Las autoridades noruegas han eximido a Navantia de responsabilidad en el incidente que acabó con el hundimiento de la fragata KNM Helge Ingstad, buque construido por el astillero español para la Marina noruega. La fragata colisionó contra el petrolero Sola con bandera de Malta en noviembre de 2018, lo que abrió en el casco del buque una brecha de 50 metros que acabó provocando su hundimiento. El buque fue reflotado en marzo con un coste de 770 millones de coronas (79,6 millones de euros), como publicó Infodefensa.com.
Tras varios meses de deliberación, la Comisión de Investigación de Accidentes de Noruega (AIBN, por sus siglas en inglés), ha llegado a la conclusión de que la colisión y el posterior hundimiento del buque se debieron a factores organizativos, operativos, técnicos y sistémicos, eximiendo de culpabilidad a la constructora naval.
El informe preliminar de la AIBN, publicado en diciembre de 2018, afirmaba haber detectado un fallo de seguridad crítico en el buque siniestrado y hacia hincapié en que problemas de estanqueidad en la fragata habrían sido determinantes en el hundimiento final, por lo que recomendaba a Navantia revisar otros buques similares. El astillero español, por su parte, aseguró en todo momento que el diseño del barco cumplía con las certificaciones internacionales.
Los conclusiones del informe publicado la semana pasado determinan que el accidente se produjo debido a una cadena de errores humanos por parte de la dotación de la fragata, del petrolero y del equipo de gestión de tráfico marítimo de la estación portuaria de la Isla de Fedje, cercana al lugar del incidente.
El estudio también apunta el uso escaso que la fragata hizo del radar y del Sistema de Identificación Automática de Buques (AIS), colocado en modo pasivo, lo que impidió su identificación por las pantallas de tráfico marítimo y por el petrolero, lo que finalmente propició el accidente. Además señala que la tripulación al mando en aquel momento carecía de la formación y las competencias necesarias para evitar una colisión.
Por otro lado, achaca al Sola TS, el segundo actor de la colisión, el cumplimiento insuficiente de los protocolos de seguridad y su escasa luminosidad para su identificación como embarcación, además de no haber mostrado resolución a la hora de identificar señales del radar ni en la comunicación entre el puente y la cubierta.
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