La Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile, con base en Talcahuano y subordinada al Comando de Operaciones Navales, nace el 4 de julio de 1917, fecha en que es izado el pabellón chileno en seis sumergibles de la clase H construidos por Fore River Shipbuilding Company en la ciudad estadounidense de Quince, Maryland.
En sus 102 años de existencia ha sido testigo y protagonista de la evolución que ha experimentado el Arma Submarina y en la actualidad se proyecta como una fuerza operativa moderna y dotada de tecnología de punta que contribuye al Poder Naval entregando disuación y protección del territorio e intereses marítimos de Chile en el océano Pacífico.
Para conmemorar un nuevo aniversario de la Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile, Infodefensa Chile ha preparado un reportaje que presenta las capacidades y tecnologías de los submarinos nacionales que están a la vanguardia regional por su sigilo, alta capacidad de detección y gran poder de combate.
La Armada de Chile opera en la actualidad cuatro submarinos: el SS-20 Thomson y SS-21 Simpson de la clase 209/1400L y el SS-22 General Carrera y el SS-23 General O´Higgins de la clase Scorpène.
Los submarinos clase 209/1400L fueron construidos en los astilleros de Howaldtswerke en Kiel, Alemania, e incorporados por la institución en 1984. Tienen 59,5 metros de eslora, 6,2 metros de manga y 5,5 metros de calado en superficie. Desplazan 1.390 toneladas y alcanzan una velocidad máxima sumergido de 21,5 nudos.
Estos submarinos disponen de ocho tubos para lanzamiento de torpedos pesados de 533 mm y puede transportar hasta 14 torpedos Black Shark de Leonardo Company, SUT Mod 1 de Atlas Elektronic o misiles SM-39 de MBDA.
Las unidades han recibido varios programas de modernización en sus tres décadas de servicio que han comprendido el corte de casco y la actualización de sistemas, incluyendo la modificación de los tubos lanzatorpedos para disparar el misil antibuque SM-39 Exocet, e integración de un nuevo sistema táctico de combate basado en el Subtics de Naval Group.
La industria nacional también ha aportado su conocimiento en la actualización de capacidades de estas plataformas. La empresa Sisdef implementó una consola digital de control de gobierno y propulsión y el panel monitor diésel PDM-SP09 encargado del control de motores y generadores mientras que Desa desarrolló una mesa de ploteo digital que permite realizar navegaciones con cartas digitales que reemplazan las tradicionales cartas náuticas de papel.
Es importante destacar la participación de los submarinos clase 209/1400L en el programa de cooperación DESI (Diesel Electric Submarine Initiative) de la Armada de Estados Unidos. Desi fue creado en 2001 para mejorar las capacidades y técnicas de lucha de las unidades navales y aéreas de Estados Unidos frente a submarinos de propulsión convencional a través del empleo de distintas tácticas y tecnología de punta. En 2018 la institución cumplió su séptimo despliegue con este tipo de plataforma de un total de ocho a la fecha.
La Armada de Chile inició en 1990 el proceso de selección de una nueva clase de submarinos que reemplazaría a los submarinos Hyatt y O´Brien de la clase Oberon, construidos en el astillero escocés Scott-Lithgow y comisionadas en 1976.
El submarino del denominado proyecto Neptuno debía ser capaz de enfrentar de manera individual y con éxito la amenaza que representan buques de superficie con sonares activos o pasivos; aeronaves antisubmarinas equipadas con radar, detector de anomalías magnéticas, sonar de profundidad y sonoboyas activas y pasivas; submarinos de propulsión nuclear y convencionales de última generación y campos minados.
En la licitación internacional participaron el consorcio DCN/Bazan (hoy Naval Group y Navantia, respectivamente) con el Scorpène, DCN con el Agosta 90, Fincantieri con el Sauro 1300, HDW con el 209/1400 Mod, Kockums con el T-96, RDM con el Moray 1400 y VSEL con el SS1400 Class. Tras un largo, exhaustivo y riguroso análisis fueron preseleccionados los diseños de Kockums, DCNI/Bazán y HDW y posteriormente quedaron en la lista corta el Scorpène y el U209/1400 Mod. La institución eligió en enero de 1997 la propuesta de DCNI/Bazán por ser el Scorpène el modelo más silencioso, portar el mayor número de armas, poseer un sistema de recargar más rápido, alcanzar mayor profundidad, ser el más barato y cumplir los requisitos financieros establecidos por la Marina.
Los Scorpène son submarinos diesel-eléctricos de última tecnología diseñados para desarrollar misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales. Se utilizó la experiencia adquirida en la construcción del casco hidrodinámico de los submarinos de ataque nuclear (SSN) Amethyste/Rubis de la Marine Nationale de Francia y su casco de presión de acero de alto rendimiento tipo 80 HLES les permite alcanzar 350 metros de profundidad. Su diseño hidrodinámico con proa en forma de albacora, mínimo número de apendices y una hélice optimizada reduce el riesgo de detección por el ruido radiado al exterior.
Las empresas dividieron la carga de trabajo encárgandose la empresa gala de construir la sección de proa de cada unidad (cámara de torpedos, cámara de baterías de proa, cámara de mando/ acomodaciones) mientras que el astillero español hacia lo mismo con las de popa (cono de cola con propulsión, cámara de máquinas y cámara de baterías de popa), enviando posteriormente cada una de estas firmas una sección para realizar el ensamblaje final. En el caso del SS-23 General O´higgins, el primer submarino construido para la Armada de Chile, éste fue terminado y botado al mar por la empresa Naval Group en Cherburgo, mientras Navantia realizó ese proceso en Cartagena con el SS-22 General Carrera.
Los submarinos de la clase Scorpène tienen 66,4 metros de eslora, 8 metros de manga total incluyendo hidroplanos, 16,4 metros de puntal total y 5,4 metros de calado medio. Desplazan 1.711 toneladas sumergidos, una velocidad de 21 nudos bajo el mar y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.
Estos submarinos poseen la suite de sonares TSM2233 MK 2 de Thales que comprende un sonar de casco de frecuencia media con sistema de búsqueda activa/ pasiva; un sonar cilíndrico de largo alcance de detección acústica panorámica en 360 grados que opera en modo pasivo; un sonar de interceptación de búsqueda activa; un sonar de flanco utilizado para detección pasiva y un sonar de alta resolución pata detección de obstáculos y minas.
Para ejecutar el proceso de detección, seguimiento y destrucción de blancos, los Scorpène disponen del Sistema Táctico de Combate Submarino Subtics de Naval Group que entrega un avanzado procesamiento de los datos captados por los sensores a bordo y permite generar una imagen de la situación táctica facilitando la planificación y elección de alternativas frente a distintas situaciones qe puede enfrentar un submarino en una situación de combate.
La clase Scorpène cuenta con seis tubos lanzatorpedos de 533 mm capaces de disparar torpedos pesados, misiles o sembrar minas. El sistema automático de manejo y recarga de los torpedos permite su disparo en salva. Cada submarino puede transportar un máximo de 18 torpedos o misiles o bien 30 minas y al igual que los 209/1400L dispone de torpedos Black Shark de Leonardo Company, SUT Mod 1 de Atlas Elektronic y misiles antibuque SM-39 de MBDA.
Cabe mencionar que la Armada de Chile firmó en 2017 un contrato con el fabricante Leonardo Company para modernizar los torpedos pesados Black Shark e incorporar mejoras e incremento en las prestaciones del arma.
La Fuerza de Submarinos finalizó en 2018 el primer programa mundial de recuperación integral de submarinos de la clase Scorpène. Este programa, efectuado en las instalaciones de la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), permitió recobrar las capacidades nominales originales de diseño de los submarinos SS-23 General O´Higgins y SS-22 General Carrera.
El trabajo realizado por el astillero nacional abarcó la recuperación completa del casco, motores eléctricos y diésel, activación y reemplazo de las baterías además de la revisión y recuperación de todos los componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos, ópticos e hidráulicos que poseen estas plataformas de combate.
El primer refit se realizó en el SS-23 General O´Higgins y concluyó en 2016. Por su parte el SS-22 General Carrera finalizó este programa en el segundo semestre de 2018. Es importante mencionar que el SS-23 General O´Higgins incorporó un disipador de calor para reducir la firma térmica generada por los gases de escape con el propósito de dificultar las tareas de detección de sensores térmicos embarcados en aeronaves.
El próximo desafío que deberá enfrentar la Fuerza de Submarinos será el reemplazo de los submarinos SS-20 Thomson y SS-21 Simpson de la clase 209/1400L que cumplirán su vida útil a finales de la próxima década.
La próxima generación de submarinos chilenos deberá disponer de nuevas tecnologías y capacidades que permitan detectar y enfrentar con éxito las amenazas actuales y proyectadas en el complejo escenario naval.
Se espera que participen en este proceso el Scorpène 2000 de Naval Group de Francia, el A26 de Saab Kockums de Suecia y el submarino clase 214 de ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS). Estos modelos fueron presentados por sus respectivas compañías en la última edición de la Exhibición y Conferencia Internacional Naval y Marítima para Latinoamérica, Exponaval, que se desarrolló en la base aeronaval Concón en diciembre de 2018.
La institución espera contar con el financiamiento para poder convocar a una licitación internacional durante este gobierno. Mientras tanto ha decidido emprender un programa de modernización para extender la vida útil de los submarinos clase 209/1400L por otros 10 años. Los trabajos se realizarán en la planta industrial Talcahuano de Asmar.