La Aviación Naval Uruguaya posee una pequeña —pero capaz— rama aeronaval. En los últimos tiempos ha recuperado capacidades perdidas y ha logrado importantes logros en la mejora de su equipamiento y el desarrollo de medios propios, tanto a nivel de entrenamiento como en el aumento de capacidades del material que se posee.
Estas mejoras, que van desde el desarrollo propio de un avanzado simulador de aeronaves Beechcraft T-34C-1 Turbo Mentor y nuevos contenedores de armas para sus aeronaves, hasta la modificación estructural de un Beechcraft B-200 Super King Air civil para instalar un radomo con un radar de vigilancia naval, hacen a esta fuerza un ejemplo de mejora de capacidades, con altísimos niveles de operatividad, pese a sus limitados recursos financieros.
En este marco, Infodefensa.com visitó la Base Aeronaval Nro. 2 Captián Curbelo para entrevistar al jefe de la base, capitán de navío Nicolás Sanguinetti. En la oportunidad, el funcionario se refirió a los desafíos actuales y futuros para la fuerza, a sus capacidades operativas y necesidades, como así también a los proyectos que se están desarrollando.
¿Cómo encuentra a la Aviación Naval a días de celebrar su centésimo aniversario?
Si bien el deseo personal siempre es tener la mayor cantidad de material y personal posible, cosa que es muy complejo en países que no son potencia, creo que a nivel de personal existe un grupo humano fuera de serie, concentrados cada uno en su área, comprometidos con la historia y con la misión de la Institución y, por sobre todas las cosas, muy calificado y con un amor a la profesión destacable. Eso, sumado a la fuerza de voluntad, hace que la Aviación Naval esté fuerte, orgullosa y operativa.
¿Y en cuanto a material?
Respecto a eso, hace ya varios años nos hemos propuesto estandarizar el tipo de aeronaves en base a factores de mantenimiento, logísticos y operativos. Esto permitirá que, incluso con una flota reducida, la capacidad esté siempre en condiciones de cumplir las misiones con eficiencia y seguridad. Hoy nos encontramos con una flota compacta, operativa y logísticamente sustentable en el tiempo, algo que es muy positivo. Las plataformas que tenemos permiten adaptar tanto sensores como armas, cumpliendo los requerimientos de la Armada para con la Aviación Naval y con los del Estado.
¿Qué opina sobre la capacidad de la fuerza en el desarrollo de un simulador propio?
En el año 2019 se inauguró un simulador de vuelo de desarrollo propio, producto de la combinación de varios factores, como conocimientos de electrónica, hidráulica, aerodinámica, fisiología del vuelo e informática entre otras cosas. Para concretar este proyecto se integró al cuerpo médico, pilotos y todos aquellos relacionados con la actividad aeronaval, y desarrollamos un sistema adaptado al detalle a la realidad del vuelo del Beechcraft T-34C. Además, nuestro simulador puede sincronizarse con la meteorología en tiempo real o generar el escenario que el instructor desee, incluyendo todo tipo de fallas y grabación de datos de cabina para posterior revisión con el alumno.
¿Cuáles son las características más destacadas del sistema?
El sistema desarrollado nos permite realizar análisis de daños, como por ejemplo calcular la supervivencia en un aterrizaje de emergencia en el mar o, en caso de un aterrizaje forzoso en tierra, qué cantidad de daños o sistemas podrían evitarse. La cabina es del tipo inmersión, lo que de por si genera sensación de movimiento, pero además está montado sobre un sistema electroneumático que genera aceleraciones similares a las que sufre la aeronave en los virajes y cambios de actitud. Tiene un sistema de sonido stereo de cuatro canales y que, sumado a algunas innovaciones adicionales, hace que todo el organismo del piloto sienta virtualmente lo mismo que si estuviese volando en el avión real. Sumado a esto, todo se ha montado en una cabina real de un antiguo T-34 desprogramado, por lo que todos los controles, distancias y visual es exactamente la misma.
Sumado a esto, se puede sincronizar con sistemas de tráfico marítimo; es decir, se pueden simular misiones totalmente reales con buques que están navegando en exactamente el mismo lugar en el mismo tiempo en el mundo real. En definitiva, no sólo es un simulador de vuelo, es un entrenador en misiones aeronavales que es precisamente lo que se busca en nuestros centros de formación.
¿Qué se puede saber sobre la modificación estructural del Beechraft B-200 Armada 872?
En el caso de la modificación del B-200, el proyecto estuvo sobre la mesa desde el año 2021, sabíamos que en 2023 la aeronave debía entrar en la inspección de 10 años y esa sería una gran oportunidad para realizar esta modificación mayor. Para eso, un grupo de trabajo de nuestros expertos debía definir si era viable la instalación de un radomo ventral en la aeronave. Si bien, en primera instancia, sabíamos que era posible, porque nuestros hermanos de la Aviación Naval Argentina ya lo habían hecho (Proyecto Cormorán).
En este caso en particular, ya habían pasado algunos años desde las modificaciones hechas en Argentina y la tecnología actual nos permite menores tamaños de radar, con alcances efectivos incluso superiores a lo que teníamos antes. Se realizó un estudio estructural detallado y en base a conocimientos estructurales de la aeronave y sus planos, se estableció cuál sería el mejor punto para realizar esta reforma, se realizaron los cálculos dinámicos, de resistencia de los materiales y los cálculos aerodinámicos incluso para determinar la mejor forma que debía tener el radomo para generar el mínimo de resistencia. El resultado fue magnífico. Como comandante, yo mismo realicé el vuelo de prueba, ya que era una responsabilidad que no se puede delegar, y lo cierto es que la aeronave se comportó excepcionalmente, alcanzando las velocidades máximas que permite el manual, sin tener absolutamente ningún inconveniente. La detección del radar fue óptima en toda su escala.
¿Y qué puede decir sobre estandarización del equipamiento en las Aeronaves de la fuerza?
En cuanto a la estandarización de equipos, nuestra idea permanente es ir combinando la instrumentación original con las mejoras y que todas las aeronaves posean las mismas, de manera de tener una flota homogénea en cuanto a sus equipos, conocimiento y operación. Para ello, el conocimiento y el cariño de nuestro personal de mantenimiento es imprescindible, pero también la relación que existe entre quienes mantienen y quienes operan. La Aviación Naval es una familia que avanza junta hacia un objetivo y esa interrelación es fundamental para que todo suceda armónicamente. Hoy en día tenemos estandarización en lo que se refiere a los sistemas de armas que todas nuestras aeronaves pueden llevar, incluyendo los Cessna O-2, Beechcraft T-34C y el B-200T. En el mismo sentido, estamos trabajando en la estandarización de la electrónica de nuestra aeronaves, para que no existan diferencias entre el equipamiento instalado en aviones del mismo tipo.
¿Qué expectativas hay sobre la llegada de los nuevos OPV ?
La llegada de los OPV será todo un desafío, tanto para la Armada como para la Aviación Naval. Es requerimiento su capacidad de alojar una aeronave del tipo Bell 412, por lo que las aeronaves ya existentes no tendrán inconveniente de operar en los nuevos OPV. El sistema de plegado de palas es simple, van dos hacia adelante y dos hacia atrás (esto sólo requiere plegar dos palas una tarea que implica unos 15 minutos).
A nivel de armamento, la fuerza está desarrollando sus propios sistemas de contenedores y montajes para helicópteros. ¿En qué estadio están estos desarrollos y qué otras opciones se están analizando para artillar sus aeronaves?
Tenemos sistemas originales de 7,62mm y en base a ellos se diseñaron pods que cumplen primeramente con todas las precauciones de seguridad necesarias e incluso exceden en seguridad a los ya existentes. Esto permite que la fuerza pueda contar con este tipo de sistemas montables en todas nuestras aeronaves, lo que brinda una alta eficiencia en el uso de los recursos del Estado así como en su utilización para las misiones requeridas. También hemos diseñado un montaje de ametralladoras para nuestros helicópteros AB412, hemos actualizado todo el cableado de los Cessna O-2 para portar armamento y para la instalación de cámaras de vigilancia. Nuestra idea es que todas las aeronaves de ala fija de la Armada puedan contar con la capacidad de portar armamento, fundamentalmente pods de ametralladoras y lanzacoheteras de 70mm. Aquí quiero destacar al sistema educativo de la Armada, que genera profesionales muy capacitados que generan productos de alto valor.
Considerando el material aéreo actualmente disponible, ¿cuáles son las metas de adquisición a corto, mediano y largo plazo?
Siempre nos han enseñado a mirar mínimo 10 años hacia adelante. Creo que el camino es seguir incorporando paulatinamente más plataformas, como las ya existentes Bell 412 o AB412, que nos han dado excelentes resultados; mínimo un B200 más; así como Bell 206, que es una plataforma muy versátil y que permite una multiplicidad de tareas a muy bajo coste. Por supuesto que también hay que pensar en incrementar la flota de T-34C-1, que además de ser un entrenador probado en los más altos niveles de exigencia es una aeronave útil en una gran variedad de tareas. Siempre es mejor tener aeronaves con capacidad de realizar múltiples tareas, polivalentes, de esa manera todo el material aeronaval es compatible con las tareas que la Armada tiene y requiere de su Aviación Naval. Sumado a esto, tenemos proyectos de adquisición de sensores más modernos que permitan una eficiencia superior a la actual.