La Armada española plantea la posibilidad de construir una segunda serie de submarinos S-80 en un futuro para incrementar su capacidad de operación en escenarios internacionales y consolidar la autonomía en el diseño en este tipo de buques por parte de Navantia.
El jefe de la sección de Submarinos de la División de Logística del Estado Mayor de la Armada, capitán de navío Alejandro Cuerda, aseguró ayer jueves en un webinar sobre el programa S-80, organizado por IDS Connect, que "no es descartable que, en un futuro, si se dan las circunstancias adecuadas, se pueda aumentar el número de submarinos, incluso, con una segunda serie de una versión mejorada".
Cuerda defendió que el incremento de submarinos permitiría ganar peso en el panorama internacional. "El aumento del número de submarinos proporcionaría una mayor capacidad de despliegue de plataformas y, por tanto, mayor capacidad para operar en escenarios internacionales de proyección en el exterior, contribuyendo a la condición marítima de España", apuntó.
A este respecto, agregó que "ese es el interés de la Armada, pero todo esto tiene que buscar un equilibrio y adecuado encaje en las circunstancias en las que nos encontramos en España". Este nuevo encargo también sería positivo para la industria. "Disponer de un arma submarina moderna y equilibrada debería ser un continuo reto para la industria nacional. Después de tantos sinsabores, en post de adquirir la autonomía en el diseño que vamos buscando parece lógico dar continuidad a esta capacidad, preservando la experiencia adquirida alrededor de Navantia", destacó.
Todo ello, insistió, "invita a continuar, o bien, con un aumento de submarinos, o con una segunda serie S-80 mejorada". La orden de ejecución del programa S-80 contempla la entrega de cuatro unidades -Isaac Peral (S-81), Narciso Monturiol (S-82), Cosme García (S-83) y Mateo García de los Reyes (S-84)- y dos simuladores. "Por el momento esté es el número que contará la Armada", puntualizó Cuerda.
El calendario actual del programa S-80 establece que la primera unidad será puesta a flote a principios del próximo año y entrará en servicio en la Armada en 2022. La entrega del resto tendría lugar en 2024, 2026 y 2027. Estos submarinos reemplazarán a los actuales en servicio: Galerna (S-71), Mistral (S-73) y Tramontana (S-74).
Además del capitán de navío Alejandro Cuerda, en el seminario web también intervinieron el jefe del programa S-80 en la DGAM, capitán de navío F. Javier del Corral, y el jefe de ingeniería del astillero de Navantia en Cartagena, Germán Romero. Los tres ponentes desgranaron las características y las misiones del futuro buque.
El S-80 está concebido como un submarino oceánico convencional con capacidad AIP, firma acústica muy reducida y una gran maniobrabilidad a baja velocidad, con un elevado grado de automatización que permite su operación con una dotación reducida de 40 marinos. Los actuales S-70 tienen una tripulación de 65 personas.
La Armada pasará de un submarino con una eslora de 67 metros y 1.600 toneladas de desplazamiento a otro de 80 metros de eslora y casi 3.000 toneladas de inmersión. Contará con un Sistema de Combate, desarrollado por Navantia en colaboración con Lockheed Martin y SAES, que integra la información de todos los sensores acústicos y no acústicos y el empleo de las armas, permitiendo el ataque a dos objetivos de forma simultánea.
Navantia también aporta el Sistema Integrado de Control de Plataforma (SICP), el sistema de gobierno que ofrece detalles sobre la propulsión, planta eléctrica, distribución eléctrica, mástiles y periscopios. La empresa suma una larga experiencia en el desarrollo de este tipo de soluciones para buques de superficie, pero es la primera vez que integra su SICP en un submarino, donde los protocolos de seguridad son más exigentes.
Respecto al armamento, el submarino S-80 está diseñado para el lanzamiento de misiles crucero de ataque a tierra Tomahawk -España todavía no ha adquirido esta capacidad-, misiles Sub-Harpoon de ataque a buque y limitada capacidad de ataque a tierra, y el nuevo torpedo alemán DM2 A4, con mayores prestaciones en alcance, velocidad, transmisión de datos entre el torpedo y el submarino, así como posibilidad filo guiar hasta seis torpedos.
También dispondrá de capacidad de minado ofensivo, con la nueva mina Minea. "Pasamos de un submarino torpedero a uno lanzador de misiles y de un submarino analógico a uno totalmente digital", resaltó Cuerda.
El buque tendrá, asimismo, radar de baja probabilidad de interceptación, sensores acústicos pasivos de baja frecuencia, medios de detección visuales, acústicos, optrónicos y electromagnéticos para acercamiento y ataque y misiones de inteligencia, y comunicaciones por satélite.