El Centro Experimental Aramar (CEA), que forma parte del Centro Tecnológico de la Marina de Brasil en São Paulo (CTMSP), ubicada en Iperó (SP), completó con éxito las pruebas de funcionamiento de la turbina de propulsión del primer submarino nuclear brasileño, llamado SN-BR Álvaro Alberto. Aramar es responsable de las pruebas de los sistemas del conjunto de generación de energía y propulsión del SN-BR. La turbina de propulsión, impulsada por el vapor generado por el calor procedente de la fisión nuclear, abastece al generador de la energía eléctrica utilizada en el motor del submarino. La turbina de generador eléctrico alcanzó la velocidad de 3.593 revoluciones por minuto durante un test de esfuerzo máximo que duró seis horas y en el que se alcanzaron temperaturas de hasta 240°C.
En esta ocasión, y por segunda vez, se aprobó la grasa especial desarrollado con tecnología italiana por el brasileño Lubrotec Quimica, Indaiatuba (SP). Este lubricante está diseñado para trabajar con dispositivos mecánicos que trabajan a altas temperaturas. Se utiliza en las partes selladas en movimiento, como los casquillos de los ejes, por ejemplo, y presentan una alta resistencia química a distintos tipos de líquidos.
Flota de submarinos (PROSUB)
Los cuatro submarinos convencionales Scorpenne (SBR), clase Riachuelo, serán bautizados con los nombres y los indicadores S 40 Riachuelo, S 41 Humaitá, S 42 Tonelero y S 43 Angostura, mientras que el primer submarino nuclear (SNBR) de la Marina de Brasil, será bautizado como SN 10 Álvaro Alberto. Es la segunda vez que una nave de la Marina de Brasil lleva este nombre, puesto en honor del almirante Álvaro Alberto da Mota e Silva, funcionario cuya carrera militar destacó en el campo de la Ciencia y Tecnología. Es de recordar que, para cumplir con este programa, se están construyendo una base naval y un astillero en Itaguaí, en Río de Janeiro. El costo estimado del programa es de unos 21 billones de dólares.
La cuantía no solo ofrecerá al país nuevas herramientas para su defensa, sino que, además, el Prosub tiene un amplio potencial para irradiar el conocimiento y la formación en favor de los centros de investigación, universidades y la industria brasileña. Además, hasta su finalización, el Prosub generará 9.000 puestos de trabajo directos y otros 32.000 indirectos.
Foto: G.Marcomini/ R. Caiafa