La Armada tiene claro que España deberá comprar el caza de combate F-35 de Lockheed Martin en la próxima década, si quiere mantener su capacidad anfibia. El almirante José Luis Urcelay, Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada, explica en una amplia entrevista a Infodefensa.com que los aviones de combate Harrier estarán operativos hasta el año 2030, no obstante -añade- se piensa en el futuro y ya está en marcha un estudio en colaboración con el Ejército del Aire para la adquisición del F-35, que ha sido presentado al Estado Mayor de la Defensa (Emad). Ver vídeo
El almirante actualiza a lo largo de la conversación prácticamente todos los grandes programas en los que está involucrada hoy en día la Armada: el helicóptero NH90; renovación de los cazas Harrier; la fragata F-110 y el submarino S-80. Además habla de otros proyectos como la modernización de los helicópteros SH-60B en los próximos años.
En cuanto a las aeronaves de ala fija, ¿en qué estado se encuentran los Harrier?
La Armada Española tiene un eminente carácter expedicionario basado en la proyección del poder naval sobre tierra a través de la Infantería de Marina. En la conducción de operaciones anfibias es fundamental disponer de un elemento aéreo que no sólo proporcione protección a las operaciones en tierra sino que sea capaz de intervenir con precisión allá donde sea necesario. Por otro lado, no hay que olvidar el valor estratégico que una aviación de ala fija embarcada proporciona a España, teniendo en cuenta que no muchas marinas actualmente disponen de esta capacidad. El Harrier se va a mantener operativo hasta 2030, pero es necesario prever su sustitución para asegurar la continuidad de las capacidades que proporciona esta plataforma.
¿La Armada sigue apostando por el F-35 de cara al futuro?
El ala fija es absolutamente imprescindible para mantener la capacidad anfibia. En el mundo hay varios países que están operando los aviones Harrier y todos tienen previsto sustituir estas aeronaves por el F-35. En 2030, la Armada se habrá quedado sola operando el Harrier. Por lo tanto, necesitamos otro avión embarcable de despegue y aterrizaje vertical que pueda operar desde el Juan Carlos I y la única opción que existe es el F-35 modelo Bravo, que utilizan los infantes de marina de EEUU, y que emplearán en el futuro países como Italia o Reino Unido. Estamos trabajando en todo el proceso conceptual para llegar a una situación en la que España pueda dotarse de estas aeronaves.
El Ejército del Aire parece apostar por el Eurofighter para sustituir los cazas F-18, ¿esto deja a la Armada sola en un futuro programa de compra del F-35?
Si hay que ir solos, iremos solos, ahora el Harrier solo está en servicio en la Armada. El caza de combate F-35 es el mejor que hay en el mundo por muchos motivos. Es una aeronave adelantada a las plataformas europeas que entendenemos que también sería de utilidad para el Ejército del Aire. El proceso conceptual ha comenzado de la mano del Ejército del Aire, apostando por soluciones imaginativas como un sostenimiento compartido e incluso dotaciones mixtas, como ya existen en los aviones de patrulla marítima. Un primer documento ya ha pasado por el Estado Mayor de la Defensa (Emad) que ha visto la necesidad y ahora hay que buscar soluciones. En el caso de la Armada, se necesita un lote similar al que tenemos ahora de Harrier, es decir, unos 12 o 15 aviones.
¿Cómo marcha la navalización del NH90? ¿Qué calendario manejan para la entrada en servicio?
El NH90 es un helicóptero magnífico, lo que pasa es que los retrasos obligaron a soluciones provisionales como la modernización de los AB212 y la adquisición de SH-60F. Hay que tener en cuenta que el proceso de navalizar o adaptar una plataforma que opera en un entorno terrestre a uno marítimo es complejo y conlleva un estudio minucioso de ingeniería. En este sentido, no sólo hay que adaptar los sistemas del helicóptero a las misiones navales (radar de exploración de superficie, sonoboyas, data link, plegado automático de palas, sistema de recuperación a bordo…), sino que su estructura debe ser lo suficientemente resistente a las condiciones adversas de la mar en cuanto a corrosión y resistencia del tren de aterrizaje. Además también necesita de una turbina más potente para operar con seguridad a bordo. La Armada tiene previsto recibir un total de 28 NH90. En primer lugar, está previsto que se reciban 13 helicópteros en versión MSPT para transporte táctico entre los años 2023 y 2028. Los 15 restantes serán de la versión HSPN multipropósito naval que sustituirá al SH-60B, y no se esperan antes de 2035.
¿En qué punto está la modernización de la flota de helicópteros?
Creo que es importante resaltar la gran importancia que tiene la flota de helicópteros para el funcionamiento de la Armada. Hoy en día, es muy difícil imaginar operaciones navales sin la participación de helicópteros tácticos y operaciones anfibias sin helicópteros de transporte de tropas. Es por ello que durante los últimos años la Armada ha hecho un gran esfuerzo, por un lado, en modernizar los AB-212, y, por otro, en buscar un relevo para los helicópteros de la 5ª Escuadrilla cuyo proceso de baja en la Armada se completará en dos años. La modernización de los AB-212 ha concluido este año con la modernización del séptimo y último helicóptero. Debido a sus muchos años en servicio nos hemos visto obligados a iniciar el proceso gradual de baja de los helicópteros de la 5ª escuadrilla. Como solución interina (hasta la llegada de los NH-90) para mantener la capacidad de helitransporte de la Infantería de Marina, se ha optado por la compra de ocho SH-60F. Actualmente disponemos de dos y los restantes podrían recibirse antes de 2022. Todas estas unidades serán reemplazadas a medio plazo por los NH90 MSPT. En cuanto a los helicópteros tácticos, la Armada ha comenzado el proceso de modernización del SH-60B por obsolescencias de algunos de sus sistemas, y así poder mantener la capacidad operativa como helicóptero multipropósito naval hasta la llegada del NH-90 en versión HSPN. El SH-60B tendrá un 2035 cerca 30 años de vuelo. La Armada apuesta por un proyecto de actualización ejecutado en España por la industria nacional con el apoyo del fabricante estadounidense. La idea es similar a la moderniación del AB212 y el programa podría empezar en dos o tres años.
La F-110 acaba de recibir la financiación, ¿Qué supone este programa para la Armada? ¿Qué calendario manejan para dar de baja la clase Santa Maria y la entrada en servicio de los nuevos buques?
Para la Armada supone una continuidad en la permanente renovación de los buques de escolta, que es el núcleo sobre el que se conforma cualquier fuerza operativa. Es un programa de importancia capital, ya que de él depende que la Fuerza Naval pueda cumplir los cometidos que se le puedan asignar en los próximos cuarenta años. Las fragatas F-110 ofrecerán un amplio abanico de capacidades en todas las áreas de Guerra Naval, perfectamente alineadas con que el proceso de desarrollo de capacidades que la OTAN solicita a nuestro país. Son el imprescindible relevo de las fragatas clase Santa Maria, unos buques que han prestado un extraordinario servicio, pero cuyas capacidades no se corresponden con la evolución de los escenarios actuales, ya que los riesgos y amenazas de hoy en día exigen plataformas dotadas de sistemas de armas y sensores más modernos. En cuanto al calendario previsto de las F-110, tienen su entrada en servicio prevista entre 2025 y 2029, periodo en el que sustituirán a las fragatas de la serie Santa María. Además, estamos seguros de que la F-110 satisfará los requisitos operativos de otras armadas como ha sucedido con la F-100 o los buques de aprovisionamiento, es un barco muy exportable.
Algo parecido ha ocurrido con el S-80. Más allá del calendario previsto para la entrada en servicio, ¿está definido ya el armamento con el contará el buque?
La Armada y Navantia han logrado sacar adelante el proyecto. El resultado es un submarino muy avanzado, en la frontera tecnológica tanto en sensores y armamento como en el proyecto de ingeniería. La fecha del entrega del primer submarino está prevista 2022. La construcción en el astillero de Cartagena está muy avanzada, sin embargo las pruebas de mar y aceptación son muy complejas. Es importante resaltar que el sistema de combate lo está desarrollando Navantia Sistemas, siendo ésta junto con Lockheed Martin quienes llevarán a término la integración de los sensores y armas. Estos sensores y armas están definidos desde los inicios del programa, y se puede decir que son de última generación. Entre los primeros hay que mencionar los equipos acústicos, vitales en las unidades submarinas, destacando la Suite Sonar de Lockheed Martin, pero también se debe señalar que algunos sensores acústicos son de la empresa española SAES. El radar y el equipo de guerra electrónica han sido diseñados por Indra. En cuanto al armamento, el S-80 dispondrá de torpedos DM2A4 de la empresa alemana Atlas Elektronic, misiles Harpoon de Boeing y reserva de espacio y peso para integrar los misiles de ataque a tierra Tomahawk, para los que están preparados los tubos lanzatorpedos del submarino.
¿Para que misiones está pensado el submarino?
Este conjunto de armas, sensores y equipos, integrados en un moderno sistema de combate, convierten al S-80 en una plataforma submarina moderna, capaz de operar de manera encubierta y explotando su mejor característica, la discreción, en todos los escenarios que le encomienden, y le permitirán cubrir un amplio abanico de misiones entre las que destacan: la guerra antisubmarina, control de los espacios marítimos, proyección del poder naval sobre tierra, guerra naval especial, vigilancia, protección de una fuerza naval, disuasión y apoyo. El empleo de estos sensores y armas, de los más avanzados del mercado, suponen un enorme avance tecnológico para nuestra arma submarina, que dará un salto adelante de gran entidad y se posicionará entre las más modernas de las armadas occidentales. Y esto será gracias al gran esfuerzo que se ha hecho en España para sacar un proyecto ambicioso que no muchas naciones del mundo pueden desarrollar y en donde se han tenido que vencer muchas dificultades. No hay que olvidar que el diseño y construcción de submarinos es un club con muy pocos socios, y que de los 40 países que operan submarinos, solo menos de diez son capaces de diseñar y construir sus propias plataformas. Aunque con algunos retrasos, que no son infrecuentes en proyectos de esta envergadura, España se ha incorporado orgullosamente a este grupo con un submarino moderno, capaz, bien armado, con un moderno sistema de propulsión independiente de la atmósfera y que cumplirá para la Armada más variedad de misiones, con mayor discreción y más lejos que sus predecesores de la Clase Galerna.
¿Cómo marcha el desarrollo de la AIP?
El sistema AIP será el más avanzado de su clase del mundo. Al igual que la F-110, el programa S-80 es una oportunidad para que la industria española de Defensa supere a sus competidores internacionales en el mercado de Defensa. Los dos proyectos avanzan de forma satisfactoria, superando también los problemas del pasado. Tenemos la garantía de que al menos uno triunfará y de que es posible que los dos alcancen un desarrollo suficiente para elegir la solución que mejor se adapta a los requisitos del submarino.