El 26 de julio de 1976 la Fuerza Aérea de Chile (FACh) recibió los primeros F-5 de un total de 18 unidades, convirtiéndose en el primer avión de combate supersónico de la institución. Hasta marzo de 2010, este material de vuelo estuvo asignado al Grupo de Aviación Nº 7 en Antofagasta, pasando luego a conformar el Grupo de Aviación N° 12 de la IVª Brigada Aérea, ubicado en la base aérea Chabunco de Punta Arenas.
En una entrevista institucional, el comandante del Grupo 12, coronel de aviación Jorge Cabrera, señaló que "con la experiencia de la historia que ha vivido Chile, tanto con los conflictos o muy cercanos al conflicto que se vivieron en esta zona en el año 78 y posteriormente con la Guerra de Las Malvinas, es que se requiere que la institución, que es la responsable de mantener el control del espacio, tenga que asignar medios aéreos de combate en la zona austral del país. Para que el Estado de Chile pueda tener una herramienta efectiva para ejercer ese control se ha designado al Grupo de Aviación N° 12 para la protección del territorio austral, principalmente desde Puerto Montt al sur, con el material F-5 con sus capacidades tanto ofensivas y defensivas".
Los bimotores Northrop Grumman F-5E/F Tigre III (Plus) de Chile son un sistema de armas que componen una Unidad Táctica Aérea de Combate cuya misión es realizar Operaciones Contra Fuerza Aérea Ofensiva (CFAO) y Operaciones Contra Fuerza Aérea Defensiva (Cfaod) en el Teatro de Operaciones Austral. A inicios de los 90, gracias al Joint Venture entre IAI, Enaer y su filial DTS, recibieron un upgrade denominado por IAI como F-5 Plus. Este incluyó el radar Elta ELM-2032 con control de tiro para los misiles de la familia Python de Rafael, empleados en conjunto con el sistema del casco DASH (Display and Sight Helmet) de Elbit Systems.
En 1996 Tiger Century Aircraft fue seleccionada para proveer, junto a Enaer, un kit de modificación estructural para permitir que los aviones fueran capaces de Reabastecer en el Aire (REA) con el sistema Probe and Drogue que hoy les permite recibir combustible desde los Lockheed KC-130R Hercules del Grupo de Aviación N° 10.
Posteriormente, Kellstrom Defense y Enaer firmaron en 2015 el cambio de alas, dejándolas prácticamente nuevas, labor que se ha desarrollado en Chile desde el 2016 en las instalaciones de la empresa estatal chilena. En tanto DTS, su filial, sigue con el contrato de mantenimiento de aviónica de la aeronave, que a nivel internacional, se está proyectando más allá del 2030. Para esto la compañía se está preparando para analizar las tecnologías y alternativas costo-eficientes para poder manejar la obsolescencia del avión.
En la reciente entrevista que realizó Infodefensa.com al comandante en jefe de la FACh, general del aire Arturo Merino, se le consultó sobre el significado para la institución de contar con este avión de combate durante 45 años, a lo cual indicó que "contar por tanto tiempo con el material de vuelo F-5, en sus versiones Tigre II y Tigre III, ha sido muy importante en las distintas etapas del desarrollo de la fuerza de combate institucional. Este sistema ha tenido una serie de modificaciones a lo largo del tiempo, que le han permitido operar sin restricciones hasta el día de hoy, incluso en un escenario geográfico muy distinto al que en un comienzo se definió para la operación de los F-5. Por ello, actualmente sigue siendo de suma importancia para la Fuerza Aérea contar con una aeronave de estas características y performances, para mantener las capacidades operativas que le entrega a la institución".
Sobre su eventual reemplazo o actualización, el general Merino explicó que "los actuales Tigres Australes se mantienen vigentes en su operación y se espera que siga siendo así en los próximos años. Lo anterior, a través de un adecuado mantenimiento y procesos de actualización, acordes con su ciclo de vida y, si es necesario con el complemento de otros proyectos que se pudiesen dar para garantizar la interoperatividad con otros sistemas de armas".
La máxima autoridad de la FACh agregó que "dentro la planificación institucional no se descarta la posibilidad de una nueva modificación de sistemas y/o estructura de la aeronave, que resulte en una extensión de vida para el material F-5. Mientras se mantenga la capacidad de operarlo y el soporte logístico, estará considerado en el inventario institucional, teniendo en cuenta que estos análisis y evaluaciones se realizan periódicamente".
Fotos: Cristóbal Soto / Vortexx Magazzine.