Los patrulleros Atalaya y Vigía de la Armada han monitorizado entre el 21 y el 16 de este mes el paso de convoy ruso por aguas del noroeste peninsular. Los buques rusos de asalto anfibio Iván Green, Aleksander Otrakovsky y el petrolero Kola fueron localizados en aguas de soberanía nacional y acompañados por los patrulleros españoles hasta la frontera con Portugal. Según ha informado el Estado Mayor de la Defensa (Emad), “ambos buques españoles se encontraban en operaciones de presencia, vigilancia y disuasión, bajo control operativo del Mando de Operaciones, y llevaron a cabo la vigilancia en sendos turnos”.
El Emad informó de que la operación comenzó la madrugada del jueves 21 de marzo, “cuando el patrullero de altura Atalaya (P-74) localizó un grupo de tres unidades rusas mientras realizaba una operación de vigilancia y seguridad marítima en aguas de soberanía española en el noroeste peninsular”.
Una vez identificados los buques de la federación rusa, “el Atalaya hizo seguimiento a dichas unidades hasta el cruce fronterizo con Portugal, donde fue relevado por la fragata portuguesa Bartolomeu Dias”.
La misión del Atalaya finalizó tras dos singladuras efectuando presencia naval reforzada en aguas de soberanía española, tras lo que regresó a su base en el Arsenal de Ferrol.
El convoy ruso regresó a aguas de soberanía española por el sur el día 23 cuando, tras su activación como unidad transferida al Núcleo de Fuerza Conjunta NFC-1, el Vigía releva al buque portugués en su monitorización de la agrupación de la Marina de la Federación Rusa. El patrullero español, que realiza cometidos de vigilancia y seguridad marítima, monitorizando la línea de tráfico marítimo que une el cabo de San Vicente con el estrecho de Gibraltar, acompañó al convoy por aguas del Golfo de Cádiz hasta el día 26.
Misiones recurrentes
Este mismo mes, la Armada desplegó al patrullero Centinela (P-72) en una misión de vigilancia de un convoy ruso que navegaba por aguas del etrecho de Gibraltar y el mar de Alborán con una escolta integrada por una fragata multipropósito para la patrulla de la zona del mar lejano, la Admiral Grigorovich.
Este tipo de misiones son habituales desde el inicio de la guerra en Ucrania, los movimientos de los buques de la Marina rusa se siguen muy de cerca por las fuerzas navales aliadas. En el caso de España, la Armada ha realizado varias operaciones de vigilancia y monitorización de embarcaciones rusas tanto en aguas del Mediterráneo como en el golfo de Cádiz como en el mar Cantábrico.
El patrullero Centinela de la Armada, por ejemplo, siguió el pasado mes de diciembre durante tres días en aguas del mar Cantábrico a un submarino ruso procedente del mar Báltico. El buque español zarpó de su puerto en Ferrol el pasado 11 de diciembre rumbo al límite norte de la zona económica exclusiva española y cedió el testigo la madrugada del 14 de diciembre a la Armada portuguesa.
El 12 de diciembre, informó entonces el Estado Mayor de la Defensa (Emad), la fragata FS Auvergne entregó la escolta al Centinela para "continuar con el seguimiento en rumbo al dispositivo de separación de tráfico de Finisterre".
A partir de entonces, el patrullero español estuvo en la mar dos días con "duras condiciones meteorológicas" hasta abandonar el submarino ruso "la zona de interés nacional" el 14 de diciembre por la noche. Tras asumir Portugal el seguimiento del buque, el Centinela finalizó su misión y puso de nuevo rumbo al Arsenal de Ferrol.
No es el único caso ni el Centinela es el único buque con estas tareas. El abril anterior, por ejemplo, la fragata Santa María y el patrullero Serviola monitorizaron en aguas de interés español la ruta de un convoy ruso formado por cuatro buques. Además, la fragata Méndez Núñez, integrada hasta finales del mes de diciembre en la fuerza naval permanente de la OTAN en el Mediterráneo (SNMG2), también ha efectuado la segunda mitad del año misiones de vigilancia de buques rusos en el marco de la operación Noble Shield.
El Vigía. Foto: Emad.