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Un día con la Brigada Paracaidista en Eslovaquia, al mando de la fuerza de la OTAN frente a Rusia
El reloj marca las 11 de la noche en el campo de maniobras de Lest, en el corazón de Eslovaquia. El sol hace cuatro horas que se puso tras las colinas y el termómetro en esta época del año ya comienza a bajar. “Esta noche hay previsión de 0 grados”, comenta el teniente coronel Pereda, al frente de la Bandera Roger de Flor de la Brigada Paracaidista (Bripac), mientras supervisa el medio centenar de todoterrenos Vamtac y sus tripulaciones, dispuestos para iniciar un ejercicio de dos días con fuego real.
Prácticamente toda la bandera está encuadrada en la nueva brigada multinacional de la OTAN en el país centroeuropeo, que lidera España desde julio. El Ejército de Tierra aporta en total unos 800 militares -el 85% de la Bripac- y más de 200 vehículos, el mayor despliegue de Fuerzas Armadas en el exterior hasta la fecha. La bandera, constituida como un grupo táctico, es actualmente el músculo de la brigada, la principal fuerza de combate sobre el terreno, a la que hay que sumar personal de unidades de caballería, transmisiones, artillería, ingenieros, defensa aérea y logística.
Tras las últimas comprobaciones, los vehículos dejan en unos pocos minutos la explanada de Riecky, en el extremo sur del campo de Lest, para dirigirse hacia el norte. Allí, el enemigo, esta vez hacen de 'malos' las fuerzas checas de la brigada multinacional con sus blindados BVP, ha cruzado la frontera sin previo aviso y ha aprovechado su superioridad numérica inicial para avanzar con rapidez.
El ataque coge por sorpresa a las unidades a vanguardia, los vehículos de reconocimiento Centauro, que retroceden después de comprobar las fuerzas enemigas a posiciones seguras. Ya por la mañana está preparada la respuesta. Una línea de minas ha frenado el fulgurante avance inicial del ejército hostil. Ahora, el objetivo es recuperar el terreno perdido. En campo abierto, primero entran en acción pasado el mediodía los carros de combate Leopard 2A6 portugués, con el apoyo en tierra de militares españoles equipados con misiles contracarro Spike.
Después, es el turno de los zapadores que despejan el camino al grueso del grupo táctico encargado del combate principal en los Vamtac. El plan funciona y el enemigo a lo largo del día pierde la iniciativa, replegando sus fuerzas a algunos núcleos urbanos aislados. La operación entra entonces en la fase final. Toca poner la bota en el suelo; cambiar el chip, dejar la planicie y combatir en población, casa por casa, para terminar de expulsar a las fuerzas hostiles y restablecer la frontera previa al ataque. Apenas 24 horas después del inicio del ejercicio, otra vez con la luz de la luna y con el mismo frío, queda asegurar las posiciones y una segunda noche por delante antes de acabar.
Este tipo de ejercicios es la tónica de la brigada multinacional en Eslovaquia. Al final, la misión principal consiste en poner a prueba procedimientos en maniobras con distintos supuestos, como destaca el coronel Calvo, que dirige las fuerzas desplegadas en Lest. El próximo ejercicio de entidad será el mes de noviembre y permitirá la certificación del grupo táctico, el principal hito previsto de aquí a final de año.
Brigada Multinacional en Eslovaquia
España está al frente desde julio de la nueva Brigada Multinacional de la OTAN en Eslovaquia formada por 2.800 militares de seis países (España, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y Rumanía), de los que 1.200 -que integran la conocida como Task Force de la brigada- están desplegados de forma permanente sobre el terreno en Lest, muy cerca de la frontera con Hungría. El resto se encuentra en sus respectivas unidades en los países que componen la misión, listos para ir a zona de operaciones si fuera necesario. En el caso de España, a los citados 800 militares en Lest hay que sumar alrededor de 1.300 más en casa, hasta alcanzar 2.100 efectivos.
Por primera vez, las Fuerzas Armadas españolas encabezan una operación en el flanco este de la OTAN y actúan como nación marco. Este modelo de brigada es nuevo. Tras la cumbres de Bruselas y Madrid en 2022, la Alianza Atlántica decide extender ante la amenaza rusa el famoso concepto de battle group, presente ya en las tres repúblicas bálticas y Polonia, al resto de países del flanco este aliado (Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria). Y, además, la Alianza apuesta por incrementar el número de efectivos, dando el salto al nivel brigada.
El despliegue de la Task Force en Eslovaquia todavía no ha concluido. El número de efectivos aumentará hasta alrededor de los 1.300 el próximo año con la llegada a Lest de los contingentes eslovacos y rumanos. Por su parte, la sección mecanizada portuguesa de carros formada por cuatro Leopard 2A6 crecerá hasta una compañía dotada además de vehículos Pandur.
En 2025, la Brigada Galicia VII cogerá el testigo a la Brigada Paracaidista. El relevo comenzará a mediados de diciembre. En principio, estas dos brigadas, junto con la Legión, es decir, las fuerzas ligeras del Ejército de Tierra, se rotarán en la misión en Eslovaquia. El esfuerzo será considerable con implicaciones importantes en el planeamiento, puesto que una brigada asumirá la responsabilidad de liderar la operación durante todo un año, con dos rotaciones, una cada semestre. Este modelo supone un cambio respecto a los despliegues tradicionales en las misiones en Letonia o Líbano donde una brigada da el relevo a otra cada seis meses.
