En el terreno de las redes de transporte en España desde hace décadas hemos insistido en lo importante que es el transporte para, primero, la unión de los pueblos y el desarrollo de las economías, después, para la sostenibilidad y la descarbonización, más tarde, para la resiliencia y ahora, a ver si esta vez es verdad, las redes de transporte parece que también son importantes para la defensa: la movilidad militar pasa a formar parte de la política de transportes de la Unión Europea. Esto ha quedado reflejado por primera vez en la revisión del reglamento relativo a las orientaciones de la Unión para el desarrollo de la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T).
Para el desplazamiento del personal, material y los equipos militares se utilizan en gran medida las mismas infraestructuras de transporte que para los desplazamientos y transportes de civiles. El reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, por el que se establece el Mecanismo Conectar Europa, define la infraestructura de doble uso como aquella de la red de transporte que atiende tanto a necesidades civiles como de defensa.
La reciente guerra de Ucrania ha puesto de relieve la importancia estratégica que tiene la movilidad militar en Europa. Así lo ha reflejado el Consejo de la Unión Europea en el documento Brújula Estratégica, que confirma la necesidad urgente de una mejora de forma considerable de la movilidad militar de las Fuerzas Armadas. Para ello, se deberán reforzar las infraestructuras de transporte de doble uso civil-militar en toda la red transeuropea de transporte, con el fin de facilitar el desplazamiento rápido y fluido del personal, material y equipos militares pesados, tanto en ejercicios como para los despliegues operativos.
Y aquí, deberíamos introducir la necesaria exigencia para España de acelerar la conexión de nuestros principales puertos, aeropuertos y terminales, ferroviarias, y pasos fronterizos con el ancho estándar europeo.
Las unidades de las Fuerzas Armadas pueden tener la necesidad de transportar por tren hacia países del resto de Europa tropas, material y equipo, tanto para realizar maniobras con otras unidades militares europeas y de la OTAN como en situaciones de conflicto bélico. En España, a lo largo de los 500 km de frontera con Francia, sólo existen dos pasos fronterizos ferroviarios con gran capacidad, mientras que países como Italia cuentan con siete.
Contar con un tercer corredor ferroviario como infraestructura de doble uso en la península Ibérica es de vital importancia desde el punto de vista estratégico, para evitar el colapso del tráfico de mercancías que para el comercio español podría producirse, pero también desde el aspecto militar para la movilidad de personal, material y abastecimiento por vía terrestre hacia y desde el resto de Europa ante posibles y diferentes situaciones de crisis en las que se puedan producir cortes en alguno de los principales pasos fronterizos actuales.
Desde el punto de vista de la movilidad militar, el corredor central que discurre desde Algeciras (Sines en Portugal), Madrid, Zaragoza, Huesca (a través de los Pirineos centrales mediante túnel de baja cota y altas prestaciones), Toulouse y París, hasta enlazar con el mar del Norte, y con posibles y necesarios enlaces con países de centroeuropa, también por su importancia estratégica, como eje transfronterizo, se debería identificar, tanto por el Gobierno español, como por la Comisión Europea, como uno de los proyectos prioritarios de doble uso dentro del Plan de Acción sobre Movilidad Militar definido por la Agencia Europea de Defensa y por tanto verse incluido en la RTE-T, como parte de la Red de Transporte Militar e incluido en el visor de mapas interactivo TENtec, como una infraestructura de doble uso.
Firma: Ejército de Tierra
En el mes de enero de este año, Alemania, Países Bajos y Polonia firmaron una declaración de intenciones para desarrollar en un corredor de transporte militar a través de la llanura del norte de Europa, que se extendería hacia el este hacia Polonia, hasta las fronteras con Ucrania y Bielorrusia, que facilitaría el movimiento de tropas y equipos entre los puertos europeos del Mar del Norte y el flanco oriental de la OTAN, y en el que se abordarán los puntos críticos de las infraestructuras y la reducción de la burocracia en los tramos transfronterizos.
Este mismo mes de junio los ministros de Transporte y representantes de la República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Polonia y Eslovaquia, y Lituania han firmado una declaración conjunta que fortalecerá la cooperación en la búsqueda de más financiación de la UE para proyectos estratégicos de infraestructura de transporte en la región para mejorar la movilidad militar en Europa y dentro de la región.
Por parte del Estado español, como miembro de la defensa europea, deberían analizarse en profundidad las necesidades en nuestro país de corredores de transporte multimodal, que incluyan carreteras, ferrocarriles, rutas aéreas y vías navegables interiores, con una infraestructura de transporte de doble uso capaz de gestionar el transporte militar. Asimismo, sería necesario definir los nodos de transporte y los centros logísticos que proporcionen la ayuda y los apoyos necesarios para facilitar tanto el tránsito como el despliegue de tropas, equipo y material, de modo que sean factibles de gestionar con poca antelación transportes militares potencialmente pesados y a gran escala.
Para tener infraestructuras estratégicas de doble uso civil-militar en RTE-T se deberían evaluar no solo las necesidades de adaptar las redes ferroviarias y de carreteras, analizando las brechas y cuellos de botella que puedan existir entre las redes de transporte civiles y los requisitos militares, definiendo los proyectos de doble uso prioritarios; sino también evaluar el estado actual de las infraestructuras, tanto de carreteras como ferroviarias (ancho, gálibo, carga admisible, etc.) que permitan su uso dual civil y militar.
Resulta muy importante redefinir la normativa de infraestructuras que tengan en cuenta las necesidades militares para transporte multimodal en las nuevas infraestructuras que se construyan, así como realizar una planificación a largo plazo de inversiones en las infraestructuras necesarias para desplazamientos de las fuerzas armadas a gran escala y convocados con poca antelación. Igualmente, por lo que respecta a la modernización y adaptación de las infraestructuras existentes en la actualidad y que sean necesarias para su doble uso.
Por último, es fundamental analizar el material ferroviario disponible en estos momentos y realizar las inversiones necesarias en su caso en vagones para transportar personal y material, así como plataformas especiales para el material pesado y con dimensiones especiales, y muelles testeros para el desembarque en lugares sin estaciones adaptadas.
Sólo así, mediante una gran red homogénea y dotada de capacidad, se podrá disponer de unas infraestructuras eficaces de doble uso civil-militar en RTE-T que puedan ofrecer servicio regular, resiliente y con alternativas de trayectos.