La guerra de entre Rusia y Ucrania ha demostrado el importante papel que pueden llegar a jugar los drones en una guerra. Para combatirlos, Rusia ha empezado a utilizar recientemente el cañón láser Zadira, que ha permanecido en secreto hasta hace unos días. El primer ministro adjunto ruso Yury Borisov compara este nuevo láser con la anterior generación de armas rusas como Perestev.
La principal función de este sistema es la de destruir drones como los Bayraktar TB2 incluso a cinco kilómetros de distancia. Además, se trata de un arma con munición ilimitada que evitaría el uso de misiles de intercepción, rebajando considerablemente el gasto armamentístico que suponen este tipo de armas.
Su capacidad de atacar múltiples objetivos a la vez y hacerlo a gran velocidad también podría suponer un cambio dentro de la lucha contra Ucrania, ya que la obtención de más unidades de drones puede ser costosa.
Peresvet se hizo famoso en 2018 cuando Putin quiso alardear sobre el arsenal de armas de su país. Este dispositivo tiene la capacidad de cegar tanto aviones enemigos como misiles entrantes.
Los drones de Ucrania
La utilización por parte de Ucrania de drones kamikaze como los Switchblade de Aerovironment o el Quantix Recon, enviado más recientemente, han marcado el camino hacia la necesidad de utilizar sistemas como el Zadira.
El Quantix Recon es una solución de reconocimiento ligera, fácil de desplegar y totalmente automatizada que proporciona inteligencia procesable bajo demanda utilizando imágenes georreferenciadas y de alta resolución del terreno y las infraestructuras.
La aeronave tiene la capacidad de despegar y aterrizar de forma vertical y combina la ventajas VTOL de un dron multirrotor con el alcance, la velocidad y la eficiencia de una aeronave no tripulada de ala fija.
El UAS puede inspeccionar hasta 1,6 kilómetros cuadrados o 20 kilómetros en línea por cada vuelo de 45 minutos con una sola batería.