Los astilleros semipúblicos franceses Naval Group están en racha. La compañía se ha hecho en los últimos meses, junto a otros socios, con contratos tan destacados como el de construcción de una docena de buques cazaminas para Bélgica y Países Bajos, el de cuatro buques de apoyo logístico para la Marina italiana y ha firmado el acuerdo formal para suministrar 12 submarinos para la Marina Real de Australia. En total, Naval Group ha sumado entre enero y junio pasados nuevas órdenes de trabajo por un valor total de 3.853 millones de euros. Se trata de una cifra superior a la alcanzada para todo el año anterior (3.686 millones de euros) y también está por encima de la previsión inicial para este ejercicio completo, que se había establecido en el entorno de los 3.400 millones de euros.
Con este incremento, la cartera de pedidos pendientes por la compañía alcanzó un valor de 15.500 millones de euros a finales de junio. El buen desempeño en el mercado internacional se encuentra detrás de estos resultados. Casi el 70 por ciento de los nuevos encargos procedieron del exterior, como es el caso de los señalados, aunque en el mercado francés también firmó importantes pedidos, como el del sexto submarino Barracuda para la Armada del país, que “también impulsó los pedidos de Naval Group en esta mitad” de año, de acuerdo con la información facilitada por la empresa.
También ha sido positivo, aunque no tanto, la evolución de sus beneficios antes de intereses, impuestos y amortización (Ebita), que durante el primer semestre ha registrado un rendimiento del 7,3 por ciento, frente al 6,8 por ciento del mismo periodo del año anterior. Sin embargo, los ingresos han visto caer durante ese mismo tiempo casi un 4 por ciento sus cifras, hasta situarse en 1.797 millones de euros entre enero y junio, mientras que en esos mismos meses de 2018 se alcanzaron los 1.871 millones de euros.
Naval Group espera unos buenos resultados para la segunda mitad del año que todavía queda por delante. La empresa ha suscrito recientemente un compromiso de alianza con los también astilleros semipúblicos italianos Fincantieri, en “un proyecto para desarrollar una industria de construcción naval europea más eficiente y competitiva”, de acuerdo con el comunicado que ha emitido la firma francesa con el balance de la primera mitad de año.
El 62,48 por ciento del capital de Naval Group se encuentra en manos del Estado francés, mientras que un 35 por ciento es propiedad de la multinacional tecnológica del mismo país Thales.