El epílogo de la historia del portaaviones São Paulo sigue extendiéndose. La empresa MSK Maritime Services & Trading, responsable del casco de la embarcación desde su adquisición a la Marina de Brasil por parte del astillero tuco Sök, en diciembre de 2021, ha renunciado a la propiedad del buque que desde hace meses espera en alta mar a que se lo autorice a arrimarse a algún puerto del país. A partir de ahora, el dueño del navío vuelve a ser la Marina brasileña, que tiene derecho a disponer de la misma en plena conformidad con las leyes internacionales y las normas comerciales, según afirma MSK.
La compañía culpa de este desenlace a la Marina y la acusa de no haber hecho "los esfuerzos necesarios ni encontrado una solución para que el barco pueda atracar para ser reparado y luego encaminarse al correcto proceso de reciclaje verde de su material" en Turquía.
En una carta enviada, el pasado 10 de enero, al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama) y a otras autoridades, MSK daba un ultimátum de 12 horas para que el país sudamericano proporcionase "las aprobaciones y/o acciones necesarias para recibir" el portaaviones que supo servir bajo las banderas de Brasil y Francia.
De acuerdo a los representantes legales de la firma turca "el incumplimiento de la solicitud dará lugar a la disposición del portaaviones, quedando todas las responsabilidades posteriores a cargo de las autoridades brasileñas". El plazo ya ha caducado y la Marina brasileña no se ha pronunciado sobre qué medidas tomará.
Riesgo ambiental
MSK, que había sido contratatado por Sök, sostiene que ha dado este paso debido a que ha llegado al límite de su capacidad para hacer frente a los "elevadísimos" costes diarios de mantener en la mar al buque y "antes de que la falta de recursos cause algún daño ambiental". Desde octubre de 2022, el exportaaviones consume, aproximadamente, 20 toneladas de combustible a 30 millas de la costa brasileña, un claro el riesgo ecológico.
Sin embargo, la afirma asegura que actualemente el casco es seguro para el medio ambiente y para la navegación. "La acción más razonable y ambientalmente segura es renunciar a la propiedad del casco a favor de su antiguo propietario, ya que la obligación asumida se ha vuelto imposible debido a las dificultades impuestas por la acción de las autoridades y entidades brasileñas", recalca la empresa.
El 20 de diciembre de 2022, la empresa formalizó una comunicación a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organismos medioambientales y representantes de los gobiernos brasileño, turco y francés denunciando la falta de ayuda de las autoridades brasileñas para encontrar una solución para el buque.
Foto: Marina de Brasil
El antiguo portaaviones São Paulo es un buque que durante 20 años perteneció a la Marina brasileña. La unidad se vendió a MSK para su desmantelamiento y reciclaje respetuoso con el medio ambiente en un astillero internacional.
Cuando ya se dirigía a Turquía, el portaaviones tuvo que regresar a Brasil al negársele su ingreso al Maditerráneo y, ante el impedimento judicial para atracar en Pernambuco, desde el pasado octubre se encuentra en alta mar.
El São Paulo fue adquirido a la Marina Nacional francesa en 2000, cuando llevaba el nombre de Foch y tenía 43 años, con casi cuarenta de servicio activo. El buque tuvo una corta vida operativa en la Marina brasileña, donde sufrió una serie de averías y experimentó un grave accidente con pérdida de vidas.
Actualmente, Brasil cuenta con un buque de asalto anfibio portaaeronaves, el NAM Atlantic, que permite a la Marina mantener su capacidad de uso de medios aéreos.