La fragata Santa María inicia un despliegue en el Índico con misiles Mistral y un nuevo sistema antidrón

La fragata Santa María de la Armada ya navega rumbo al océano Índico donde patrullará las aguas del Cuerno de África los próximos cinco meses en el marco de la operación Atalanta contra la piratería. El buque, el primero de la serie F-80, partió de la base naval de Rota este lunes con capacidades reforzadas, destaca la Armada, "en conjunto con la industria de defensa nacional, ante el surgimiento de nuevas amenazas". 

La Armada ha instalado en la fragata el sistema antidrón Crow de Indra y una Guardian 2.0 de Escribano para hacer frente a posibles ataques con UAV y además ha montado una estación de armas remotas Sentinel 30 con el objetivo de reforzar la defensa cercana, como recogió Infodefensa.com.

Pero estas no son las únicas novedades. El F-81, operativa desde hace casi 40 años, cuenta a bordo para este despliegue con una batería de Mistral de la Infantería de Marina, que proporciona defensa antiaérea. A esto hay que sumar otras capacidades como una Unidad Aérea Embarcada con un helicóptero SH-60B o un sistema Scaneagle de la Flotilla de Aeronaves. 

Además, una vez releve en zona de operaciones a la fragata Numancia, se incorporarán un equipo médico-quirúrgico avanzado, con capacidad para intervenciones a bordo, y un equipo de operaciones especiales de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), los boinas verdes de la Armada. 

La misión europea en el Índico vuelve a estar en el foco ante el resurgimiento de la piratería frente a las costas de Somalia, después de algunos años de relativa tranquilidad en la zona. Su objetivo es establecer un entorno marítimo seguro en el área del cuerno de África, vital para el tráfico marítimo donde además España tiene intereses.

Desde la creación de la operación Atalanta en 2008, la Armada participa de forma ininterrumpida en esta misión con al menos un buque. 

Dos actuaciones de la fragata Canarias

A mediados de mayo, la fragata Canarias lideró una operación que acabó con la detección de seis piratas que intentaron abordar al buque mercante Chrystal Arctic, con bandera de las Islas Marshall, a unas 100 millas al norte de Bosaso (Somalia). Los detenidos fueron trasladados en el barco español hasta Seychelles y puestos a disposición de la justicia. 

Poco después, el buque español intervino en el rescate del mercante MV Basilisk, de bandera de Liberia, que reportó su secuestro a 400 millas al este de Mogadiscio, la capital de Somalia. Los piratas huyeron al final y un equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) liberó a la tripulación encerrada en la ciudadela del barco.

En ambos casos, además de los boinas verdes de la Armada, intervinieron el helicóptero SH-60F y el UAV Scan Eagle embarcados en la fragata.