Super Tucanos: una decisión política oportuna pero un acta de defunción para la aviación de caza uruguaya
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Super Tucanos: una decisión política oportuna pero un acta de defunción para la aviación de caza uruguaya

La compra, que ha sido aplaudida por algunos y criticada por la oposición política, abre una serie de cuestionamientos sobre el presente y el futuro de la aviación de combate uruguaya
A 29 Super Tucano Philippines 1
A-29 Super Tucano de Filipinas Firma: Embraer
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El Gobierno de Uruguay confirmó a través de diversas fuentes —incluyendo al Presidente de la República, Luis Lacalle Pou y al Ministro de Defensa, Armando Castaingdebat— que el país ha tomado la decisición de comprar una partida de aeronaves de ataque ligero, Embraer A-29 Super Tucano, por un importe cercano a los 100 millones de dólares. La compra, que ha sido aplaudida por algunos y criticada por la oposición política, abre una serie de cuestionamientos sobre el presente y el futuro de la aviación de combate uruguaya.

En primera instancia hay que destacar que el Super Tucano es un avión indiscutiblemente capaz, que le proveerá a la Fuerza Aérea Uruguaya un salto tecnológico significativo con respecto a sus actuales capacidades de ataque e interdicción de aeronaves a baja cota y vuelo relativamente lento. El avión posee innumerables cualidades, entre las que se pueden destacar una muy buena capacidad de armamento, bajo coste operativo, sencillez de mantenimiento y capacidad formativa de pilotos. Idealmente, su complemento debería haber sido la docena de Embraer 312 Tucano que la FAU pensaba comprar a principios de la década de los '90, compra que eventualmente fue decidida para la suiza Pilatus, que entregó seis unidades del modelo PC-7 Turbo Trainer.

La compra de los Super Tucano, que de alguna manera causó sopresa por su rápida decisión, se enmarca en una negociación de alto contenido político, más allá de las consecuencias positivas, al menos en primera instancia, que generarán para la FAU, fuerza que actualmente carece de aeronaves de combate. 

El movimiento estratégico realizado por el gobierno actual de centroderecha, que decidió comprar a un país vecino de gobierno socialista, inhabilita la posibilidad de que el contrato caiga en caso de que en las próximas elecciones la izquierda vuelva al poder. 

Sería muy arriesgado para un nuevo gobierno uruguayo, alineado ideológicamente con el de Brasil, retroceder y cancelar una compra de 100 millones de dólares para Embraer. En ese sentido, el movimiento geopolítico fue excelente y en el momento ideal. Esto generó poca capacidad de reacción para la oposición y se aseguró su continuidad más alla de quién gobierne el país en los próximos años.

Una nueva FAU sin aviones rápidos de interdicción

Sin embargo, la adquisición de este nuevo vector de combate abre la puerta a la posibilidad real de que la FAU pierda totalmente su capacidad de combate con aeronaves rápidas a reacción. El actual ministro de defensa declaró en varias oportunidades, luego de que esta compra sea pública, que las aeronaves son suficientes para enfrentar las avionetas que vuelan bajo y descargan la droga o mercadería ilegal que transportan en pistas improvisadas. Agregó además, que el país se encuentra analizando opciones para mejorar la radarización y así lograr blindar las fronteras del país. 

Este concepto, que en primera instancia parecería acertado, es tremendamente limitado en cuanto al análisis de las posibles amenazas que enfrenta el país y de como evolucionan dependiendo de los obstáculos que se les presenten. Por ejemplo, cuando Estados Unidos comenzó a patrullar asiduamente las aguas oceánicas cercanas al Caribe para hacer interdicción de buques transportando drogas desde Sudamérica, el narcotráfico rápidamente evolucionó y comenzó a navegar cerca de la costa en embarcaciones más pequeñas. Cuando estas últimas también fueron amenzadas, se comenzaron a desarrollar y emplear semisumergibles para evitar la detección. De la misma manera, cuando el tráfico de estupefacientes en aeronaves pequeñas comenzó a ser interceptado, se evolucionó rápidamente y se comenzaron a a utilizar aeronaves rápidas a reacción volando mucho más rápido y alto de lo que cualquier turbohélice puede alcanzar. El delito organizado no tiene escasez de recursos ni de creatividad a la hora de adaptarse a las nuevas amenazas contra su negocio, algo que, por el contrario, lamentablemente los gobiernos sufren mucho.

Lamentablemente la falta de análisis tridimensional de las amenazas, tanto en el mar como en el aire, dejan abierta la puerta para que ese enemigo común a todas las naciones, que es el delito organizado, simplemente cambie sus tácticas. Los Super Tucanos de Uruguay serán una excelente adición para la alicaída Fuerza Aérea Uruguaya e idealmente vendrán para reactivar al Escuadrón Aéreo Nro.1 Ataque, antiguamente equipado con aeronaves FMA IA-58 Pucará. Brindarán capacidades a la FAU y, sin dudas, serán el comienzo de una nueva era para la fuerza. Sin embargo, esta compra puede ser el cementerio de la fuerza aérea que Uruguay debería tener, no por un tema de potenciales enfrentamientos bélicos, sino para tener las capacidades necesarias de interdicción que el delito organizado presentará. 

En definitiva, se tomó una decisión más política que técnica y se decidió postergar o inclusive eliminar la recomendación técnica de la FAU, que requería una aeronave a reacción con radar embarcado. Quedará para futuros gobiernos analizar y decidir que presente y futuro le espera no solo a la Fuerza Aérea Uruguaya sino a las tres ramas de las Fuerzas Armadas del país, que están pasando por una crisis de equipamiento y capacidades casi únicas en su historia.








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