Cuatro cazas Eurofighter y dos A400M del Ejército del Aire y del Espacio español ponían hace pocas semanas el punto final a una vuelta al mundo histórica, tras participar en el ejercicio Pacific Skies en la cada vez más caliente área del Indo-Pacífico.
Este exigente despliegue de casi dos meses, el mayor desafío de la historia reciente de la avión militar española, ha demostrado la capacidad de proyección de una agrupación aérea en la otra punta del mundo junto a dos fuerzas aéreas aliadas -Francia y Alemania- y ha sido una experiencia difícilmente igualable, sobre todo, para los pilotos, pero también para el personal de mantenimiento o los armeros. La misión no ha estado exenta de contratiempos, como el choque de un Eurofighter con un pájaro en Alaska, que al final han servido para aprender.
Ahora es el momento de hacer balance. Aunque el informe final aún no está listo, el Ejército del Aire del Aire y del Espacio ha dado a conocer en la base de Morón de la Frontera en Sevilla algunas de las lecciones aprendidas de este exitoso e inédito despliegue de 56 días -43 de ejercicio y 13 de proyección-.
La agrupación española ha actuado en tres ejercicios muy distintos: el Arctic Defender en Alaska, en un entorno polar; el Pitch Black en Australia, en un escenario desértico; y el Tarang Shakti en India, con una ambiente trópical.
Misiones con F-35 y cambio de motor
En Alaska, la primera parada, los Eurofighter españoles tuvieron la oportunidad de operar e integrarse en operaciones junto con cazas de quinta generación F-35 y F-22, y también se enfrentaron a ellos. "Su principal característica es su capacidad furtiva, que dificulta la detección con el radar, pero al final hay formas de hacerlo, no son invencibles", destacó el teniente Alejando Pérez del Ala 14, uno de los pilotos que participó en este ejercicio, en el debriefing de la misión en Morón. El Arctic Defender fue el únicio ejercicio con misiones de aire-tierra para los Eurofighter españoles que lanzaron hasta 24 bombas GBU-16 de 500 kg.
Firma: Infodefensa
Pérez también protagonizó el principal contratiempo durante el despliegue. Durante una misión, un pájaro se estrelló contra uno de los dos motores de su Eurofighter y lo dejó inservible. En el momento del accidente, el motor de repuesto del Ejército del Aire y del Espacio ya estaba de camino al próximo ejercicio y hubo que echar mano del motor que llevaba la Fuerza Aérea alemana.
El desmontaje del motor estropeado y el montaje del nuevo se produjo a contrarreloj para no retrasar la salida del siguiente salto y al final el Eurofighter español pudo despegar junto con el resto de la expedición, de acuerdo con lo programado. El proceso no fue nada sencillo. El personal de mantenimiento tuvo que integrar el motor alemán en el sistema logístico del Ejército del Aire y del Espacio español en un tiempo récord; un paso indispensable para que el software del Eurofighter identificara el motor y completar con éxito la instalación. El motor prestado, por cierto, ya ha sido devuelto a la Luftwaffe.
Ni rastro de Rusia
De camino a Japón, la agrupación aérea voló durante horas próxima al espacio aéreo de la Federación Rusa, y aunque entraba dentro de lo previsible que algún avión ruso intentará interceptar a la fuerza aérea europea, al final el salto transcurrió sin incidentes.
Ya en Australia, los Eurofighter españoles tomaron parte en el ejercicio Pitch Black junto con aeronaves de una quincena de países en uno de los espacios aéreos para ejercicios militares más grandes del mundo. En estas maniobras, los pilotos españoles hicieron vuelos nocturnos con baja visibilidad, difíciles de hacer en Europa por la alta densidad de población, en los que, como detalló, el comandante Fernando Rojas, "no ves absolutamente nada, solo las luces del avión de repostaje", "al lado tienes a otros 40 aviones y miras para abajo y solo ves lenguas de fuego de kilómetros de los incendios".
Firma: Ejército del Aire y del Espacio
Rojas también fue el único piloto de Eurofighter que combatió contra un Su-30 en India, la tercera y última parada del Pacific Skies. El comandante dio algunas pinceladas de este enfrentamiento. "En el combate visual es una bestia con unas capacidades increíbles, es muy grande, también es fácil de adquirir, pero tiene muchas capacidades. Pero el Eurofighter tiene áreas en las que es claramente superior al Su-30, si sabes explotarlas bien", explicó. En India, un piloto español además tuvo la oportunidad de volar en un avión Tejas de fabricación local.
Las cifras de la misión
En la misión han participado 240 militares (pilotos, armeros, sanitarios, tripulaciones de cabina, personal logístico...) en dos rotaciones, con Australia -ecuador de la operación-, como punto de relevo. No obstante, la cifra crece si se tiene en cuenta el personal del Estado Mayor del Aire o del Mando de Combate detrás del planeamiento durante meses antes del ejercicio, a lo que hay que sumar el apoyo clave de las embajadas españolas en los países por donde ha pasado la agrupación aérea. También ha habido durante todo el despliegue aviones en reserva en España por si algo fallaba.
España ha compartido un barco con Alemania y Francia que ha trasladado material necesario para los ejercicios. Para el reabastecimiento en vuelo, los cazas Eurofighter del Ejército del Aire y del Espacio han utilizado los MRTT de la flota europea MMU operados por la Luftwaffe en el despliegue. Además, ha formado parte del despliegue un A330 encargado del traslado y del repliegue de las rotaciones. A las maniobras hay que sumar los saltos de ejercicio a ejercicio, en ocasiones complejos, como el de Alaska a Japón, el más largo, con Rusia como tierra firme más próxima, o el de Malasia a India, en plena época del monzón.
400.000 kilómetros, diez vueltas al mundo
Los aviones españoles han completado un total de 600 horas de vuelo (378 Eurofighter; 223 en navegación y 151 en ejercicio; 192 A400M; y 97 A330) en los dos meses y medio de despliegue. La suma de la distancia recorrida por las siete aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio alcanza nada menos que los 400.000 kilómetros solo en navegación (150.000 Eurofighter, 126.000 A400M y 130.000 A330).
"No hemos dado una vuelta al mundo, hemos dado diez vueltas al mundo, contado los kilómetros que han hecho cada uno de los aviones", subrayó el teniente general Francisco González-Espresati, jefe del Mando Aéreo de Combate (Macom).
González-Espresati apuntó que en la actualidad no es posible hacer una vuelta al mundo así todos los años, ni siquiera cada dos. "El personal del Ejército del Aire es muy bueno, pero somos muy pocos (...) Un Pacific Skies para el año que viene no es viable desde el punto de vista del planeamiento del personal", resaltó el teniente general. El plan de cara a 2026 es intentar regresar a un ejercicio en la región en un vuelo directo con las escalas necesarias a un país, de hecho, Australia ya ha cursado una preinvitación al Ejército del Aire y del Espacio español para un ejercicio dentro de dos años.