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Contralmirante Mario Vizcay (Armada de Uruguay): "Podemos asegurar que la compra del ROU 22 Oyarvide es excelente"
La Armada Nacional de Uruguay se encuentra en medio de un proceso de recambio de algunos de sus navíos como así también analizando la posibilidad de incorporar nuevos medios, particularmente en lo que se refiere a aeronaves de alas rotativas para la Aviación Naval.
Durante el marco de su visita a Seattle (Washington) para participar en el abanderamiento del nuevo buque científico uruguayo, ROU 22 Oyarvide, Infodefensa.com —único medio de prensa presente— entrevistó al contralmirante Mario Vizcay, es el comandante de la Flota de la Armada Nacional de Uruguay desde abril de 2022. El contralmirante Vizcay posee una larga trayectoria en la fuerza naval uruguaya, ocupando destacados puestos durante su carrera, incluyendo la posición de director general de Finanzas de la Armada; comandante del antiguo ROU 22 Oyarvide; agregado de defensa, militar, naval y aéreo en Argentina; jefe del Servicio de Buques Auxiliares de la Armada; profesor de diversas entidades educativas navales e integrante de varios tribunales de honor y ética.
¿Qué significa la adquisición del nuevo ROU 22 Oyarvidepara la Armada de Uruguay?
La incorporación de este buque ha sido un proceso largo y difícil. Teníamos un dinero disponible para recuperar al buque anterior, pero la suma era bastante escueta. Las experiencias que hemos tenido con remotorizaciones nos han llevado mucho tiempo y dinero, por lo tanto fue una decisión bastante importante desactivar el buque y con el dinero disponible, salir a buscar en el mercado alguna opción de reemplazo. El análisis del entonces buque científico Mt. Mitchell comenzó como un sueño en el año 2020, se presentó, se estudió, fue tomando color y aunque por momentos parecía algo imposible, hoy en día es el final de ese sueño que nos ha llevado a muy buen puerto.
¿Desde cuándo Uruguay está sin capacidades de este tipo?
La última navegación del Oyarvide anterior fue por el año 2015, cuando se determinó que el buque debería ser remotorizado. Este proceso, que capáz se piensa que es algo relativamente sencillo, en este caso poseía algunas complicaciones particulares, pues la motorización de este buque era una combinación diésel/eléctrica, lo que implicaba que además del cambio de motor había que revisar todo el cableado para ver si soportaba los nuevos motores. Adicionalmente hay que considerar que el equipamiento electrónico del buque anterior también tenía que ser modernizado, algo que la nueva nave ya posee y que supera ampliamente las capacidades que poseía el antiguo Oyarvide. También es importante destacar que, mientras el nuevo buque fue concebido originalmente como un navío científico, el anterior fue una reconversión de un remolcador de altura clase Helgoland, que fue adaptado para realizar los trabajos de batimetría necesarios luego del insuceso ocurrido con el buque petrolero San Jorge, que en 1997 impactara contra una pronunciación submarina elevada, que no aparecía en las cartas náuticas, causando graves daños al medio ambiente.
Además de los adelantos tecnológicos y de capacidades, ¿la compra de este buque ha sido un acierto desde el punto de vista financiero?
Sin lugar a dudas, solamente considerando todo el equipo electrónico instalado a bordo, que es sumamente moderno y costoso, ya podemos asegurar que la compra fue excelente. Además, la nave, que se encuentra en muy buen estado de conservación, fue reconstruida completamente en el año 2004, llevándolo a los estándares más altos de SOLAS, ABS y la USCG. También se le fueron agregando distintos equipos durante su servicio con Global Seas, los que se mantuvieron y fueron transferidos íntegramente con el buque.
¿Cuál es su visión actual de la fuerza y, según su opinión, qué se necesita para contar con la flota ideal?
Bueno, la patrullera Chamsuri se espera que arribe a Uruguay el próximo 11 de octubre. Con la incorporación del nuevo Oyarvide se dará de baja al ROU 26 Vanguardia. Más allá de la vida útil de los buques, que en este caso también estaba ya a su límite, hay que tener en cuenta la disponibilidad de personal que tenemos y como es distribuído en los distintas naves que componen nuestra flota. Con la llegada de las Marine Potector hemos reforzado el litoral Oeste y ahora nos queda trabajar en lo que es el frente marítimo. El Oyarvide, cuando llegue a Uruguay, más allá de su trabajo como buque científico, también nos permitirá incrementar nuestra presencia en el Atlántico, que hoy por hoy está siendo cubierto por el ROU 23 Maldonado y el buque logístico ROU 04 General Artigas. Esta nueva nave nos va a dar más presencia en el mar, que obviamente esperamos reforzar eventualmente con la llegada de los nuevos OPV.
¿Qué falta para cubir completamente las aguas nacionales? ¿Hay planes para sustituir a los barreminas que están al final de su vida útil?
Si, definitivamente es algo que tenemos que considerar, a sabiendas de la escasez de recursos financieros que tenemos. En ese sentido, estamos en conversaciones con algunas naciones vecinas, que tienen en su planes dar de baja algunas naves de esas características. Por ahora sólo es algo informal. Mientras tanto seguiremos trabajaremos con el material que tenemos disponible.
En lo que se refiere a la Aviación Naval, en los últimos años la fuerza ha recuperado capacidades con la llegada de helicópteros y aeronaves ligeras. Hace un tiempo se hablaba de la posible llegada de algún Beechcraft T-34C Turbo Mentor y B-200 Super King adicional desde Estados Unidos, ¿en qué quedó eso?
Se mantuvieron conversaciones en ese sentido, pero los costos son demasiado onerosos para nosotros. Nuestro número mágico es el tres, que permita siempre tener al menos una unidad siempre operativa, esto es válido para todo, tanto para la Aviación Naval como para la flota, pero es particularmente importante en lo que se refiere a aeronaves, por sus ciclos de mantenimiento. Actualmente la Aviación Naval tiene todo su material en orden de vuelo, algo que es muy importante de destacar, tenemos capacidad de vuelo y de pilotos.
En lo que refiere a incorporaciones estamos en tratativas para la adquisición de un tercer Agusta/Bell 412, con la misma compañía que nos proveyó los otros dos, y las negociaciones que están bien encaminadas. También estamos en conversaciones con el Gobierno de Brasil, que está desprogramando sus Bell 206 Jet Ranger III para ver la posibilidad de incorporar alguna unidad adicional para nuestra fuerza. En referencia a los T-34C, como dije antes, el costo en Estados Unidos era demasiado alto y no llegábamos a los números, pero también desde hace años estamos en tratativas con el Gobierno de Ecuador para la posible transferencia de alguna unidad que ellos han desprogramado. Recientemente tuvimos una reunión bilateral de Estado Mayor con excelentes resultados, así que es probable que antes de fin de año tengamos novedades al respecto. Es importante destacar que para solventar la adquisición del tercer AB412 estamos encaminados en la firma de un convenio con la terminal petrolera de Ancap en José Ignacio para apoyarlos en caso de algún tipo de derrame, convenio que será muy fructífero para ambas instituciones y eso nos proveerá de los fondos necesarios para esa compra.
Recientemente se realizó un operativo conjunto entre organizaciones no gubernamentales, la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) y la Armada para detectar, seguir y eventualmente multar un buque taiwanés que estaba en infracción. ¿Qué nos puede contar de este tipo de trabajos coordinados?
Lo que he tratado de hacer en este último período, por lo menos en lo que habla de mi gestión al frente del comando de la flota, ha sido mostrar a la comunidad civil, llámese empresas navieras, organizaciones sin fines de lucro, pescadores artesanal o inclusive la Dinara, que estábamos sin contacto. El caso del buque taiwanés fue una gran satisfacción personal, que comienza con un trabajo de inteligencia que se dispara con un dato de la organización no gubernamental Mar Azul, que nos alerta de este buque, que ya estaba siendo investigado por nosotros. La Armada responde con el envío de un helicóptero AB412 para verificar lo que el buque estaba haciendo, se intenta establecer comunicación con ellos y no fue fructífero. Por tal motivo se procede a documentar fotográficamente desde el aire las actividades sospechosas y en coordinación con la Dinara se decide dejar que el buque llegue a puerto para ser inspeccionado. Este trabajo fue un ejemplo perfecto del coordinación entre organizaciones militares, civiles y gubernamentales, lo que es una gran satisfacción personal.
El convenio con Ancap, como mencionaba antes, es otro ejemplo del gran trabajo conjunto que hemos logrado entre otras instituciones gubernamentales con la Armada. Hemos establecido una relación de casi hermandad con la Intendencia de Río Negro, con la inauguración de la base del Litoral Oeste, donde encontramos un apoyo incondicional del Intendente Omar Lafluf, que gracias a su colaboracíon logramos la ampliación de esa base, que nos permitió una descentralización muy importante, teniendo ahora un lugar donde podemos brindar cursos y adiestramiento en el litoral sin tener que desplazar al personal a Montevideo. Para el próximo quinquenio nos queda el gran anhelo que es el proyecto para la construcción de un muelle, que nos permita atracar nuestras naves, con el correcto apoyo logístico que necesitan. Esto nos permitirá además destacar un buque en forma permanente en esa base, algo que hoy no podemos realizar. Como parte de este nuevo paso, también tenemos que construir viviendas para el personal de la base.
¿Cómo ve el estado actual del Comando de Infantería de Marinala, una posible estandarización de su equipo con otras fuerzas y potenciales incorporaciones?
Definitivamente la estandarización es un gran anhelo, pero debemos recordar que muchas veces nuestras Fuerzas Armadas trabajan con material de oportunidad, recibido a través de donaciones u otras vías similares, lo que hace muy difícil mantener un línea clara de munición, fusiles, vehiculos, etcétera. Eso es un gran debe que tenemos. Hoy el Comando de Infantería tiene que comenzar un proceso de recambio de fusiles, seguimos con armas antiguas, queremos cambiar el calibre para estandarizar al 5.56mm, pero son procesos onerosos y complejos de llevar a cabo. Hay que trazar una línea y trabajar a largo plazo.
¿Cómo está al situación a nivel de radares?
Eso es una tarea que se está trabajando desde el año 2015, tratando de conseguir una cadena de radares que establezca un control real sobre el tráfico marítimo, que hoy por hoy sólo podemos realizarlo con aquellos buques que quieran colaborar con nosotros y de los reportes personales que recibimos. Carecemos de un sistema que nos permita controlar adecuadamente nuestras aguas y puertos. Es algo que la Armada está buscando desde hace bastante tiempo y necesita en forma urgente.
¿La Armada logrará implementarlo en el corto o, al menos, mediano plazo?
Soy optimista, pienso que si. Hay muchas ofertas, muchas propuestas y el Gobierno está afín a realizar la inversión, pero debemos recordar que estamos en un año electoral y dependemos de la asignación de los recursos para la adquisición.
Se ha hablado de varias opciones, algunas que incluían sistemas electroópticos de vigilancia, ¿esa idea aún se mantiene? ¿Se piensa en introducir Vants como medios de vigilancia?
Lo ideal es que se puedan adquirir los sistemas necesarios para realizar el control que la Armada debe cumplir, pero tampoco se trata de comprar algo sumamente sofisticado que después no podamos mantener. Tenemos que ser realistas, para eso precisamos un presupuesto que tal vez no vayamos a tener. En lo que se refiere a drones, propuestas llegan todos los días. Nosotros actualmente trabajamos con drones comerciales para realizar algunas tareas, pero volvemos al tema de la disponibilidad de recursos y creo personalmente que ese tipo de sistemas debería ser adquirido más a un nivel institucional, trabajando las tres fuerzas en conjunto.
