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Brasil y EEUU celebran 200 años de diplomacia en medio de la creciente presencia de China en Sudamérica
El 200º Aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre Brasil y Estados Unidos, conmemorado en medio del Ejercicio Mares del Sur 2024 en aguas territoriales brasileñas, contó con una Fuerza de Tarea liderada por un portaviones nuclear de la US Navy y escoltas, así como con la presencia de un cúter oceánico de la Guardia Costera (USCG).
Detrás de este escaparate diplomático/mediático se asoma otro capítulo de la intensa disputa que libra Estados Unidos contra la creciente influencia económica, política y militar de China en América Latina.
Cooperación regional
Uno de los impulsores de esta política de cooperación regional, el Comando Sur estadounidense, ha interferido (directa o indirectamente) en las políticas de Seguridad y Defensa de muchos de los países aliados de Washington a través de su actual comandante, la general de cuatro estrellas Laura J. Richardson, de presencia constante en Sudamérica.
En mayo de 2023, la general Richardson realizó una gira por América del Sur que incluyó Colombia y Chile, llegó a Brasil, donde se reunió con los comandantes de la Marina, del Ejército y de la Fuerza Aérea, el jefe del Estado Mayor Conjunto. En la agenda, la cuestión del aumento de la presencia china en el país y un mayor alineamiento con Pekín por parte del actual gobierno brasileño.
Una año después, en mayo de 2024, la titular del Comando Sur estadounidense y su homólogo en la Marina de los EE.UU., contralmirante Jim Aiken, comandante del Comando Sur de las Fuerzas Navales de los EE.UU. / 4ª Flota de los EE.UU., recogieron datos positivos de la primera etapa del ejercicio Southern Seas 2024, celebrado frente a las costas de Brasil con la presencia del portaviones nuclear George Washington.
Una vez más, entre las líneas del ejercicio y las celebraciones, la cuestión china continuó siendo el telón de fondo de las conversaciones entre autoridades, más aún con los recientes anuncios de nuevos acuerdos espaciales entre Brasil y China, entre otros acontecimientos.
La visita de otra delegación de alto nivel del Ejército brasileño a China (la tercera en dos años) en las próximas semanas podría desembocar en la compra de armamento chino para el Ejército brasileño, a lo que los estadounidenses se han opuesto abierta y vehementemente.
Escudo antichino y antirruso
Richardson ha planteado repetidamente la cuestión de la presencia china en América Latina como una "amenaza muy clara" a la seguridad nacional de EEUU, ya que empresas del país oriental, con el estímulo del Gobierno de Pekín, invierten fuertemente en Brasil, Argentina, Chile y Colombia, por nombrar las economías más grandes.
Los chinos han pasado a controlar, o han adquirido, el dominio comercial de la compra y envío a China de materias primas como minerales, metales estratégicos como el tan codiciado litio, una amplia variedad de alimentos y otra serie de recursos energéticos, así como el acceso al agua potable en cantidad y calidad.
Los militares estadounidenses citan repetidamente la riqueza natural de Brasil como fuente de preocupación para el Gobierno estadounidense, ya que está alimentando el crecimiento industrial y tecnológico de la economía china.
Otro aspecto es la contribución masiva de recursos a la construcción y control de vastas infraestructuras de puertos, carreteras, ferrocarriles, telecomunicaciones y exploración comercial del espacio, una ventaja estratégica que garantiza el acceso chino a los recursos que domina en el continente, tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto abierto contra Estados Unidos.
De hecho, China es el mayor socio comercial de Brasil, con Estados Unidos en segundo lugar, y la diferencia de valores entre ambos es cada vez mayor a favor de los chinos.
Se cree que para 2035, según cifras proporcionadas por Richardson, el comercio de China con la región alcanzará los 300.000 millones de dólares anuales.
Además de la "invasión económica" china, otro problema al que se enfrenta Washington es la presencia de la Estación Espacial China en Argentina, identificada como una supuesta instalación de espionaje ELINT/TELINT, SIGINT/COMINT altamente sofisticada, que no tendría nada que envidiar a las capacidades de Pine Gap en Australia, una base compartida entre EEUU y Australia que espía a China con el mismo ingenio, con una fuerte participación en acciones militares en zonas cercanas al territorio continental chino.
Ubicada en la provincia patagónica de Neuquén, las actividades de esta instalación del Gobierno chino han sido cuestionadas reiteradamente por Estados Unidos a través del general Richardson, y su cierre o cancelación total es claramente uno de los objetivos de los militares al frente del Comando Sur norteamericano.
Es importante señalar que si Estados Unidos está siendo espiado a través de Neuquén, es razonable suponer que Brasil también está siendo blanco de los chinos a gran escala, por lo que esto también es un problema de seguridad nacional para Brasil.
Trueque ruso por americano
En otro punto de discordia, la cuestión del apoyo a Ucrania por parte de países sudamericanos, especialmente aquellos que operan con algún tipo de equipamiento similar al ruso/ucraniano, adquirió una estrategia de doble filo: según Richardson, quienes "donasen" sus helicópteros, tanques, vehículos y demás equipamiento militar de este origen recibirían a cambio equipamiento de función equivalente de origen estadounidense, siempre que el material que se enviase a Ucrania estuviese en condiciones de funcionamiento.
Precisamente este punto ha determinado el fracaso de esta iniciativa, al menos hasta ahora, ya que la mayor parte del material militar ruso en el continente es inservible o sufre graves carencias de suministros y recursos diversos, ya que cuando existen, se destinan masivamente a la campaña de Ucrania.
Para complicar las cosas, el actual Gobierno brasileño y su brazo diplomático han señalado en repetidas ocasiones su apoyo velado a las aspiraciones expansionistas de Rusia, incluso impidiendo que empresas establecidas en Brasil cumplieran con grandes pedidos de equipos militares realizados por los ucranianos.
Entre los negocios que no se concretaron por interferencia directa de Brasilia están la venta de vehículos blindados de ruedas 6x6, aviones turbohélice de entrenamiento y ataque ligero y munición de artillería 155m, por citar los casos más conocidos.
Para el actual Gobierno, Brasil debe mantener su neutralidad, no atendiendo a las demandas de los países en conflicto, lo que significa condenar a la Base Industrial de Defensa brasileña al ostracismo en términos de exportaciones, en sentido contrario al resto del mundo occidental, y ayudar discretamente a los rusos, porque serán armas y equipamientos con los que no tendrán que lidiar debido a la amistad del actual gobierno brasileño con Moscú.
Esta amistad no es gratuita. Para citar un ejemplo, el diesel ruso, con precios más bajos que en otros mercados, ha sido comprado en grandes cantidades por Brasil, que se ha convertido en uno de los mayores importadores del combustible producido por las refinerías rusas, permitiendo a Brasilia compensar las oscilaciones internas de su mercado energético y obtener ganancias políticas en sus narrativas de propaganda interna.
En enero de 2024, las compras brasileñas de gasóleo ascendieron a 500 millones de dólares, un 462 % más que las importaciones del mismo mes de 2023, y el producto representó el 66 % de todas las ventas rusas a Brasil.
Cake Ship de despedida
El final de la fase brasileña del Ejercicio Mares del Sur 2024 incluyó un baile de gala a bordo del CVN-73 USSGW, donde cerca de 300 invitados asistieron a la ceremonia de conmemoración de los 200 años de relaciones diplomáticas entre Brasil y Estados Unidos.
En su discurso, la embajadora de EEUU en Brasil, Elizabeth Bagley, destacó la importancia de la asociación con Brasil y recordó los esfuerzos del Gobierno de EEUU para colaborar con la ayuda humanitaria a los afectados por las inundaciones en el Estado de Rio Grande do Sul (RS).
"La US Navy estaba pasando por la costa brasileña. Los buques estuvieron en la ciudad de Río de Janeiro y ofrecieron su apoyo para sumarse a la movilización que existe para hacer frente a la catástrofe en el Sur, y esto fue muy bienvenido", dijo el contralmirante Nelson Leite, comandante de la Primera División de la Flota de la Marina de Brasil.
El portaviones estadounidense George Washington navegó más al sur transportando 15 toneladas de alimentos, piensos, agua y artículos de higiene y limpieza para ayuda humanitaria.
En el traslado de esta carga participaron el Buque Aeródromo Multipropósito Atlântico, que ya se encontraba frente a las costas de Rio Grande do Sul apoyando las operaciones, y los helicópteros que operaban a bordo del buque brasileño, apoyados por más aeronaves de la US Navy embarcadas en el CVN-73. Esta flota realizó 31 viajes de transferencia de carga Vertrep (reabastecimiento vertical) entre los buques.
