Una faceta cada vez más importante del comercio internacional de armamento son los llamados acuerdos compensados que obligan al vendedor de armamentos a reinvertir (compensar) el proceso de ventas de armas con compras en el país adquirente. Estados Unidos define compensaciones como una práctica de compensación industrial requerida como una condición de compra en cualquier venta comercial de gobierno a gobierno de artículos de defensa y/o servicios de defensa[1].
Una justificación para su tan frecuente uso por los países compradores es el alto costo de las compras en armamentos y en la promoción industrial que significa para la actividad local. Las compensaciones son respaldadas por ofrecer significativos beneficios a los países en desarrollo, aunque hay poca investigación sobre cuáles son los verdaderos beneficios de las mismas en la práctica. Como regla general el acuerdo compensado en el comercio de armamentos es más costoso que los formatos estandarizados de compra de armas, usualmente suscitando pocas posibilidades de creación de nuevos o sostenibles empleos. Tampoco parece haber indicios de contribuir a un sustancial camino para el desarrollo económico general y salvo pocas excepciones no ha dado resultados significativos en la transferencia de tecnología, ni siquiera dentro del sector militar.
Sin embargo son cada vez más una etapa destacada del comercio internacional de equipos para la Defensa. Cuando los países procuran equiparse desde un proveedor extranjero en sistema de armas, miran reducir el costo por distintas vías. Pueden involucrarse en el desarrollo y coproducción del producto, o por ejemplo en la producción conjunta, licencia de producción, o subcontrato de producción. También la inversión directa exterior, transferencia de tecnología, y comercio compensado son otros tantos métodos de compensación, los cuales suelen ser más frecuentes en el sector civil que en el militar. Cada forma de participar, agrupadas bajo el concepto de offsets, tienen consecuencias en los costos, riesgo en los programas, control sobre las especificaciones y beneficios económicos e industriales. En principio, las compensaciones son una gran promesa para las economías en vías de desarrollo y emergentes. Ellas pueden gastar sus presupuestos en armamentos y también ayudar a su industrialización, a través del desarrollo de su armamento y de las industrias relacionadas.
Es útil distinguir entre compensaciones directas, que incluyen bienes y servicios directos relacionados a los materiales que el adquiriente está comprando (por ejemplo para la coproducción local de sistemas de armas que se están adquiriendo), y compensaciones indirectas, por ejemplo bienes y servicios militares y/o civiles no relacionados con el equipo específico de defensa comprado. Esto puede incluir inversiones de afuera y compensaciones (trueques, ventas de mostrador y reventas). Cada acuerdo de compensación es cada vez una más importante parte el comercio internacional de equipos militares, especialmente en la industria aeroespacial.
La naturaleza de los acuerdos de compensación dependen del tipo de compras. En el caso de un país donde existe industria de defensa, el énfasis de las compensaciones es a menudo limitar el impacto de estas sobre la industria doméstica, mediante el atractivo de una reubicación de la actividad económica del abastecedor por las compras del país, incluyendo transferencia de tecnología. Esta reubicación de la actividad económica puede también ser conectada con compensaciones que hace foco en productos no militares.
La dinámica responde a que si un país con una industria local de defensa decide comprar nuevos sistemas de armas, tiene que adquirir localmente el armamento o comprar a un proveedor externo. La producción local probablemente sea la opción más costosa y el nivel de tecnología deseado quizás pueda no estar disponible. Si la decisión es importar hay generalmente una búsqueda por el proveedor extranjero que ofrecen el mejor paquete de sistemas de armas y un acuerdo de compensación. Si existe industria local de defensa, esta seguramente se verá afectada en forma negativa por órdenes de compras del exterior, pero la realidad es que no todos los países pueden mantener una industria local ya que es oneroso y muy poco rentable sino tiene economías de escala. Esta forma de importación de sistemas de armas, tal vez económicamente más sensibles, usualmente lleva atado un recargo por las compensaciones. El resultado es que el precio de compra es más alto que si hubiese efectuado sin compensaciones.
A favor de las mismas debe ser reconocido que el mercado internacional de armamento no es de competencia perfecta y las compensaciones pueden mejorar la eficiencia, si permiten eludir barreras arancelarias y buscar subcontratistas más eficientes. Las compensaciones pueden ser consideradas como un subconjunto de las variadas posibilidades de intercambio de precios en calidad y cantidad que caracterizan las negociaciones en las largas transacciones. Pueden contribuir a encabezar una reducción en los costos de las transacciones, pero también inhibir la flexibilidad de acuerdos de negociación ventajosos y resultar en una compra ineficiente.
Para ciertos países determinadas compras inteligentes con compensaciones, permitirían mantener y actualizar los sistemas, más que retener capacidad de producción local. Esto podría ser alcanzado a través del mantenimiento de las capacidades tecnológicas en las instituciones de investigación y en la búsqueda de transferencia de tecnología, más que retener una base industrial local de defensa. El estado actual de la investigación sugiere que los acuerdos de compensaciones es muy probable que reflejen la intención de la política de justificar compras en el exterior, especialmente en democracias emergentes, más que en los beneficios económicos que pueda proveer.
[1] Esta definición está tomada de “Compensaciones en exportaciones Militares” (US Departament of Export Administration, Washington DC, December 1998).