cuatro sexenios los gobiernos han exigido frenar la entrada de armas al país. Ahora, sin embargo, a EEUU le preocupa la entrada de inmigrantes desde la frontera sur, así que México tiene algo con lo que negociar.
La Secretaría de Relaciones Exteriores estima que siete de cada diez homicidios en el país se realizan con armas que ingresan provenientes de Texas, California y Arizona, es decir, tan sólo en los primeros seis meses de este año cerca de 12.000 asesinatos.
Este año concluyó la construcción de fase 4 de la Industria Militar en el predio de 600 hectáreas conocido como La Célula en Puebla en la zona centro del país. Con ello, se permitirá la reinstalación de la fábrica de armas del ejercito que se encuentra en dos predios en la Ciudad de México. Las nuevas instalaciones permitirán mantener y de ser necesario incrementar la producción de 30.000 fusiles FX05 cada año.
En el primer año de construcción, en 2017, se cumplió con la edificación de la nave de la Ensambladora Militar, almacenes generales, el edificio de Seguridad Física, alojamientos de Nivel Sección, polvorines de la fábrica de cartuchos, polvorines de la fábrica de organización y carga, y casetas de vigilancia elevadas. En 2018 se construyó la fábrica de plásticos, la fábrica de pinturas, alojamiento para 120 mujeres y 240 hombres; además, comedor para 800 comensales, 80 departamentos y unidad médica. En 2019 se construyó la fábrica central de herramientas, punzones matrices la planta de tratamientos térmicos, la ensambladora y el centro de mantenimiento blindado y la fábrica de granadas 40mm.
Después de sortear 140 amparos legales, estudios técnicos, una consulta ciudadana y la división de opiniones, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) inició la construcción del aeropuerto de la Base Aérea de Santa Lucía ubicado en el Estado de México, en el centro del país.
Tomará dos años la construcción y seis meses la certificación de este aeropuerto, es decir, estaría en operaciones en abril de 2022, la construcción tendrá un costo de 80.000 millones de pesos que se sumarán a 100.000 millones que se pagaron para liquidar a las empresas que iniciaron la construcción en Texcoco, en total 180.000 millones de pesos, monto menor a los 300.000 millones que hubiera costado la terminal aérea en Texcoco, proyecto original propuesto por el expresidente Enrique Peña Nieto.
En total, serán seis pistas las que conformarán el sistema de aeropuertos metropolitanos en el centro de México: dos en el Aeropuerto Benito Juárez, actual aeropuerto internacional que continuará en operaciones, una en el aeropuerto de Toluca, Estado de México y dos pistas comerciales más en Santa Lucía más una pista militar.