Las primeras unidades del Pizarro de la Fase 2 han llegado al Ejército de Tierra español, concretamente al Batallón “Cantabria”, perteneciente al Regimiento Mecanizado “Saboya” nº 6. Su personal ha estado implicado en el proceso desde que comenzó la producción en la factoría de Santa Bárbara Sistemas en Sevilla, ya que su colaboración fue requerida por el Programa Pizarro, dependiente de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, por ser buenos conocedores del vehículo.
De hecho, una veintena de componentes del “Cantabria” participaron en las diferentes pruebas de aceptación, que finalizaron en el mes de noviembre e incluyeron comprobaciones de los lotes de a bordo del vehículo, exámenes en estático de los sistemas exteriores e interiores, funcionamiento del vehículo a motor parado y en marcha, examen dinámico y prueba de estanqueidad. Las pruebas continuarán ahora en el campo de maniobras ya como material en dotación en el Batallón, informa el Ejército de Tierra español.
Esta segunda fase de los vehículos incluye cambios tanto en el exterior como en el interior. Respecto a su aspecto externo, el nuevo Pizarro tiene mayor longitud y más altura (pasa de 6,920 a 7,130 metros de longitud y de 2,673 a 2,780 metros de altura), los faldones laterales de protección son de mayor tamaño (lo que aumenta el grado de protección lateral del vehículo y reduce la firma térmica) y cambia el portón trasero. Además, la torre de la nueva versión viene provista de diferentes cajas de almacenaje para el material de dotación del vehículo. Asimismo, varía la disposición del material en los laterales del casco.
En el interior del vehículo, se han incorporado cambios en la cámara de combate y la cámara del elemento de combate a pie para mejorar algunos aspectos de la primera versión y conseguir mayor ergonomía, seguridad y eficacia en el empleo de los diferentes puestos tácticos. Así, varían las unidades de control principal, el calculador balístico y de control, el mando-empuñadura del jefe de vehículo o las pantallas, tanto del jefe de vehículo como del tirador. También destaca la posibilidad de instalar seis o siete asientos para el elemento de combate a pie, dependiendo de la misión o del número de componentes de dicho elemento.
La nueva versión incluye además diferencias en las especificaciones técnicas y en sus posibilidades de empleo. Al tratarse de un vehículo más pesado, se ha dotado al motor de más potencia y se ha sustituido la transmisión RENK por una transmisión de la empresa española SAPA.
Según señalan desde el Ejército, “estas variaciones tienen calado suficiente como para afectar el modo de conducción de la nueva versión, lo que implicará un reaprendizaje por parte de los conductores”.
Foto: General Dynamics