España exportó el año pasado material de defensa por un importe de 4.042 millones de euros, lo que refleja un aumento respecto a 2018 del 8,6%. Las autorizaciones de ventas se situaron en los 10.100 millones, de las que solo se ejecutaron un 40%.
Como en anteriores años, la fabricación de aviones militares de la división de defensa de la multinacional europea Airbus supuso la mayor parte de las ventas, en torno al 86% (3.481 millones), según recoge el informe remitido al Congreso por la Secretaría de Estado de Comercio, publicado por el diario El País.
La cifra de negocio de 2019 muestra una recuperación de las exportaciones hasta alcanzar los valores de 2016 (4.052 millones), el segundo mejor año de la serie histórica reciente, solo superado por los 4.347 millones de 2017. En 2018, se produjo un descenso de las operaciones y la factura se quedó en los 3.720 millones.
Por países, la Unión Europea y la OTAN concentraron el 55,7% de las ventas. Alemania fue el primer cliente (1.033 millones), que incluye siete aviones de transporte militar A400M, ensamblados por Airbus en su planta de San Pablo en Sevilla. Después está Corea del Sur, con 588 millones. Completan los primeros puestos Francia (493), Singapur (342), Turquía (307) y Australia (264).
El desglose de las operaciones refleja que las ventas a Arabia Suadí han caído hasta los 35,4 millones de euros. España vendió repuestos para aviones cisterna y para aviones de combate, drones (UAV) para utilizar como blancos, sistemas electroópticos y cámaras infrarrojas; así como munición de artillería por siete millones, sistemas de tiro por 3,8 y bombas por 827.000 euros. En cuanto a las autorizaciones, se aprobaron contratos con el país del golfo Pérsico por 392,7 millones, de los que 76,2 son de munición y 1,2 de bombas.
En Oriente Próximo, las empresas españolas también vendieron material a Emiratos Árabes Unidos por 179,2 millones. El listado incluye cuatro aviones de transporte por 142,9 millones, ocho sistemas lanzagranadas, repuestos para blindados y aeronaves, dos UAV para blanco de ejercicios de tiro, equipos de vigilancia y comunicaciones.
Uno de los principales clientes fue Turquía. El Gobierno de Erdogan adquirió dos aeronaves A400M (252,6 millones), así como lanzagranadas, munición de armas ligeras y equipos y repuestos, por un total de 307,1 millones. El Gobierno español se sumó en octubre del año pasado al embargo europeo de armas a Turquía, pero solo afecta a material de emplearse en la ofensiva contra los kurdos del norte de Siria.
España denegó diversas operaciones como el suministro de 2.000 grilletes a la Policía israelí; 600.000 cartuchos de escopeta por 115.000 euros para Nicaragua; 66 granadas lacrimógenas a la policía de Tailandia; 20 pistolas a Líbano; balas para Bielorrusia; y un paracaídas para Pakistán y máquinas de doble uso para Siria o China.
El Gobierno español además decidió la paralización de todos los contratos vigentes con la Venezuela de Nicolás Maduro. Comercio aprobó un contrato menor para la venta de repuestos y partes de blindados 3.084 euros y denegó la ampliación del acuerdo de modernización de los carros de combate de origen francés del Ejército venezolano por 20 millones de euros.
En el primer semestre de 2019, suspendió además cuatro licencias en vigor. El motivo, "la situación de inestabilidad interna del país importador y la falta de reconocimiento por parte del Gobierno español de las autoridades receptoras de los productos".