Las empresas españolas Expal y Escribano han presentado en el foro Ejército-Empresas de Toledo su propuesta para el desarrollo de un sistema lanzacohetes de alta movilidad (Silam) para el Ejército de Tierra. Este programa es uno de los que el Ministerio de Defensa lanzará a partir del próximo año con el aumento del presupuesto.
El sistema estará basado en el lanzacohetes PULS (Precise and Universal Launching System) de la firma israelí Elbit. El proyecto contempla la transferencia de tecnología para el desarrollo por parte de empresas españolas del lanzador y la munición (cohetes y misiles). Las compañías plantean un lanzacohetes con un alcance desde los 40 km y 150 km con cohetes Accular y Extra, respectivamente, hasta los 300 km con el Predator Hawk.
La batería se instalará sobre un vehículo Iveco Astra 6x6 y estará integrada en el sistema de mando y control Talos. El programa además incluye la formación del personal responsable de su operación en el Ejército de Tierra y también el mantenimiento a lo largo del ciclo de vida.
El sistema PULS ha sido seleccionado por las prestaciones, capacidades del sistema, velocidad de despliegue y garantía de la soberanía nacional, después de analizar los sistemas de diferentes tecnólogos que existen en el mercado. La idea, al final, es nacionalizar la producción de este desarrollo. Todavía está pendiente de definir el porcentaje nacional, no obstante, será “muy elevado”, explican fuentes conocedoras del programa a Infodefensa.com, superando ampliamente el 50%.
Como detallan las empresas impulsoras del proyecto, este tipo de sistemas tienen una alta movilidad y velocidad para entrada y salida de posición, características que dificultan la detección y el ataque. Ofrecen apoyo de largo alcance a operaciones expedicionarias con fuego destructivo, supresivo y de contrabatería de gran volumen. Además, cuentan con una alta precisión mediante la integración de sistema de guiado que consiguen una mayor eficacia en las operaciones, reduciendo al mismo tiempo los daños colaterales y optimizando los efectos en blancos de alto valor.
Lanzacohetes PULS. Foto: Elbit
Plan industrial
El plan industrial está prácticamente definido. Escribano fabricará los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica, así como la integración de sistemas blindados. Expal, por su parte, producirá componentes, los pod de lanzamiento y la munición. Por debajo habrá diferentes subcontratistas como Iveco, responsable de la integración del lanzador en el vehículo Astra, o el consorcio de misiles SMS, encargado de conectar la batería con el puesto de mando.
El programa, pendiente de cerrar los flecos de la contratación, ya está en marcha en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y está previsto que el lanzamiento oficial incluso antes de final de año. El prototipo del sistema podría ser una realidad en un plazo de 18 meses desde la puesta en marcha del programa. “Si se lanzan antes de que acabe el año podría estar para finales de 2023”, señalan.
22 millones en 2023
Este lanzacohetes de alta movilidad es uno de los programas que recibirá financiación gracias al aumento del presupuesto del Ministerio de Defensa. El proyecto cuenta en concreto para el próximo año con una partida inicial de 22 millones de euros en el apartado de Programas Especiales de Modernización, más conocidos como PEA.
El Ejército de Tierra ha marcado como una prioridad dentro de la futura Fuerza 2035, recuperar la capacidad cohete, perdida hace más de una década ya, en 2011, con la retirada del sistema Teruel. La guerra de Ucrania ha puesto de relieve la importancia de este tipo de sistema, que en los últimos años había quedado en un segundo plano. Los lanzacohetes múltiples Himars, suministrados por Estados Unidos están resultando claves en la contraofensiva ucraniana en el este, causando importantes daños y un desgaste decisivo a retaguardia de las líneas rusas.