El mercado mundial de submarinos se incrementará más de un 12% en 2022, hasta sumar un valor global de 23.400 millones de dólares, frente a los 20.800 millones que se prevé que alcanzará este año. A partir de ese momento, este segmento de actividad continuará creciendo, aunque no con tanta fuerza, de modo que en 2031 sumará un negocio de 31.900 millones de dólares, lo que equivale a un crecimiento para todo el periodo (desde 2021) superior al 53,3%. Prorrateado a lo largo de toda la década, ese crecimiento representa un aumento medio anual del 4,36%.
Tras estas cifras estimadas se encuentra el impulso que armadas de todo el mundo están dando a sus capacidades de guerra submarina. Entre los avances que también están ayudando a que crezca el mercado se encuentran los sistemas de propulsión independiente del aire (AIP), que permiten a los submarinos convencionales incrementar su capacidad de permanecer bajo el agua hasta varias semanas. Es una de las conclusiones del informe Mercado mundial de submarinos 2021-2031, editado por la firma analista de mercados británica Global Data. El trabajo, de 146 páginas, fue publicado poco antes de que España confirmase su entrada en este mercado al poner a flote el primer submarino diseñado y construido localmente, el S-81 Isaac Peral, primera unidad de la nueva clase S-80, en la que su nuevo sistema AIP va a suponer una de sus principales bazas.
En todo caso, más allá de los convencionales, el informe destaca el papel de los submarinos nucleares de ataque (SSN) en este mercado, ya que compondrán previsiblemente el 36,1% de la cuota de mercado. En la actualidad hay nueve países con programas de buques de este tipo en marcha. Se trata de Brasil, China, Estados Unidos, Francia, India, Iran, Pakistán, Reino Unido y Rusia. Aunque la cuota que alcanza únicamente tres de ellos (Estados Unidos, Rusia e India) ya alcanza el 87% del total.
Chandan Nayak, analista de defensa de Global Data, también destaca en este mercado “los avances con baterías de iones de litio (Li-ion) que alimentan motores eléctricos”, que, explica, “han demostrado generar menos vibraciones”. Se trata de unas soluciones “más ligeras y con mayor capacidad de almacenamiento que las baterías de plomo-ácido”, de modo que contribuyen “a tiempos de maniobra más prolongados”. Como consecuencia, “las armadas han aumentado las inversiones en baterías de iones de litio y se han centrado en su integración en submarinos diesel-eléctricos rentables que proporcionan propulsión híbrida".
De acuerdo con Chandan, “los países han encontrado que es primordial invertir en activos estratégicos como submarinos y mejorar las capacidades presentes en el futuro”, particularmente por la necesidad de renovar los equipos envejecidos, ante un panorama geopolítico cambiante y con los avances tecnológicos que se están produciendo.