El Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma) VI será el encargado de la operación de los helicópteros AB212 que la Armada transferirá al Ejército de Tierra en este mismo verano, tras la desactivación de la Tercera Escuadrilla de Aeronaves.
Así lo ha confirmado el capitán de navío José Emilio Regodón, comandante de la Flotilla de Aeronaves, en una reciente entrevista a Infodefensa.com. La decisión entra dentro de lo previsible, puesto que el Bhelma VI, encuadrado en el Mando de Canarias (Mcana), tiene una amplia experiencia en el empleo del AB212.
La unidad cuenta con este modelo en dotación en su base de Los Rodeos desde los años 80. Si bien, sus helicópteros AB212 no fueron sometidos a un proceso de modernización; algo que sí sucedió con los de la Armada, que ahora pasarán a formar parte de su inventario.
Las conversaciones para la cesión de los helicópteros al Ejército de Tierra ya están en la fase final. Los AB212 de la Armada están inmersos en su último despliegue operativo a bordo del LHD Juan Carlos I, al frente del Grupo de Combate Dédalo. La retirada de este helicóptero implica además la desaparición de la Tercera Escuadrilla.
El Ejército de Tierra podría recibir hasta seis unidades, las que todavía están en servicio, dependiendo de sus necesidades operativas. Los AB212 de la Armada fueron actualizados hace apenas seis años dentro de un programa de extensión de la vida liderado por las empresas Sener y Babcock. Los helicópteros aún tienen casi una década de vida operativa gracias a los nuevos equipos y aviónica incorporados durante la modernización, según el calendario de operación contemplado por el programa.
Sener trabajó en el diseño, integración, documentación de ensayos, soporte a la producción y solución de incidencias en servicio. Además, proporcionó a Babcock los resultados de los análisis, incluidos los de seguridad (safety), necesarios para generar la documentación de certificación.
Por su parte, el equipo de diseño y certificación de Babcock se encargó del diseño e integración de ciertos sistemas, junto con el proceso de industrialización y de los ensayos de certificación en tierra y vuelo. El programa de extensión de vida de siete helicópteros Agusta-Bell de la Armada, que entraron en servicio en 1974, permitió incorporar avances de equipamiento en materia aeronáutica y dotar a los helicópteros de nuevos equipos y sistemas, como radar, sistema de visión nocturna, sistemas de protección y autodefensa, etc.