Las claves del controvertido contrato para vestir a los militares del Ejército de Tierra
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Las claves del controvertido contrato para vestir a los militares del Ejército de Tierra

El expediente ofrece información sensible sobre las plantillas de las unidades, que normalmente no es pública
Uniforme ejercito de tierra
Militares del Ejército de Tierra en unas maniobras. Firma: ET
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El Ejército de Tierra ultima los detalles de un complejo concurso con un presupuesto inicial de 163 millones de euros para vestir a alrededor de 75.000 militares, como adelantó Infodefensa.com. La licitación está dividida en nada menos que 20 lotes y tiene unos pliegos de más de 2.100 páginas que muestran al detalle los requisitos que deberá cumplir el nuevo equipamiento para los soldados.

El contrato también está generando bastante controversia, no tanto por el objeto en sí del mismo, sino por la información disponible en abierto a la que puede acceder cualquier persona. La controversia está en uno de los anexos de la licitación que cuenta con una relación de todas las unidades a las que llegará el vestuario, su ubicación y el porcentaje de personal que tiene en la actualidad sobre el total.

La clave es ese porcentaje –con hasta tres decimales-, puesto que permite calcular –partiendo de la cifra total de efectivos- de forma sencilla y muy próxima a la realidad el número de efectivos con los que cuenta cada unidad. El listado, de 26 páginas, recoge la práctica totalidad de unidades del Ejército de Tierra, a nivel grupo o batallón incluso, incluidas las agregadurías militares y las de posiciones más sensibles como Ceuta o Melilla o unidades de primera línea como la Legión o la Brigada Paracaidista.

En el actual contrato de vestuario –en vigor hasta mediados de 2025- las plantillas de las unidades es uno de los puntos más sensibles, protegido con las pertinentes habilitaciones de seguridad que en este tipo de contratos con información sensible otorga el ministerio a las empresas. Por lo tanto, ha sorprendido ahora su publicación por el propio órgano de contratación. “Es una vulnerabilidad clara”, coinciden los expertos consultados por este diario. El anuncio previo, según ha podido confirmar Infodefensa.com, también incluía otro anexo, que ya no está disponible, con el detalle de las plantillas y el número directamente de personal por unidad.

Más allá de la polémica, el contrato clasifica el vestuario en equipo básico, equipo de combate, uniformidad de combate y uniformidad de representación. En equipo básico está incluido desde uniformes de campaña, camisas, camisetas y pantalones, hasta ropa interior, calcetines, albornoz y toallas y ropa de deporte, pasando por bufandas y gorro para el frío, artículos de viaje, zapatillas y botas de campaña. En este apartado también aparecen otras prendas muy diversas como chambergo, mono de trabajo, traje de tormenta, botella cantimplora, cinturón de campaña, gabata, cubierto de campaña, linterna de campaña, placa de identificación...

En equipo de combate está contemplado sacos de dormir y vivac (mantas, saco, techo vivac...), camisas ligeras para chaleco antifragmento, coderas, rodilleras, gafas de protección, redes miméticas individuales o guantes. Mientras, en la categoría de uniformidad de trabajo aparecen pantalones, faldas, camisas y cazadoras de uniforme de trabajo, corbatas de distintos tipos, calcetines y zapatos. Por último, la uniformidad de representación incluye camisa, gabardina y boinas. También hay una categoría de uniformidad de montaña con polainas impermeables.

Todas estas prendas, complementos y accesorios están agrupadas en 20 lotes: operador logístico, uniformidad de campaña, prenda exterior de campaña, artículos complementarios de campaña, gafas de protección, sacos de dormir y vivac, uniformidad de trabajo, camisas, prendas térmicas, camisetas, calcetines, ropa interior, guantes, zapatos, botas de campaña, zapatillas, artículos de viaje, albornoz y toallas, ropa de deporte y boinas.

Uno de los anexos del contrato también hace una estimación máxima de artículos solicitados anualmente según el tipo de pedido (prenda suelta, módulo -que incluye un lote de prendas y accesorios-, e individualizado). En total, el contrato prevé la entrega anualmente de casi 2,5 millones de artículos, una cifra que refleja claramente la complejidad de la licitación. Por poner un ejemplo, en el caso del uniforme de campaña de hombre, la estimación es adquirir anualmente hasta 112.000 unidades si sumamos los tres tipos de pedidos.

El Ejército de Tierra tiene previsto un cambio de modelo en el suministro de las prendas. El contrato actual consta de un lote único y la gestión corre a cargo de una unión temporal de empresas formada por 13 firmas españolas. En la nueva licitación, el modelo será distinto. El contrato está compuesto por los 20 lotes mencionados y en principio un operador logístico será el responsable de la gestión y el suministro de las prendas y de la coordinación con las distintas empresas adjudicatarias de los lotes.

Cifras de unidades y efectivos

El Ejército de Tierra detalla que existen aproximadamente 1.300 unidades donde puede estar destinado personal de las Fuerzas Armadas. El 93% de estas unidades están en territorio nacional y el 7% restantes están situadas en el extranjero. El 99,4% del personal -continúa- del Ejército de Tierra está destinado o comisionado en unidades situadas en España y el 0,6% restante está situado en unidades fuera de España. “A la vista de estas cifras, la mayor parte de las entregas de los pedidos realizados son en territorio nacional”, aclara.

Los usuarios previstos con acceso a este sistema son unos 75.000. “Las previsiones en el momento de la elaboración de este pliego indican un incremento anual en el número total de usuarios de 3.000 usuarios”.

Las empresas adjudicatarias vestirán a los militares durante dos años, a partir de octubre de 2025, con la opción a una prórroga otros dos años más. El contrato tiene un presupuesto inicial de 163,6 millones de euros, impuestos incluidos, si bien, el valor estimado es bastante mayor y alcanza los 297,5 millones al incluir la posible prórroga.




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