Si la posible venta de aviones de combate estadounidenses F-35 a Marruecos no parece tan probable como se ha informado en los últimos días, al menos a corto plazo, la de cazas Rafale aún resulta más complicada, pese a los esfuerzos de Francia por culminar la operación. Un alto militar francés, citado por el semanario galo LÉxpress, califica de “fracaso desastroso” el resultado de esas negociaciones, sobre las que afirma: “Pensábamos que ganaríamos porque se trata de Marruecos, casi como si este país firmara de forma natural con Francia”.
Finalmente, Rabat ha decidido no adquirir los Rafale, fabricados por Dassault Aviation, según recoge la cabecera especializada Military Africa, que cita a su vez al medio marroquí The Parliamentarian. Los trabajos coordinados realizados por la Dirección General de Armamento de Francia (DGA) y el gobierno de este país para lograr que su tradicional socio norteafricano adquiera sus aviones no han logrado llegar a buen puerto.
La información cita la falta de flexibilidad diplomática y comercial como razones de este revés, en el que también suman, o en este caso más bien restan, las tensiones políticas protagonizadas por ambos países en la última década (Rabat llegó a espiar al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con el software israelí Pegasus).
El portal Bulgarian Military es otro de los medios que recogen esta información, cuyas raíces sitúa en una serie de errores de cálculo estratégicos y diplomáticos, sobre todo teniendo en cuenta de que en 2006 fue Marruecos quien se dirigió a Francia con la intención de adquirir los Rafale para modernizar su fuerza aérea.
Falta de sintonía
La descoordinación entre la DGA, partidaria de negociaciones Gobierno a Gobierno para cerrar la operación, y la industria francesa, que pretendía una negociación únicamente comercial, complicó su éxito. La falta de sintonía llegó al punto de que el fabricante, Dassault Aviation, ofertó el suministro a Marruecos de 18 Rafale por 2.000 millones de euros, mientras el Gobierno francés apuntó a un precio más bajo. Sin embargo, posteriormente se incluyeron equipos adicionales y otros elementos a la propuesta hasta elevarla a 2.600 millones.
Tampoco ayudó que Francia se negase a ofrecer garantías crediticias, al tiempo que Estados Unidos presionó ofreciendo 24 aviones de combate F-16 por 1.600 millones. Ésta se antoja como la puntilla que ha acabado dejando al Rafale sin posibilidades en la actualidad para suministrar a Marruecos.