El primer submarino de fabricación taiwanesa ya es una realidad. El país ha presentado el primer buque de ese tipo construido en el país en toda su historia. No solo se trata de un hito nacional, sino que supone todo un acontecimiento internacional, ya que en la actualidad únicamente existen diez países capaces de sacar adelante un desarrollo propio de este tipo, considerado por los especialistas de una complejidad solo comparable a la construcción de una nave espacial, y alejada a la de cualquier otro buque.
Las autoridades de la República China (nombre oficial de Taiwán) han presentado el submarino en una ceremonia de lanzamiento que tuvo lugar el jueves en el astillero de Kaohsiung, al suroeste del país, donde comenzó a construirse hace algo menos de tres años (noviembre de 2020).
El país optó por desarrollar sus propios submarinos después de que no llegase a concretarse el compromiso que Estados Unidos había adquirido de construirle ocho unidades. Hay que tener en cuenta que los astilleros estadounidenses llevan más de cuarenta años sin construir submarinos convencionales, como los que quería Taiwán. Además, Alemania y España se habían descartado para ofrecer sus diseños al país por temor a ofender a China, en disputa por considerar a Taiwán como parte de su territorio.
Ante estas circunstancias, el Ministerio de Defensa taiwanés anunció a finales de 2014 la aprobación de las directrices para el contrato de diseño de un sumergible indígena. En una comparecencia entonces ante el parlamento del país del viceministro de Defensa, Chiu Kuo-cheng, se reveló que los trabajos de diseños se iniciarían en 2016 por un coste estimado de 3.000 millones de dólares taiwaneses (88,2 millones de euros al cambio actual), tal y como publicó Infodefensa.com entonces.
Los trabajos preparatorios, que se iniciaron en 2015, se estimaron en 10.000 millones de dólares taiwaneses (cerca de 300 millones de euros). Un año después trascendió la existencia de conversaciones con Japón para la posible adquisición a ese país de submarinos de la clase Soryu, los mismos que en aquel momento la industria nipona estaba ofreciendo a Australia en el programa que finalmente ganó la francesa DCNS y que posteriormente fue anulado ante el acuerdo Aukus de este país con Estados Unidos y Reino Unido para hacerse con submarinos nucleares.
13.800 millones de euros en proyectos navales
Finalmente, Taiwán confirmó en 2017 sus planes para contar con una nueva flota de ocho submarinos fabricados en el país para hacer frente, en gran medida, a la amenaza de China. Este proyecto se incluye en plan, estimado en 470.000 millones de dólares taiwaneses (más de 13.800 millones de euros al cambio) que contempla en total doce iniciativas de construcción naval que se desarrollarán hasta el año 2040. Con la puesta en servicio de este primer submarino de fabricación nacional, Taiwán contará en total con tres buques de este tipo en 2025, ya que ahora dispone de dos de origen neerlandés que prestan servicio al país desde la década de 1980so, informa la cadena CNN.
Al presentar este jueves su primer submarino de construcción nacional, Taiwán se suma definitivamente al selecto club de países capaces de realizar este tipo de proyectos, y del que forman parte Alemania, China, Corea del Sur, España, Francia, Japón, Rusia y Suecia pueden diseñar y fabricar en la actualidad sus propios submarinos convencionales. Otros países Italia y Brasil, también los fabrican, pero son desarrollos de otros países, y EEUU y Reino Unido únicamente sacan adelante proyectos de submarinos nucleares.
“En el pasado, mucha gente pensaba que construir un submarino autóctono sería una tarea imposible. Pero lo hemos conseguido”, ha dicho la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, en la presentación de este buque, al que en los próximos años seguirán otros siete, si no se cambian los planes impulsados por la propia mandataria cuando accedió al cargo, en 2016.