Por Xavier Ballesteros (*) – La seguridad no es ya solo una cuestión de fronteras, sino un problema global que ha convertido a las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en entes en los que la movilidad y la colaboración internacional ocupan un primer plano.
“La garantía de la seguridad y la libertad de los españoles, velar por el libre ejercicio de sus derechos y porque cada día se sientan más seguros son los objetivos más importantes del Ministerio del Interior”, recordó el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en un discurso pronunciado recientemente en el Foro ABC. Como se ha repetido en múltiples ocasiones, muchas veces esa libertad se protege en territorios lejanos y los resultados vienen en numerosas ocasiones avalados por una necesaria colaboración internacional, algunos de cuyos exponentes más claros son la lucha anti-terrorista y la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas, entre otros.
Por otra parte, con solo echar un vistazo a la labor de las Fuerzas Armadas de España, se aprecia como éstas llevan a cabo misiones en los cinco continentes. Con unos 1.400 efectivos desplazados, los objetivos de las mismas son dispares y van desde la protección de los barcos pesqueros de la piratería, a la distribución y control de ayuda humanitaria, pasando por labores de pacificación en los puntos del Planeta más conflictivos.
Llegamos a este punto, vemos como la internacionalización de las misiones de seguridad es una tendencia clara e imparable en todos y cada uno de los cuerpos que, ya sea bajo el mando del Ministerio del Interior o del Ministerio de Defensa, velan por las seguridad de los españoles. Y estas misiones requieren de unas habilidades idiomáticas concretas, que tienen al inglés como principal protagonista al ser este idioma de facto la lengua franca en el mundo.
Habilidades lingüísticas concretas para misiones de seguridad concretas
Cada misión, cada tarea, requiere de unas habilidades concretas. Por ejemplo, no es lo mismo atender las necesidades de un turista extranjero que ha tenido un percance en cualquier ciudad española, que participar o coordinar misiones multinacionales de lucha anti-terrorista.
Con unas Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado volviéndose cada vez más internacionales, se necesitan profesionales preparados para solventar obstáculos de tipo cultural y lingüístico en una gran variedad de situaciones; en muchas de ellas, una correcta comprensión lingüística puede ser crítica para el éxito de la tarea.
Por eso es necesaria una correcta evaluación del dominio del idioma y un punto de referencia sólido con un estándar independiente y reconocido que certifique el conocimiento real de la lengua. Aunque la OTAN tiene su propio baremo en este sentido, muchas de las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estados de todo el mundo están también abiertas a aceptar otras certificaciones lingüísticas internacionales suficientemente reconocidas y avaladas por la herramienta desarrollada por el Consejo de Europa, el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER).
Los descriptores lingüísticos del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas
El MCER es el conjunto más completo y académico de descriptores lingüísticos que existe. Este estándar es importante para describir lo que una persona puede hacer con el lenguaje y cómo aplicar estos conocimientos en sus tareas profesionales. Se trata de una herramienta que Cambridge English Language Assessment, departamento de evaluación lingüística de la Universidad de Cambridge, contribuyó a desarrollar y a la que se han alineado las más prestigiosas entidades evaluadoras de diversos idiomas.
Las habilidades lingüísticas son multidimensionales. No sólo es necesario ser capaz de hablar, leer y escribir; sino también de escuchar y entender. Estas habilidades pueden ser enseñadas y desplegadas en varios niveles de complejidad en el aprendizaje y con la apreciación de los matices y de los aspectos culturales del idioma. Es importante ser capaces de identificar y medir todos estos atributos. El MCER provee de una serie de descriptores de habilidades que pueden ser aplicados en cualquier lengua y usados para clarificar los objetivos del aprendizaje del idioma, que pueden ser fácilmente alineados con las necesidades de la organización.
Aunque una persona puede parecer capaz de comunicarse efectivamente en una lengua extranjera, ¿cómo se puede asegurar que realmente posee el nivel apropiado de competencia que una misión requiere, sobre todo en temas tan sensibles como los que atañen a la seguridad?. Después de todo, ser capaz de llevar una conversación en un entorno familiar o de pedir un café en una lengua extranjera no significa poder redactar documentos, dar órdenes e instrucciones o negociar temas complejos, además bajo presión, en esa misma lengua.
El hecho es que la evaluación lingüística raramente es específica en relación con el trabajo o la función a cumplir, por lo que es importante contar con instrumentos capaces de demostrar objetivamente que los profesionales que velan por nuestra seguridad y que son asignados a las diferentes misiones en el interior y en el exterior del país tengan un conocimiento adecuado de la lengua en función de las necesidades específicas de las mismas.
Descripción de los niveles A1-C2 del MCER:
Nivel
Descripción
A1
Entender y usar expresiones familiares y frases básicas para satisfacer necesidades de un tipo concreto. Presentarse a sí mismo y a otros y preguntar y responder a preguntas acerca de detalles personales como el lugar de procedencia, las personas conocidas y las aficiones. Interactuar de una manera sencilla con otras personas hablando lenta y claramente.
A2
Entender frases y expresiones relativas a cuestiones de relevancia personal (ej. información básica sobre uno mismo y su familia, compras, orientación geográfica, trabajo…). Comunicar de manera simple y rutinaria tareas que requieren un intercambio de información simple y directo en entornos familiares y rutinarios. Describir en términos sencillos aspectos de su pasado, su entorno inmediato y temas de necesidad inmediata.
B1
Entender las ideas esenciales de las conversaciones que se mantienen regularmente en un entorno de trabajo, escuela, ocio, etc. Departir en diversas situaciones, como las esperas que se producen durante un viaje. Producir conexiones simples en un contexto de interés familiar o personal. Describir experiencias y sucesos, sueños, esperanzas y ambiciones y aportar razones y explicaciones sobre opiniones y planes.
B2
Entender las principales ideas de un texto complejo o temas tanto concretos como abstractos, incluyendo conversaciones técnicas en un determinado campo de especialización. Interactuar con un alto grado de fluidez y espontaneidad con nativos dentro de una situación de diálogo natural para ambas partes. Producir clara y detalladamente un texto con un amplio rango de temas y explicar un punto de vista aportando ventajas y desventajas.
C1
Entender un amplio rango de exigencias, textos largos y reconocer significados implícitos. Expresarse con fluidez y espontaneidad sin necesidad de buscar las expresiones adecuadas. Usar un lenguaje flexible y efectivo en contextos sociales, académicos y profesionales. Producir textos bien estructurados, claros, con detalles y temas complejos, exhibiendo un orden controlado, conectores del lenguaje y recursos de cohesión lingüística.
C2
Entender fácilmente cualquier cosa que se escuche o se lea. Resumir información que llega desde diferentes hablantes y fuentes escritas, reestructurar argumentos y explicaciones en una presentación coherente. Expresarse espontáneamente con mucha fluidez y precisión, diferenciando significados ocultos en situaciones complejas.
(*) Xavier Ballesteros, Head of Marketing Cambridge English Language Assessment para España y Portugal.
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